Diego Jaume las vivió todas. Jugó al fútbol acá y en Europa, en equipos chicos y en equipos grandes. Vivió exiliado, vivió en la ciudad y en el campo. Fue jugador y ahora entrenador.
Tiene 45 años, pero recién el 7 de enero del 2019 se compró su primer celular. "No es que sea anti tecnología", aclara, pero "genera una desconexión humana imponente", opina.
En entrevista con Por Decir Algo, quien fuera jugador de Nacional, de Defensor y del Numancia, entre otros equipos, y hoy es técnico de la sub 19 de Rentistas, contó sus recuerdos de niño yendo al Penal de Libertad, el periplo jugando al baby fútbol en Holanda y las situaciones que lo llevaron a abandonar la práctica del deporte profesional.
"El mundo del fútbol me asqueó bastante", contó. "En Nacional me agarré una enfermedad nerviosa", confesó, por su forma de ser y relacionarse con los demás. Luego en la B de España sus compañeros se vendieron para perder y decidió colgar los botines. "Ahí decido irme al campo", sentenció.
Hoy vive en Sauce, cría vacas y trata de formar jugadores de fútbol. "Formar implica un concepto holístico. Aislar a la persona del jugador es un mal bárbaro", ese es su pensamiento.
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