FOTO: El galgo cuando era garato, en alguna parte de me Río de Janeiro
Parece que no se le puede decir chau a Julio así nomás. Hay alguien que puede pensar que decir ‘Bye, bye’ a la J de Julio no es tan fácil como poner la canción de Janis Joplin, y que eso no le moleste, especialmente a alguien a quien un millón de rosas no le alcanzan, ya que le molestan más que la música brasilera.
Puede ser que la idea de pagarle Cash en el último día hábil no le moleste; que, particularmente, eso no se lo tomaría tan personal Jesús, pero lo de tomarse las cosas personal parece que no está pasado de moda. Despechado, dijo que solo podía aceptar una transferencia del mismo banco, porque un día más tarde iba a desaparecer, no de forma misteriosa, y no podría cobrar ni una moneda. ¿De qué le serviría si tenía que esperar hasta después de junio? Tampoco se hacen transferencias de una J a otra. Para nada, Mr. Jones, no me voy a quedar contando cuervos, queriendo ser Bob Dylan o comprarme una guitarra roja, hasta que me toque otra vez.
No quiero ser un perdedor o que me maten como a Joey.
Parece todo un mensaje descodificado, imposible de sacarle el des de ningún desorden. No afeites en la oscuridad, que no estás sangrando en agosto, tampoco vas en la punta de la foto. Nadie tiene ganas de venir con tijeras de puntas redondas o hacer nada de eso, como recortar letras para enviarle cartas a Jack de "vamos como partes", de lo bien que se te veía la última vez que te vieron.
¿Alguien que haya estado en el último viernes en La Trastienda, la noche en la que una J de camisa roja, como la de Johnnie, no caminaba, corría como agua (sin tropezar)? Wauters de oeste a este en el escenario, de Sleepy a la ciudad que no duerme, de sur a norte, de "So far away" a "Back home". Introducirse a sí mismo en la canción, del que sabe presentar a su banda mejor que en Roxy y donde sea, pasar por la feria (nunca perder el encanto de la cereza), el sentido del humor que tiene, la sonrisa perfecta, que ningún disparo de nieve le va a borrar. Tampoco una gira en Bariloche o los cuatro vientos de Alberta en la cara, puede que diga: "patrón, qué frío que se puso en Alaska", fue eso lo que Caroline nos dijo.
Julio, no te pongas mal, estaría bien que lo puedas superar. No es tan complicado, es un mes con tu mismo nombre, no importa quién estaba primero o quién vino después. No hay huevo o gallina. Tampoco es como si tu tocayo fuera tu padre. Dale, Jules, no sos John, hace lo mismo que Ray. Hay que salir rápido de esto, no hay otra, el resto es un real fracaso. No hay cable que cortes, explota siempre en agosto. No cruces el charco, no hay mañana en el Abasto, deja a Luca tranquilo.
Toma un Rutas del Sol al Chuy, compra unas fitas de las que dicen ver información en lámina. Camina hasta llegar a Porto Alegre, saluda a Vitor Ramil de parte del galgo, y después no te detengas mucho en Praia Rosa, dejá Feruchem cuando se convierta en Barruchem, check-in en el Copacabana Palace. No te mueras de risa, ya sabes por dónde iba la garota de Ipanema que se comió el corazón de una serenata de amor. Toma un helicóptero para llegar a São Paulo. Nada del apetito ese cuando entres a la selva, música para campamentos, baila conmigo en hipopótamos, y para cuando quieras acordar, estás precisando hablar con Junio, y en la vitola suena "Sway" de Johnny Rivers, y todo el resto de las jotas que tiene la respuesta en una canción de Jobim.
¡Viva la radio!
Saludos cordiales,
El galgo
P.D. Hay que agregar los que cantaron; ya lo haremos en menos de 24 horas.
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