La relación entre Estados Unidos y Arabia Saudita -dos aliados históricos -está siendo sometida a prueba a raíz de la desaparición del periodista Jamal Khashoggi.
El reportero, crítico con el gobierno de Riad, y colaborador de medios como The Washington Post, concurrió hace dos semanas, el martes 2 de octubre, al consulado de Arabia Saudita en Estambul, Turquía, para obtener un documento relacionado con su próximo matrimonio con una mujer turca. Desde ese día Khashoggi permanece desaparecido. Según autoridades turcas, fue asesinado y descuartizado dentro del consulado por agentes de inteligencia de Arabia Saudita.
La desaparición del reportero generó alarma a nivel internacional y puso presión sobre la Casa Blanca. Ayer el presidente Donald Trump envío a su secretario de Estado Mike Pompeo a Arabia Saudita para entrevistarse con la monarquía en el poder.
Desde el Partido Republicano ya aparecieron legisladores que pidieron suspender la venta de armas a Riad si se comprueba que sus autoridades están implicadas en el asesinato del periodista.
Sin embargo, Trump se ha negado a tomar ese camino.
(Audio Trump)
Los sauditas gastan 110.000 millones de dólares en material militar y en cosas que crean empleos (…) en este país. No me gusta la idea de poner fin a una inversión de 110.000 millones de dólares en Estados Unidos, que podrían gastar en Rusia o en China. Si esto resulta ser tan malo como parece, habrá seguramente otras formas de gestionar la situación.
(Fin audio)
Arabia Saudita niega su implicación en el homicidio. Ayer varios medios estadounidenses sostuvieron que Riad se apresta a reconocer que Khashoggi murió en un “interrogatorio que salió mal” llevado a cabo por agentes que actuaron por su cuenta.
La Mesa de Análisis Internacional con Javier Bonilla Saus, Leonel Harari, Susana Mangana y Gustavo Calvo.
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