
Desde la perspectiva de la Teoría de las Relaciones Internacionales , la posibilidad de imponer la paz en conflictos como Gaza y Ucrania, especialmente bajo la acaparadora influencia de actores como Donald Trump, tiene un respaldo teórico e histórico, aunque con matices y debates internos en la disciplina.
La imposición de paz se relaciona con conceptos de coerción y poder, donde potencialmente un actor puede influir en la resolución de conflictos a través de presiones o intermediaciones, ya sea con o sin consenso de las partes.
Históricamente, diversas intervenciones y mediaciones han ejemplificado la idea de una "paz impuesta", como en los casos de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU o las intervenciones militares indirectas que buscan imponer una estabilidad en territorios en conflicto.
Podemos identificar casos como: el Congreso de Viena, el Tratado de Versalles, Alemania y Japón luego de la Segunda Guerra Mundial, cuando una tutoría política se encargó de su gobierno hasta lograr hacer funcionar el aparato estatal de forma autosustentable; y Camboya luego de las matanzas y situaciones incruentas del Khmer rojo es otro ejemplo Kosovo, Camboya.
Desde la visión Realista en las relaciones internacionales, la imposición se justifica por el interés en mantener el equilibrio de poder y la estabilidad, incluso si eso significa imponer una solución sin acuerdo pleno de las partes en conflicto.
Aun en visiones teóricas asociadas a la mediación, se reconoce que en circunstancias donde los actores están sumergidos en una dinámica de escalada bélica, es difícil encontrar rápidamente puntos de apoyo para mediación y acuerdo. Entonces, no resulta descabellado el uso de la coerción para imponer desde actores mas poderosos una hoja de ruta hacia una paz posible.
Con Facundo Rosa Maya, Camila Carmona y Fiorella Venturiello, estudiantes de Relaciones Internacionales y conductores de Contacto Global.









