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#A23 Bielsa nunca olvida

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Juegos Olímpicos de París 1924
Por Homero Fernández

Viernes 12.07.2024

A Marcelo Bielsa le han colgado una enorme cantidad de adjetivos. Tanto por su personalidad fuera de la cancha como por su experiencia como entrenador.

Loco, estudioso, obsesivo, introvertido, autoritario, experto, enciclopédico.

Así se construyen las leyendas con un poco de verdad, otro poco de mentira y una pizca de hechos.

Cuando Bielsa dirigía a Argentina le tocó la Copa América de Perú 2004. En aquel entonces los albicelestes tenían en sus filas a jugadores como Zanetti, Mascherano, Saviola, Tévez, Ayala y Abbondanzieri.

En la fase inicial, Argentina estuvo en el grupo conformado por México, Uruguay y Ecuador. Le ganó a Ecuador y a Uruguay. Perdió con México por la mínima con un gol de Ramón Morales.

En cuartos de final el equipo de Bielsa le ganó 1 a 0 a Perú, y en semifinales 3 a 0 a Colombia.

La final quedó planteada y el rival era Brasil. Había más de 40 mil personas en el Estadio Nacional de Lima. A los 20 minutos, un lujo de Carlos Tévez inició una jugada que terminó con un penal de Luisao que convirtió “Kily” González.

Pero al borde del final del primer tiempo los argentinos cometieron una falta fuera del área. Centro, y Luisao encuentra la venganza con un golazo de cabeza que dejó sin asunto al portero Roberto Abbondanzieri. Esta, es la jugada que marca la historia que queremos contar.

La segunda parte siguió con dominio albiceleste que se reafirmó con un gol del “Chelito” Delgado a tres minutos de terminar el partido. Argentina tocaba la corona. Pero, como se dice: “Brasil es Brasil”. Una duda en la zaga argentina en los descuentos, el choque de dos defensas, y allí estaba el “emperador” Adriano, goleador del campeonato, para matar la ilusión albiceleste.

En la definición por penales Brasil impuso sus condiciones y metió todos los disparos. Los argentinos solo acertaron dos. Sería la séptima copa brasileña.

Para Marcelo Bielsa, todo había cambiado con el 1 a 1 al final del primer tiempo. El entrenador argentino se quedó con esa espina clavada en su cabeza. Le estuvo dando vuelta durante mucho tiempo.

Por su parte, Roberto Abbondanzieri había sido transferido de Boca Juniors al Getafe español después del Mundial de 2006 donde, lesionado por el alemán Miroslav Klose, tuvo que abandonar la cancha antes de una definición por penales que terminó ganando Alemania.

Eso le costó la crítica pública de Diego Armando Maradona. "Yo lo quiero mucho al “Pato”, lo banco a muerte. Pero tiene que estar muerto para salir. Muerto. Yo sé de dolor. Fijate quién te habla de dolor, ¡eh! Y creo que le dolía. Pero igual: ¿tenés fisurada una costilla? Y bueno, seguí. Para salir en un momento así tenés que estar quebrado o tener una cruz en cada ojo";.

Un día, Abbondanzieri estaba entrenando en el Getafe, según él mismo cuenta, y se le apersonó un funcionario del correo español que le llevaba una carta que tenía su nombre. Sorprendido por la situación inesperada redobló su asombro cuando comprobó que a la misiva la firmaba Marcelo Bielsa.

“Se refería a mí como Abbondanzieri. Nunca con el nombre ni nada, formal hasta en las cartas. Me felicitó por llegar a Europa, me daba su apoyo por las críticas que había recibido después del Mundial de Alemania, y me escribió: ‘la verdad que le tengo que decir algo después de tanto tiempo: no puedo entender por qué puso tanta gente en la barrera’. Y me explicó que contra Brasil cuando nos empataron faltaba gente en el área”.

Lo extraño es que Bielsa nunca le había dicho una palabra al respecto después de aquel partido y ahora lo hacía más de dos años después. Ambos se volvieron a encontrar algunas veces en Rosario y continuaron analizando la jugada, donde el guardavalla argumentaba que había armado la defensa de la barrera temiendo que le tiraran directamente al arco.

A Bielsa le había costado mucho asimilar la derrota en aquella Copa América. “Chelito” Delgado recordaría tiempo después el impacto emocional que el resultado causó en el entrenador. “Marcelo Bielsa lloró mucho en la charla después del partido. Es una persona muy bondadosa, que vive para el fútbol";.

¿Recibirá Sergio Rochet, el portero uruguayo de la Copa América 2024, alguna carta similar de Bielsa dentro de unos años preguntándole: “Rochet no puedo entender por qué no salió a cortar el centro que cayó en su área en el gol de Colombia que nos sacó de la final”?

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