El presidente chino, Xi Jinping, concluyó ayer una gira de cinco días por Italia, Francia y Mónaco en la que buscó vencer la resistencia de los principales líderes de la Unión Europea a aumentar el intercambio comercial.
Ayer Xi Jinping se reunió con el presidente Francés Emanuel Macron, y con la canciller alemana Angela Merkel,, ambos acompañados por el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker. A la salida, Xi pidió que la desconfianza “no domine” la relación entre el bloque europeo y Pekín.
Macron, por su parte, instó a su par chino a "respetar la unidad de la Unión Europea"
"Tenemos divergencias", señaló Macron, en una declaración junto a Xi Jinping, y agregaba: "pero respetamos a China (…) y esperamos naturalmente que nuestros grandes socios respeten también la unidad de la Unión Europea y los valores que representa"
El sábado el mandatario chino obtuvo el apoyo de Italia para hacer avanzar en la “Nueva Ruta de la Seda” un megaproyecto de infraestructura impulsado por Pekín que permitirá el transporte transcontinental de mercancía y pasajeros. Los acuerdos firmados entre Xi-Jinping y el primer ministro Giuseppe Conte -que implicarían inversiones de entre 5.000 y 7.000 millones de euros- molestaron a Francia y Alemania que miran con temor la influencia creciente de China y piden unificar las estrategias para competir con Pekin.
La visita de Xi Jinping fue la antesala de una cumbre entre la Unión Europea y China que tendrá lugar el 9 de abril en Bruselas.
La Mesa de Análisis Internacional con Susana Mangana, Gustavo Calvo, Javier Bonilla Saus y Leonel Harari.
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