
El expresidente José Mujiica falleció este martes a los 89 años de edad y tras sufrir un cáncer de esófago que se extendió luego a su hígado y contra el que decidió hace algunos meses que dejaría de luchar. "Que me pichicateen y, cuando me toque morir, me muero", dijo en enero de este año.
La noticia de su deceso fue dada a conocer a media tarde por el presidente Yamandú Orsi a través de sus redes sociales.
El Frente Amplio perdió así al último de sus caudillos, luego de las partidas de Líber Seregni, Tabaré Vázquez y Danilo Astori.
Pero ese liderazgo de Mujica que hoy damos por obvio fue fruto de un largo y sinuoso trayecto.
Comenzó su vida política en 1956 militando junto al legislador herrerista Enrique Erro en el Partido Nacional, donde llegó a ser secretario general de la juventud. En 1962 ambos se alejaron de filas blancas para fundar, con el Partido Socialista, la Unidad Popular, que tendría una magra votación en las elecciones. Al año siguiente, de la mano de Raúl Sendic, su gran referente, Mujica se integra al Movimiento Liberación Nacional (MLN), Tupamaros, para enfrentar a la “democracia burguesa” y asaltar el poder por la vía de la lucha armada.

Debido a su actividad guerrillera cayó preso cuatro veces, la primera de ellas en 1964 y la última en agosto de 1972. Desde entonces pasaría 13 años recluido, pero la mayor parte de ese período, luego de la instalación de la dictadura, lo haría, al igual que otros ocho dirigentes del MLN, en la categoría de "rehenes", lo que implicaba condiciones de reclusión inhumanas y rotación entre cuarteles del interior del país.
Salió de la prisión en marzo de 1985, pocas semanas después del regreso a la democracia. Y a partir de ese momento se integró a la vida institucional del país. Primero fue uno de los dirigentes políticos que construyó la nueva etapa del MLN, que evolucionaría al Movimiento de Participación Popular (MPP). En 1995 llegó a la Cámara de Diputados, donde llamó la atención por su motoneta y su vestimenta alejada de las formalidades del Parlamento. En un proceso de popularidad creciente, en 2000 asumió como senador, en 2005, durante el primer gobierno del Frente Amplio, se desempeñó como ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca. Y en 2010 llegó a la Presidencia de la República por el voto popular, con lo cual se volvió un ícono mundial y hasta cortejó un premio Nobel de la Paz.
Y Mujica hizo todo eso manteniendo su estilo de vida austero, lo que despertó admiración, y siendo siempre fuente de dichos memorables, lo que le trajo más de un problema.
Luego de finalizada su presidencia, Mujica volvió al Senado hasta que en 2020 anunció su retiro en un gesto conjunto con el también expresidente colorado Julio María Sanguinetti.
Pero ese alejamiento de la política diaria no mermó su repercusión nacional e internacional, sino que, por el contrario, hizo que Pepe pasara a ocupar el lugar de un “viejo sabio”, un referente y un hombre de comnsulta.
Por ejemplo, en 2019 fue incluido en una enciclopedia de 100 personajes que cambiaron el mundo. Además personalidades de la cultura, el empresariado y la política, de todo tipo y de todo el planeta, pasaron por su chacra en Rincón del Cerro para charlar con él y tomarse fotos.
Su voz siguió continuó siendo escuchada también, al hablar de lo que ocurría en países tan lejanos como Rusia o tan cercanos como Brasil y Argentina. Incluso en octubre de 2023 difundió un video pidiendo al movimiento islamista Hamás que liberara a los rehenes israelíes capturados el día 7 de aquel mes.
Y por supuesto se mantuvo como un referente en la política de nuestro país, donde con frecuencia disparaba temas y proponía discusiones.

Por ejemplo, entrevistado en junio del año pasado aquí En Perspectiva, hablaba de la importancia del agro para lograr dar un salto en el crecimiento económico del país.
