Home

#A18 El "Cholo" Sotil, fue, jugó y ganó

Facebook Twitter Whatsapp Telegram

Juegos Olímpicos de París 1924
Por Homero Fernández

Domingo 07.07.2024

Le amenazaron con quemar la casa de su madre, le llamaron antipatriota por darle prioridad a su éxito europeo y no competir con su selección. Hasta que un día vio la oportunidad de reivindicarse y se fugó en secreto para jugar una final.

El fútbol peruano consiguió su segunda Copa América en 1975. Tuvo que  esperar 36 años para repetir su hazaña de 1939.

En esta segunda etapa había contado con una generación de grandes figuras como Teófilo Cubillas, JuanCarlos Oblitas, Oswaldo Ramírez, Héctor Chumpitaz y Hugo Sotil.

La edición de 1975 fue el relanzamiento del torneo que llevaba ocho años sin disputarse. Dejaría de llamarse Campeonato Sudamericano de Naciones para pasar a ser la Copa América. No se optó por una sede fija, sino que los equipos, por primera vez todos los de Sudamérica, se dividirían en tres series de tres que jugarían como local y visitante. Los tres primeros disputarían el cuadrangular final que incluiría al último campeón, en ese caso a Uruguay.

El esquema duraría tres ediciones. Brasil, Perú y Colombia pasaron a la fase final. Colombia eliminó a Uruguay por diferencia de goles y Perú hizo lo mismo con los brasileños. En la final Colombia ganó 1-0, y Perú la revancha 2-0. Hubo que jugar un tercer partido en tierra neutral y se eligió Venezuela.

En el elegante barrio de Pedralbes, en Barcelona, vivía el jugador que de niño correteaba descalzo con la pelota por el barrio humilde de Lima. De allí saltó a Alianza de Lima y fue en unos partidos amistosos contra el Bayern de Munich y el Benfica que llamó la atención a unos ojeadores del Barcelona, uno de los cuales era el entrenador Rinus Michels. Habían ido a buscar a Teófilo Cubillas y se quedaron sorprendidos por el jovencito Hugo Sotil. Se lo llevaron y le dieron la número 10.

Iba a jugar ni más ni menos que junto a Johan Cruyff.

Juntos hicieron pedazos al Real Madrid 5-0 jugando como visitantes, con el último gol del peruano a pase de Cruyff. Fue en la temporada 1974-75, cuando conquistaron la Liga española.

Pero la felicidad no era completa para el “Cholo” Sotil. Se sentía en deuda con la selección incaica. Ya hacía tres años que no participaba. Entonces con la final de la Copa América en puerta decide, por cuenta propia y sin permiso del club catalán, viajar a Venezuela.

En la casa elegante de Pedralbes quedaba su esposa a punto de dar a luz.

“Aproveché que esa semana no había jornada en España y calladito compré mi pasaje para Madrid y de ahí a Caracas”, recuerda.

“Yo ya me había nacionalizado español y la gente decía que era antipatriota: no quiere venir a jugar por su país. Mi madre me había dicho que le querían quemar la casa”, detallaría tiempo después.

Según algunas crónicas peruanas, Sotil llegó a Caracas vistiendo un grueso abrigo propio del invierno europeo en medio de un clima tropical y sin saber dónde estaba alojada su selección. Una vez allí buscó alguna pista y la encontró en un periódico.

Hasta allí llegó elegantemente vestido. Un colega lo vio y le dijo con ironía, recordando su larga ausencia en la selección: “¿A qué has venido, Cholo? ¿Has venido a ver?” "Fue una sorpresa porque nadie pensaba verme allí y el trato que me dieron Marcos Calderón y todos mis compañeros fue espectacular", contaría luego.

Verdad o mentira: dicen que Sotil regaló al plantel 30 relojes de oro que había transportado desde Barcelona. Lo que sí es cierto es que el regalo más grande y apreciado lo entregaría al otro día en la final de Caracas, justamente en el minuto 25.

Teófilo Cubillas remata al arco, hay un rebote y parado en el punto penal el “Cholo” no lo duda y le da con todo de derecha. Gol de Perú. El del campeonato tan buscado.

Perú es el primer campeón de la nueva Copa América.

No tuvo Sotil mucho tiempo para festejar. Había que regresar a Barcelona y arreglar las cosas. En una entrevista posterior cuenta lo que le dijeron los dirigentes catalanes.

“Lo que usted ha hecho ameritaría una sanción, pero a la vez demuestra todo lo que ama a su tierra, es digno de admirar. Tiene dos días libres para que esté junto a su esposa, su hijo y pase por tesorería, que tiene un incentivo económico para que disfrute”.

Al niño lo llamarían Johann.

Estuvo dos años más en el Barça y regresó al origen. La vejez lo encontró con una pierna casi inmóvil, cobrando unos pocos dólares por dar el puntapié inicial en cualquier partido. Aunque quedaron atrás Pedralbes y los relojes de oro, el “Cholo” Sotil es una leyenda por su escapada que le dio una Copa América a Perú.

***

Comentarios