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#D2 Spencer: Un héroe compartido

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Eliminatorias Mundialistas Uruguay-Perú
Por Homero Fernández

Domingo 13.10.2024

Alberto Spencer fue siempre un ecuatoriano con corazón uruguayo. Vivió su vida sirviendo a las dos banderas, gritó sus goles abrazando a los uruguayos y siempre pensando en sus ecuatorianos.

En Wembley, el templo sagrado del fútbol mundial, han jugado defendiendo a Uruguay grandes futbolistas como Enzo Francescoli, Rubén Sosa, Edinson Cavani y Luis Suárez, pero ninguno de ellos pudo marcar un gol.

Ese raro privilegio lo consiguió vistiendo la celeste el ecuatoriano Alberto Spencer en un partido amistoso contra el seleccionado inglés durante una gira internacional.

Spencer, reconocido goleador de Peñarol había sido prestado para conformar el equipo uruguayo que no podía alinear a sus principales jugadores, ya que Nacional estaba jugando la Libertadores y Peñarol en una gira internacional.

Al ser un partido no oficial fue posible alinearlo sin necesidad de que tuviese la nacionalidad oriental.

Uruguay estaba dirigido por Rafael Milans. El partido se jugó el 6 de mayo de 1964 y los ingleses vencieron por 2 a 1. Spencer dejó su marca para siempre a los 75 minutos.

“Mi actuación en Wembley marcó un hecho en la historia del fútbol uruguayo: fue el primer gol de esa selección en ese legendario estadio en Londres”, comentó Spencer años después.

Defendiendo a Uruguay jugó otros cinco partidos amistosos, contra Austria y la Unión Soviética en esa gira, y en 1967 en dos veces contra Perú y una contra Barcelona de Guayaquil.

Después de Londres los dirigentes uruguayos buscaron que se nacionalizara para poder llevarlo al Mundial inglés de 1966. Pero, Spencer se negó.

“¿Por qué no acepté? Porque Uruguay es divino, los quiero mucho, pero Ecuador se enorgullece de que Alberto Spencer no se haya nacionalizado, de que haya permanecido con su identidad ecuatoriana”, reveló en una entrevista concedida a la revista El Gráfico en 1997.

Alberto Spencer llegó a Uruguay a fines de 1959. Era el penúltimo de 13 hermanos de una familia formada por un jamaicano y una ecuatoriana. Desde chico ya hacía goles en las canchitas de su pueblo. Y estaba apenas con 22 años en el Everest de Guayaquil cuando Juan López, el entrenador del Maracanazo, lo recomendó. Peñarol desembolsó unos 13 mil dólares.

“Un día me dijo un periodista de Guayaquil, ¿sabes, Alberto, ¿quién está aquí?

El mismo presidente de Peñarol. Viene a comprarte. ¿Sabe lo que me dijo el tesorero, que era mi patrón? "Mira, yo te pago y yo soy quien te vendo". Si, allá es así… Hay uno que le paga al arquero, otro al back… Quien me pagaba a mí era el tesorero… Los turcos son así, porque allá la mayoría de los dueños de clubes son turcos. Yo sabía que todo se lo debía a Juan López, cuando fue a entrenar a la selección ecuatoriana”.

¡Y vaya que rindieron esos 13 mil dólares! Spencer debutó en un clásico contra Nacional, salió campeón 8 años, y es hasta el día de hoy el más grande goleador de la Copa Libertadores, con 54 anotaciones, 48 con Peñarol y 6 con el Barcelona de Guayaquil.

Peñarol jugó cuatro partidos con el Real Madrid, y Spencer sumó cuatro goles.

Le apodaban “Cabeza Mágica”, por la facilidad para convertir con la pelota centrada. “Dicen por allí que soy torpe, que no sé manejar bien la pelota, pero a mí me gustan los punteros que la levantan… ¿Cómo lo dicen? ¿A la olla? Pues a mí me gusta eso… Será porque soy alto y les gano a todos saltando”. Alberto Pedro Spencer, un héroe del futbol uruguayo que nunca quiso dejar de ser ecuatoriano, porque “el fútbol uruguayo me necesita menos que el de Ecuador”.

El goleador de pura cepa se llevó con su muerte, en 2006, una canasta llena de gloria, victorias y homenajes merecidos. Dejó recuerdos, récords insuperables y hasta un estadio, el Modelo de Guayaquil, con su nombre. Y sobre todo, un vínculo deportivo altamente emotivo entre Uruguay y Ecuador.

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