La Mesa

¿Tiene sentido que los presidentes estén impedidos de hacer campaña electoral?

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Foto: Daniel Rodriguez /adhocFOTOS

La salida pública del presidente Luis Lacalle Pou para argumentar contra al reforma constitucional con cambios al sistema de seguridad social que impulsa el PIT-CNT y que se someterá a plebiscito junto con las elecciones nacionales abrió un debate sobre si estaba o no violando la Constitución.

El fondo del asunto es el artículo 77 de la carta magna que establece que el primer mandatario no puede "intervenir en ninguna forma en la propaganda política de carácter electoral".

La discusión sobre el alcance de esa disposición no es nueva. Se repite con mayor o menos intensidad en Uruguay cada cinco años, cuando llega la campaña, porque casi todos los presidentes han sido objeto de cuestionamientos como los que se escuchan ahora. Eso ha ocurrido con mandatarios colorados, blancos y frenteamplistas. Y esos debates siempre quedan en la nada.

La pregunta, entonces, es si la prohibición vigente tiene sentido.

Ayer el editorial del semanario Búsqueda sostuvo que no.

No parece lógico pedirle al presidente de la República, máxima autoridad de un gobierno en curso, no “intervenir en ninguna forma en la propaganda política de carácter electoral”. No porque no pueda cumplirlo. Puede hacerlo, pero el problema es que lo que se somete a consideración popular con las elecciones es también su gobierno y debería tener derecho a defenderlo.

Además, es contradictoria en otro aspecto la prohibición constitucional. Supuestamente, no puede “intervenir”, en otras palabras “hacer campaña”, pero sí puede encabezar una lista a la Cámara de Senadores de su colectividad política, como lo hicieron algunos en el pasado y como lo está haciendo ahora Luis Lacalle Pou. Tiene más o al menos el mismo peso electoral que pueda encabezar una lista a que pueda hablar bien de su gobierno. Pues, según las reglas actuales, lo primero está permitido y lo segundo está en duda. Incongruente.

Por otra parte, no hay figura más política que el presidente. Es cierto que durante su mandato es el presidente de todos los ciudadanos del país, pero al acercarse la elección pasa a formar parte de la disputa electoral. Entonces, parece mucho más sensato habilitarlo a que pueda hablar de lo que ha hecho, sin tantas restricciones.

(…) Se trata de empezar a ser un poco más pragmáticos y asumir que un presidente tiene mucho para decir durante una campaña electoral. Y que eso, además, no está mal. Al revés. Su participación puede fortalecer el debate político de cara a las elecciones nacionales.

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