“Mire, la preocupación que tengo hoy es la siguiente: abro el diario y no tengo porqué dudar de la buena fe de ningún precandidato. Y yo sé que en campaña electoral es natural que sueñen y se embalen y hagan propuestas. Hay muchísimas propuestas que seguramente son buenas y yo no los critico por eso. Mi preocupación es con qué recurso, porque se habla mucho… Abro el diario ayer y, tal candidato quiere una cárcel nueva de alta seguridad, el otro quiere 30 centros de reeducación para recuperar de la droga, el otro quiere darle un trabajo público a los que salen de la cárcel, el otro quiere hacer un ministerio. Todo bárbaro, fenómeno. Pero con la economía creciendo al 1 o el 2%… ¿con qué?”, dijo.
Antes, en otro reportaje aquí en el programa, en enero de 2023, explicó cómo a pesar de su avanzada edad y su salud frágil estaba dedicándose a promover un proyecto concreto de integración regional.
“Lo que nos interesa es poner en la agenda una política de integración de largo plazo. Porque tenemos que tener una visión autocrítica de los fracasos que ha tenido y el atraso que tiene América Latina. Estamos peor que África, está más avanzada África que América Latina.
El mundo está cambiando y en el futuro existen poderes que van mucho más allá de lo que pueden hacer los Estados tradicionales. Por ejemplo, las discusiones con el sistema financiero internacional. Las nuevas compañías que manejan el mundo digital y la inteligencia artificial. Ningún país, ningún Estado está en condiciones si quisiera intentar regular para proteger la intimidad de las personas, y han aparecido una cantidad de problemas en los que los Estados nacionales de los países pequeños y emergentes no tienen la más mínima posibilidad de incidir. Por lo tanto, para defender lo que nos queda de soberanía necesitamos juntarnos, juntar nuestros intereses.
Tenemos que tener una política de largo plazo y sacar conclusiones de los fracasos que hemos tenido y por qué. Los hemos tenido porque, en definitiva, los fenómenos de integración fueron inquietudes políticas de políticos, de intelectuales, de gente bienintencionada, de Bolívar para acá, pero no tuvieron pueblo, no han hecho carne en nuestros pueblos, por razones históricas. La historia determinó que logramos la independencia política y pagamos con la dependencia económica, cultural y social. Nuestra independencia se dio en el momento en que se creaba el mercado mundial.
Seguimos viendo estas cuestiones con signo ideológico. Pero creo que juntar nuestras debilidades para defendernos no es una cuestión de izquierda o de derecha, es una cuestión de ser o no ser en el mundo que se viene. Ponemos algunos ejemplos. Empezar por cosas pequeñas pero sistemáticas que nos favorezcan y que vayan acompasando, ayudando a crear una cultura para después dar los pasos más complejos. Porque a veces se juntan los gobernantes de nuestra América y dicen “necesitamos una moneda común”. ¡Sí, macanudo! Pero eso es lo más difícil. Empecemos por algo. Hemos hecho un montón de organismos, tenemos la ALADI, una buena decisión, y la dejamos congelada por falta de voluntad política, etcétera. Si no metemos a nuestros pueblos en esta discusión, si la gente no hace carne, si esto no tiene masa atrás, jamás nos vamos a integrar y vamos a ser una hoja al viento en el mundo que se viene.
RA —Usted mencionaba todas las iniciativas que ha habido en materia de integración regional y decía que tenemos que asumir que han fracasado, por eso plantea ir por medidas concretas. ¿Qué implica por ahora esta iniciativa? ¿Es un nuevo bloque o simplemente…?
