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#G3 El "Maestro" de todos los tiempos

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Eliminatorias Mundialistas Uruguay-Argentina
Por Homero Fernández

Miércoles 19.03.2025

Uruguay y Argentina se han enfrentado 195 veces durante más de un siglo. El goleador uruguayo es José Piendibene con 22 goles en 43 partidos jugados. Aunque con menos partidos, solo para dimensionar sus números, Luis Suárez y Edinson Cavani cosecharon dos goles cada uno.

En 1911, en el Parque Central, Uruguay le ganó 3 a 0 a Argentina. Allí José Piendibene con apenas 21 años marcó dos golazos. Al terminar el capitán argentino Jorge Brown le estrechó la mano y le dijo: “Vos sos un maestro, muchacho”. Fue el bautizo que auguraba la gloria.

Ya era “el maestro” Piendibene cuando marcó el primer gol en la historia de los torneos sudamericanos el 2 de julio de 1916 en Buenos Aires. Un campeonato que ganó tres veces: 1916, 1917 y 1920.

La maestría de Piendibene consistía en que era un jugador de equipo, un goleador que no iba a pelearla al área como un nueve típico. Llegaba de atrás en combinaciones con los volantes y sus cuatro compañeros de la delantera.
(Recuerden la táctica de entonces: 2-3-5). Era un falso nueve, como le dicen ahora.

Nunca tuvo un remate fuerte por lo que apostó al desmarque y al pase preciso para ir a recibir la pelota. Cabeceaba muy bien aquellos balones que eran como bala de cañón. Fue el mayor goleador contra Argentina con 22 goles en 43 partidos.

César Luis Gallardo lo definió como “el más grande jugador de todos los tiempos en el país y un auténtico maestro de varias generaciones”.

Dicen las crónicas que pocas veces festejaba sus goles, que era modesto no solo adentro de la cancha sino también fuera de ella. No le gustaba hablar después de los partidos y si le preguntaban algo decía que no se acordaba.

José era hijo de Juan Piendibene y Rosa Ferrari. Uno de los siete varones que tuvo el matrimonio. El padre creó una empresa de pintura dedicada también a la restauración en iglesias donde trabajaba toda la familia.

José, como era el menor, quedaba en casa a veces encargado de cocinar. Más de una vez cuando la familia regresaba no lo encontraba. Se había ido a jugar al fútbol al club Buenos Aires. De allí, a los 17 años, pasaría al CURCC, el viejo Peñarol.

Los días de partido almorzaba temprano y luego se iba a jugar al billar al café del barrio. Y cuando le preguntaban: "José, ¿cómo salimos?”. Siempre respondía: “A la vuelta te lo digo”.

Vistió la camiseta aurinegra durante 21 años, jugando 506 partidos y convirtiendo 253 goles, hasta que se retiró en 1928. Contra Nacional jugó 62 partidos y logró 21 goles, siendo el mayor anotador de los clásicos de la era no profesional.

El último gran gol de su maravillosa trayectoria fue el 18 de julio de 1926 cuando Peñarol enfrentó al Español de Barcelona con Carlos Gardel en la tribuna. El “maestro”, a sus 35 años, hizo el tanto del triunfo venciendo al mítico golero Ricardo “El Divino” Zamora.

Su compañero en la delantera Juan Peregrín Anselmo, describía así el momento: “Es cierto yo hice la jugada previa. Quedé en muy favorables condiciones para convertir, pero había que encarar la figura formidable de Zamora, agazapado, cerrando el arco. José, con su gran personalidad, podría superar el instante de gran responsabilidad. Y lo hizo. No es que me haya pedido la pelota, aprovechando mi maniobra. No; yo se la entregué, porque a Zamora había que batirlo. No era fácil.”.

José Piendibene murió el 12 de noviembre de 1969 a los 79 años.

Le quedaron las medallas olímpicas por colgarse. Quedó fuera parte del equipo uruguayo en 1924 en París, porque Peñarol no cedió sus jugadores ya que no reconocía a la AUF. Y en Ámsterdam 1928, porque ya estaba a punto de retirarse.

Sin embargo, no hay duda de que “el maestro Piendibene” ganó el oro la de la inmortalidad en la prolífica historia del futbol uruguayo.

El periodista Diego Lucero escribió, tal vez, el mejor epitafio: “Salve Divino Maestro, Señor de la Cortada, Rey del Pase, Monarca del Cabezazo, Emperador de la Gambeta, Sultán del Dribbling, Soberano del Taquito”.

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