Gracias al Galgo es viernes y nada se compara con eso

Menos poesía para música a las seis, noticias a las seis, eso me quedó claro. Ayer fue el funeral de la cantante irlandesa que a los 56 años por causas que el galgo no quiso o no quiere saber, partió a un lugar donde puede que encuentre paz. Lo digo más claro: buen viaje a la cantante que apareció como señal de protesta con el pelo muy corto en un video cantando una canción de un príncipe que la hizo famosa, pero puede ser que eso nunca le haya interesado mucho. En vez de romper la foto del papa en la tele, una canción de protesta hubiera estado bien, pero quién te iba a poder explicar eso, cuando lo único que querías era guerra, pero eso fue culpa de todas las batallas que venias. No me puedo imaginar ni un poco, y que escribió imagine tampoco, él ya había dejado claro algunas cosas cuando cantó Mother y dejó a Julian, igual o peor después de que vino el oportuno de Paul a cantar Hey Jude.

No hay canción triste que por arte de magia se convierta en feliz, podes encontrar refugio de la tormenta, en tu cuarto con una radio prendida. Puedes no encerrarte, escuchar como las puertas de la percepción en el aire se abren. Eran muchos personajes, puede haber sido, que la escritura no fuera lineal, que la información fuera mucha y las asociaciones libres sueltas.

¿De quién era ‘More Than Words’? De nadie que fuera a estar invitado al cumpleaños de ‘Who the fuck is Mick Jagger?’ De nadie que haya desaparecido en alguna parte y ahora vayamos a extrañar como el desierto extraña la lluvia. Si había una guerra, y la canción de protesta venía desde antes, esa noche celebraban 30 años de la respuesta está soplando en el viento. Ahora suena la canción que dice que al final de todo, siempre, pero siempre vamos a volver a la radio. No fue Billy Joel el que empezó el fuego y prefiero no nombrar muchos más porque vamos a quedar todos escuchando lo que el Piano Man tenía para decirle a los gin tonics, y yo no quiero más nada que la botella de agua que está arriba de la mesa alta en la que vuelvo a hacer girar discos, pero no necesito aterrizar la aguja en el surco, tampoco voy a tomar una canción triste y hacerla sonar contenta. Brian Eno dijo algo de aquí vienen los jets calentitos, y el otro de Sparklehorse, además de cambiar la canción del pobre Jules, dijo que venían unos pájaros y en las alas traían dolor.

Traigan a Cher lo más rápido que puedan, ella creía en algo que es justo lo que se precisa. El mismo disco de ‘Buen Día Araña’, bien claro decía, estoy enfermo de adioses. Este adiós puede ser tan largo como para que te vaya bien en la transmisión de Jason Molina, dura una eternidad parecida a los siete minutos; de fumar el último cigarrillo, en un techo con un bar en un hotel en Montevideo, en alguna parte de Pocitos. Volver a ser simple, es olvidarme completamente de quien lee, que lea el que tenga ganas. Puedo seguir esto hasta llegar a ‘Tú no sabes nada’, porque nunca supiste lo que es amar a alguien. Ya sé que fuiste al doctor y te dijo que eras un tonto, que no estaba en la colina, por eso no pudiste verlo. Sin embargo, había algo parecido a Kris, con un chaleco (muy parecido al que era de mi madre, que hoy llevo puesto, es negro, y fue lo último que rescaté cuando ya se estaban deshaciendo de las últimas cosas que eran de ella), lo vio todo, supo bien lo que había que hacer, no decir nada, buscar la salida más próxima, decirte ‘acá está mi hombro’ y si quieres te canto un hombro, cantarte la de ‘Me and Bobby McGee’, si eso ayuda a desenchufar eso que tenías metido en el oído y estaba molestando.

P.D. Viva la radio en RadioMundo as usual (same as Guinness).

Una de esas sí me tomaría, pero debería tener poderes de convertir agua en cerveza negra irlandesa, pero esos poderes solo están en la imaginación.