JM —No, no, ningún bloque. Es un trabajo hecho con muchos amigos de los países para entregarles a los gobiernos, y después los gobiernos harán lo que les parezca y lo que puedan. Pero mientras tanto, fogonear nuestras sociedades. Acá hay un problema político, lo que no tenga masa atrás no será, si esto queda solo en manos de los gobiernos…, los gobiernos están preocupados por quién gana las elecciones que vienen. Los gobiernos son de corto plazo, y esto es una cosa de mediano y largo plazo. Entonces ponemos de ejemplo simbólico tener un nombre común, tener una fecha en toda nuestra América para que ese día las escuelas, los liceos, la academia discutan nuestra historia y la necesidad de integrarnos y tengamos conciencia de que no hay una superficie de las dimensiones nuestras, del río Bravo a Tierra del Fuego, de gente que si habla despacio se puede entender. Tenemos cosas a favor, tenemos una historia en contra y tenemos que crear conciencia en nuestras masas de que la defensa de nuestros intereses nos obliga a juntarnos, pero si nos dividimos por izquierda, por derecha y por centro, nos vamos a juntar en el año del golero. Juntarnos para defender la soberanía de nuestras naciones, tener cierta fuerza. Es imposible discutir la tasa, el interés que pagamos al sistema internacional de a uno. Por ejemplo, es imposible discutir con empresas internacionales de un peso colosal si no ponemos atrás todo el continente.
En la última entrevista que realizamos con él aquí En Perspectiva, en diciembre de 2024, Mujica destacaba cómo el MPP había logrado el mejor resultado de su historia sin su involucramiento en la campaña, y valoraba la importancia de lograr recambios en los liderazgos políticos.
JM —Me dieron un premio al final de mi vida, porque el MPP siempre votaba bien, pero me echaban la culpa a mí, “no, eso es el Pepe”, “cuando no esté Pepe”… Pero resulta que el Pepe no está y votó como nunca. Probablemente haya sido la mejor votación sectorial en la historia política del Uruguay.
EC —Recordemos: si consideramos el Espacio 609, que es el MPP más aliados, más invitados en sus listas, tiene en el Senado 9 de 16 bancas, lo que implica 56 %, y en Diputados 36 de 48, el 75 %.
JM —Por eso, es una cosa tremenda. Lo que lo coloca en otra circunstancia, mucha responsabilidad y no creerse el dueño de la pelota.EC —En esto de los relevos en el liderazgo, ¿qué futuro le ve a Yamandú Orsi más allá de la Presidencia? ¿Está en condiciones de desarrollarse como el nuevo líder del FA?
JM —El tiempo, solamente el tiempo lo dirá. Espero que sí y espero que aparezcan otros que también están ahí insinuándose, porque las causas sociales suelen ser más largas que nuestra vida. La única manera de mantener el fuego prendido es entender que tiene que haber nuevas generaciones que levanten las viejas banderas y las adapten a los cambios del tiempo. Porque eso también es inevitable, nada se va a repetir como era, tendrá algunos cambios, y eso significa gente de los nuevos tiempos. Pero esta es una de las cosas más difíciles de practicar y de entender.EC —Se necesitan nuevas generaciones, pero a su vez dentro de esas nuevas generaciones se necesitan referentes, nombres fuertes. Por eso le preguntaba. El FA hoy está en pleno recambio en ese sentido, no hay figuras nítidas; no digo que no haya una, tampoco podemos decir que haya dos, tres, como en determinado momento tuvo el FA: Tabaré Vázquez, Astori y usted, por mencionar esa tríada.
JM —Sí. Pero para que eso suceda se precisan varias cosas; una de ellas, que les den oportunidad, porque si no se da oportunidad… Hay momentos para llegar y hay momentos para irse, pero irse no significa desaparecer, significa pasar al consejo de ancianos, aconsejar desde atrás: “me parece que esto está bien”, “me parece que esto es erróneo”, “hagan lo que les parezca, mi opinión es esta”. Ayudar, pero dejar que decidan y enfrenten otros. Porque lo que vas formando en definitiva es la oportunidad de tomar decisiones.EC —Recién le preguntaba por Yamandú Orsi con relación al FA, ahora le pregunto a propósito del MPP. ¿En el MPP hay ya un nuevo referente? Estoy pensando en Alejandro Pacha Sánchez. ¿Es él el nuevo referente?
