Juegos Olímpicos de París 1924
Por Homero Fernández
Domingo 30.06.2024
Tal vez pueda ser la única vez que la selección de fútbol de un país haya sido escogida por los hinchas y que la elección popular tuviera tanto éxito.
Argentina llegó al torneo de Ecuador de 1947 con una selección poderosa pero que se dio el lujo de dejar fuera del plantel a otras grandes figuras relevantes en el campeonato anterior.
Lo extraordinario de la medida fue que no la había tomado un entrenador o un médico, como podría ser lo lógico tratándose del fútbol, sino que era producto de una decisión del pueblo. Sí, así como suena.
Los aficionados tuvieron en sus manos la elección de los jugadores que formarían el plantel a través de una consulta popular que la historia atribuye al dirigente Tomás Adolfo Ducó.
Después de un golpe de estado en 1943 y de intensas movilizaciones sociales, Argentina había vuelto al camino de las urnas que encumbraron en la presidencia por primera vez al general Juan Domingo Perón, en 1946, como resultado de una alianza entre varios partidos.
Un año después, pocos meses antes del campeonato que nos ocupa, exactamente el 23 de septiembre, se aprueba la ley que concede a las mujeres el derecho a elegir y a ser elegidas para cargos políticos, una iniciativa en la que aparece como destacado estandarte Eva Perón.
Sumergidos en ese ambiente de renacimiento democrático, y tal vez porque no quería mayores complicaciones ante la gran cantidad de talentosos futbolistas, el dirigente del futbol argentino Tomás Adolfo Ducó decidió abrir la consulta para que se completase la nómina del plantel.
Ducó que había comenzado jugando al fútbol en el Club Huracán lo dejó para ingresar al ejército. Allí ya como teniente coronel tuvo participación, junto a Juan Domingo Perón, en el golpe de Estado de 1943 y en el Grupo de Oficiales Unidos responsable del proceso llamado revolucionario que culminaría con las
elecciones de 1946.
Mientras formaba parte de las conspiraciones políticas, Ducó se daba el tiempo para ser presidente del Club Huracán, adonde llegó al poder en 1938, un cargo que ocupó ocho veces. Fue justamente en ese año cuando armó un gran equipo incorporando a los mejores jugadores de varios clubes.
Pero el arranque de la popularidad del dirigente ante los aficionados del club se dio en 1931 por el hecho de facilitar la incorporación al equipo de uno de los mejores goleadores de la época: Herminio Masantonio.
Era la mejor opción para sustituir al ídolo Guillermo Stábile quien se marchaba al Génova italiano. Masantonio se destacaba como gran delantero de Platense.
En 1931 estaba haciendo el servicio militar obligatorio. Había presentado una excusa por enfermedad. Ducó se enteró del caso aprovechando su grado e influencia en el ámbito militar. Entonces envió a su casa a un grupo de soldados para arrestarlo y llevarlo ante él.
Fue ahí que el militar dirigente, en ese orden, le dio a elegir: o se iba a jugar a Huracán o le esperarían muchos días de arresto. Masantonio no tuvo dudas. En el primer partido con el nuevo club metió dos goles. Hizo 254 más durante su carrera de doce años en el equipo. Lo dejó justo en 1943, el año clave para Ducó.
Es Ecuador 1947. Por primera vez el país organiza y participa en el torneo sudamericano. Esta vez son ocho las selecciones presentes. Solo quedan afuera Brasil, otra vez, y Venezuela.
Argentina, pese a haber dejado afuera por decisión popular a ídolos como Adolfo Pedernera de River Plate y Vicente de la Mata de Independiente, está convertido en una máquina goleadora. Le mete siete a Bolivia y seis a Paraguay y Colombia. Y cuando se enfrenta a su archirrival Uruguay le gana claramente 3 a 1.
Solo Chile logra permanecer de pie, le empata 1 a 1.
Los argentinos ganan entonces seis de siete partidos y se consagran campeones. En esa carrera particular que se mantiene hasta estos días, con el campeonato en Ecuador superan por primera en títulos a los uruguayos: 9 a 8.
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