Juegos Olímpicos de París 1924
Por Homero Fernández
Domingo 23.06.2024
La Copa América de Estados Unidos 2024 contará con más de 100 árbitros para administrar justicia en los 32 partidos del torneo.
Algunos en la cancha y otros frente a las pantallas del VAR. De esa centena de jueces, ocho son mujeres.
Un siglo antes, cuando se jugó el primer torneo en Argentina, en 1916, los árbitros escaseaban. Apenas eran seis partidos y pudieron contar solo con cuatro para el cuadrangular entre Argentina, Brasil, Chile y Uruguay.
Y, atención, dos de esos eran parte de los equipos. Uno jugador de la selección de Brasil y el otro el entrenador de la selección chilena.
Como veremos cada uno tiene una historia digna de contarse.
El 6 de julio de 1916 el partido de Argentina contra Chile estuvo a punto de cancelarse. No había quien lo dirigiera.
O porque se ofreció o porque había nacido en Southampton, Inglaterra, Sidney Pullen fue designado para dirigir el match.
Sidney había llegado a Rio de Janeiro donde su padre había sido trasladado por cuestiones laborales. Allí desarrolló la carrera de mediocampista, que inició en 1914 en el Paissandú Atlético Clube. Tenía 15 años.
Con apenas 19 pasó al Flamengo de donde fue convocado para el torneo sudamericano.
Charles Gordon Pullen, el padre, fue tesorero del “Fla”. Su aporte histórico será la adopción para el equipo de fútbol del famoso uniforme rojo y negro, “cobra coral”, que en ese momento era solo de uso exclusivo del club de remo, el deporte más popular de la ciudad reservado a las élites.
Sidney jugaría los tres partidos de la primera copa sudamericana con la selección brasileña que quedaría tercera después de los empates 1 a 1 con Argentina y Chile, y la derrota ante Uruguay 2 a 1. Fue el primer extranjero en vestir el uniforme brasileño.
Ya de regreso a Brasil fue convocado a filas por el ejército británico pues la Primera Guerra Mundial vivía sus últimos días. Antes de viajar Sidney le dejó su par de botines a un joven defensa del equipo de la reserva del Flamengo.
El segundo árbitro nominado en el naciente torneo internacional fue el seleccionador chileno Carlos Fanta.
Primero dirigió Argentina y Brasil. Y luego de su desempeño aceptable lo designaron para arbitrar nada menos que el encuentro que definiría el primer título continental, el clásico del Río de la Plata: Argentina-Uruguay.
La expectativa era tanta el 16 de julio de 1916 que las instalaciones del estadio de Gimnasia y Esgrima estaban rebosadas de público. Hubo peleas en las tribunas por ganar un lugar y eso generó una gran bataola que obligó a Fanta a suspender el partido a los cinco minutos. ¡Vaya valentía!
Los incidentes recrudecieron y terminaron con el incendio de algunas instalaciones, entre ellas el vestuario de los jueces. Fanta tuvo que huir a la calle vestido de árbitro porque no pudo rescatar su vestimenta.
"¿Y que hacemos, don Carlos?", dice que le preguntó un jugador, según narra el hijo de Fanta en una entrevista en el diario El Mercurio de Santiago, publicada un siglo después del acontecimiento.
Y dice Enrique Fanta, a sus 91 años, que fue: ¡Sálvese quien pueda!”
Al otro día, el 17 de julio, Fanta volvería a dirigir en la cancha de Racing el partido suspendido que se pudo completar con un empate a cero que le daría el primer título a Uruguay por tener más puntos.
La vocación de Fanta por el arbitraje no quedó allí. En 1933 arbitró la primera final del futbol profesional chileno y fundó la federación de árbitros chilena.
Además, vinculado al futbol puso los primeros cimientos en la fundación de clubes históricos de Chile, como Colo Colo y Universidad de Chile.
Fue dirigente olímpico, impulsor de la actual Conmebol, periodista deportivo y director de periódico.
Aunque tenía una farmacia casi nunca estaba en ella.
Había tantas cosas para hacer afuera.
Resultó un verdadero alquimista del deporte.
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