JM —Sí, de momento sí, pero creo que hay dos o tres más que están apuntando y hay un par de mujeres medio notables también. Ahí se está procesando una futura dirección del movimiento.EC —Este tema de los relevos generacionales me recuerda lo que usted declaró la semana pasada cuando mencionó a Cristina Fernández de Kirchner con expresiones que provocaron conmoción. Dijo textualmente en una entrevista con France Press: “Ahí está la vieja Kirchner en la Argentina al frente del peronismo, en lugar de ponerse de vieja consejera y dejar nuevas generaciones, no, está jodiendo ahí, cómo le cuesta largar el pastel, qué lo parió”. El concepto es un poco el que estaba expresando recién, pero la terminología no fue muy diplomática que digamos.
JM —No, no fue para nada diplomática. Cristina es un fenómeno, probablemente en Argentina no hay quien goce de un cariño de las masas de cierto sector, un 30-40 % de la población argentina que la quieren tanto. Tiene un peso subliminal tremendo, es una mujer admirable y excepcional. Ahora bien, yo mido que esta coyuntura argentina va a durar y los cambios que se deben ambicionar no es volver atrás, no es volver a la hiperinflación, es volver a la construcción de una Argentina posible que reparta un poco mejor. Pero esto que pasó, pasó por algo.EC —Alude al triunfo Milei.
JM —Sí. La hiperinflación históricamente siempre ha demostrado que desemboca en una tragedia. La República de Weimar en Alemania –y Alemania era uno de los pueblos más cultos, más formados de Europa– terminó votando por Hitler. Porque las masas enloquecen con los fenómenos de hiperinflación. Creer que se puede llevar adelante una sociedad emitiendo, emitiendo y emitiendo… la historia ha demostrado que es una falsa perspectiva que termina en tragedia las más de las veces. Entonces es probable que el movimiento peronista tenga que aceptar esto, y no es volver atrás, es volver a un adelante. Eso va a llevar tiempo y va a requerir nuevos dirigentes. Y en el movimiento social, en el movimiento político. Me duele mucho la Argentina y la sigo mucho. Entonces pienso: quiero grandes referentes, y no hay otro referente en el peronismo más grande que la señora Cristina Kirchner. Deberían usar su poder para bucear, buscar y empujar que se procesen nuevas generaciones, porque la vida no le va a dar y la vida necesita renovación.EC —Lo entiendo; lo que impresionó fue la terminología, “la vieja Kirchner”, “está jodiendo ahí”, ¿no?JM —Sí, la terminología fue grosera.
EC —¿Tuvo algún coletazo?, ¿llegó alguna reacción desde el entorno de Cristina Fernández?JM —No, no; no me han dicho nada porque me conocen. Pero es así como le digo, yo tengo un respeto bárbaro por la señora, pero mi manera de hablar… cuando estoy hablando estoy hablando y se acabó. Y ya a esta altura estoy amortizado.
En esa última entrevista no, pero en la anterior, en junio de 2024, cuando poco antes se había conocido el diagnóstico de su cáncer de esófago, Mujica se despedía de una manera sugestiva:
En enero de este año el expresidente admitió en una entrevista con el semanario Búsqueda que le quedaba poco tiempo de vida y pidió “que lo dejen tranquilo”. Sin embargo, no pudo con su condición y desde entonces concedió varias entrevistas más, tanto dentro como fuera del país, y, con esfuerzo notorio, participó en algunos actos públicos. Entre ellos, el 1º de marzo, cuando Yamandú Orsi asumió la Presidencia de la República, o el 27 de marzo, cuando integró un panel junto a Orsi y todos los ex presidentes vivos en un acto organizado por el Partido Colorado para conmemorar los 40 años del regreso a la democracia.
En sus redes sociales, el Movimiento de Participación Popular le dedicó un video de despedida en el que repasa imágenes y frases de Mujica sobre su forma de ver y vivir la vida.