La región latinoamericana luce especialmente convulsionada en las últimas semanas.
En estos días, la atención estuvo puesta en los hechos violentos que se produjeron a partir de las manifestaciones en Chile, que se cobraron ya 18 vidas. Ayer, dos días después de que el presidente Sebastián Piñera anunciara un paquete de medidas sociales, los incidentes disminuyeron en las zonas periféricas de Santiago, aunque todavía se registraban protestas pacíficas en la capital.
A esta tensión en Chile se le sumaron los disturbios en Bolivia por presuntas irregularidades en el conteo de votos de las elecciones del domingo. Ayer, el Tribunal Supremo Electoral proclamó el triunfo del presidente Evo Morales en la primera vuelta con el 47,07% de los sufragios, frente al opositor Carlos Mesa, que sumó 36,52%. Estados Unidos, la Unión Europea, Brasil, Argentina y Colombia propusieron ayer la realización de una segunda vuelta electoral si la OEA no consigue verificar los resultados de los comicios del domingo.
Anteriormente, Ecuador se vio paralizado por las protestas violentas que se desataron por la quita del subsidio a los combustibles, una medida que finalmente fue retirada por el presidente Lenín Moreno. La tensión política y social, sin embargo, no disminuye. Esta semana el gobierno presentó un proyecto de reformas tributarias acordado con el Fondo Monetario Internacional que fue rechazado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), la organización que lideró las protestas en la crisis social desatada a inicios de octubre.
La Tertulia de los Viernes con Fernando Butazzoni, Gonzalo Pérez del Castillo, Susana Mangana y Ana Ribeiro.
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