
La Mesa Internacional con Gustavo Calvo y Leo Harari.
La Unión Europea aumenta su gasto militar en busca de mayor autonomía estratégica y el debate ya no es si debe hacerlo o no, sino cómo, cuánto y con quién.
Ante la percepción de un repliegue estratégico de Estados Unidos, la Unión Europea se ve empujada a asumir el control de su propia defensa. La consigna: garantizar por sí misma su seguridad.
La respuesta ya está en marcha. En 2024, los países del bloque invirtieron 325.000 millones de euros en gasto militar, lo que representa el 1,9% del PBI. Pero esto se considera insuficiente. En la última cumbre de la OTAN, los aliados se comprometieron a destinar el 5 % de su PBI a defensa antes de 2035.
El desafío, sin embargo, es enorme. Más de la mitad del armamento adquirido por los países europeos sigue viniendo de empresas estadounidenses, y la red de bases militares y contratos con Washington continúa siendo un freno para un control pleno de sus capacidades. A esto se suma otro frente: los dilemas éticos, sociales y estratégicos que surgen cuando el impulso industrial se alinea con fines militares.
¿Es posible un rearme europeo soberano? ¿Cuán viable es el objetivo de alcanzar una defensa propia y coordinada? ¿Y qué riesgos conlleva este viraje hacia una Europa más armada, más cohesionada… pero también más expuesta a tensiones geopolíticas?
Viene de: Donald Trump cumplió seis meses de su segundo mandato como presidente de Estados Unidos










