El martes de la semana pasada se cumplieron 100 años de la ejecución del último zar ruso Nicolás II y su familia a manos de los bolcheviques.
En Rusia, unas 100.000 personas participaron de una procesión en la ciudad de Ekaterimburgo. La ceremonia estuvo encabezada por el patriarca Kirill, la máxima autoridad de la iglesia ortodoxa rusa.
En ciudades como San Petersburgo, Rostov o Novosibirsk, aparecieron carteles de arrepentimiento con la leyenda: "¡Perdónanos, Señor!”.
Los bolcheviques fusilaron a Nicolás II, a la zarina Alejandra y a sus cinco hijos en la madrugada del 17 de julio de 1918, poniendo así fin a 300 años de la dinastía de los Romanov al frente del imperio ruso.
La Mesa de los Viernes con Ana Ribeiro, Gonzalo Pérez del Castillo, Juan Grompone y Mauricio Rosencof.
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