Galgomundo

OTRO DÍA QUE NOS CURAMOS DE TOS, FLEMAS Y AFINES

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FOTO: Galgomundo

El tapado no es de piel, salvo en los puños. No hay lógica distinta a una que está en una canción de Supertramp que en sureste descubren. Les gustaría poder acordarse algo más que el nombre del disco. Breakfast en America. Los desayunos en el hotel Vivaldi se extrañan cada tanto. Cecilia me pregunta cuándo volvemos al Radisson, y la respuesta es pronto, pretty soon. Es un mensaje bien escrito, amable le puedo pedir a la amable señora Morgan. Vivimos todo el año loco entrando y saliendo de las habitaciones de los hoteles, uno de cinco estrellas en el centro, y otro de un par menos en los Pocitos.

La muchacha que no era la del rojo pelo, era de otra parte, más próxima a Danville. Te cuento mis sueños otro día. No me importa si viste o no viste la película en la que trabajaba Gregory Peck. Lo que molesta nada tiene que ver con la humedad, no es la primera vez que lo digo, es viejo y conocido, el ruido que hacen con los cubiertos en la isla. Los dejan caer todos juntos en una hilera de acero. No es porque hayan crecido en el jardín de Milly, es porque son salvajes, están errados y mi mente no está dañada.

En alguna parte tiene que haber quedado el disco de Steve Gunn, el mismo problema que con las drogas, para alguno que dijo haberlas dejado, pero no acordarse en que parte. Siempre parece un buen plan, el mejor, manejar para otro lugar distinto al de la canción de John Hiatt, para el Este vamos, el sur puede esperar.

El enigma no era de una calavera con el nombre de Santo Domingo. El viaje de carretera hasta el Big Bang. Pude ir una vez a buscar un pasaporte que no encontré, puedo volver para ver que encuentro ahora. Son un lote de discos que están más desaparecidos que ausentes. Uno del sentido común de John Prine, intenta decirme que no tiene sentido alguno volver. Pero cuando este deja de sonar, viene otra bastante querida de los J de plata, que dice que está volviendo a volver para atrás. Le pasan otras cosas que poco tiene que ver con el reencuentro de las cosas que una vez tuvo, pero juro que son unas cuantas, y vale la pena volver por ellas. La manera más simple de poder hacer eso, es dormirse, despertarse y pegar la carretera. Cuando puede ser ese un buen plan. Un domingo cualquiera, en el que no me voy a encontrar con mi madre en su día.

Los que cantaron:

  • Drive South – John Hiatt
  • Brownsville Girl – Bob Dylan

No de la manera más directa, me voy a poder encontrar con otras cosas que me van a recordar siempre a ella. Y el resto de las mothers of invention que vinieron después.

Alguien pega un estornudo fuerte en el norte. El ratón que era modesto, dice que alguien se puede haber puesto un disfraz perfecto.

Disculpe amigo, este Galgo era mío y el nombre Big Bang el que insistió tantas veces hasta que ese quedo fui yo.

No te olvides nunca que no podes volver. Está en la tapa de un disco, el último de los Richmond Fontaine que nadie es mentira que nadie los conoce. El disco giraba algunas noches en el bar en la calle Ciudadela. El primero que escuche fue ese los tres días de vacaciones donde todo parece estar bien, pero uno al menos, el que canta, sabe que esas fotos al atardecer, los juegos de poner en video, las bandas a la hora del almuerzo, las luces esas de Neón, y quedarse en el segundo piso del hotel con el nombre de un apellido famoso que no es Roosevelt, dicen todo el tiempo que a la hora del regreso, cuando regresar les toque, no hay taza, taza, cada uno para su casa. La que tenia el café Pausa frente a la casa de mi hermana me saluda, y me dice que iba siempre a su lugar, con mi hijo, pero es mentira. No fui tantas veces, ni tan amigos fuimos. Por las veces que dejaba de hablar le puso Pausa, eso me lo dijo mi hijo una vez.

Los que cantaron:

  • Barely Losing – Richmond Fontaine
  • $87 and a Guilty Conscience That Gets Worse the Longer I Go – Richmond Fontaine
  • There She Goes Again – The Velvet Underground

Pasó por tres mesas distintas, la primera le cae una luz directa, eso le molesta, se lo cuenta al mozo alto que tiene Cuba en la piel, y los mueve a una mesa que está reservada por un huésped que es de Colorado, pero no pronunció palabra. No los frenó, pero más tarde viene la que puso la reserva en la mesa y los mueve a centro sur uno, de donde seguramente solo los pueda mover la cuenta cuando la pidan, la paguen y se vayan. De haber visto tu lado amable, no les interesa nada. Del mundo sin lagrimas no piensan nada. Es bastante probable que estén bien metidos en una primera cita.

La mujer con las botas negras tipo cowboy se encuentra con la mujer de la pausa. Son tejanas con brillos, dibujan las formas típicas de las botas tejanas. Parece como si fuera ayer, pero no tiene nada que ver con la nostalgia. Salvo por esa canción otra vez, la del viento. Insiste Bob Seger, con el tema de correr con el viento en contra, porque se siente mejor que los otros que se habían escapado tres días de las tazas. No es cada uno para su casa, con suerte eso no pasa un sábado, no cuando busca refugio un sábado a la noche. Ya hace un rato largo que la canción que le da nombre al segundo disco de Tom puede haber sonado en modo desapercibido.

Los que cantaron:

  • -Against the Wind – Bob Seger & Silver Bullet Band
  • -(Looking For) The Heart of Saturday Night – Tom Waits

Viva la radio

Saludos cordiales,

El galgo.

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