La Hora Global

Líbano, Siria y el Congo: cuando los estados son parte del problema

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Con Carlos Pocaro repasamos sus percepciones sobre los momentos de desorden y descontrol en Medio Oriente y África.


En Siria
El 8 de diciembre de 2024, una coalición de grupos rebeldes —principalmente Hay’at Tahrir alSham (HTS) junto con facciones respaldadas por Turquía— lanzó una ofensiva relámpago que tomó Damasco y provocó la caída del gobierno de Assad. Este huyó a Rusia, donde fue acogido con asilo político. Fue el fin de más de 50 años de gobierno autoritario de la familia Assad. La caída del régimen implicó un debilitamiento notable del apoyo regional a Rusia e Irán y del influyente papel de Hezbolá. En marzo de 2025 se desató una ola brutal de violencia contra comunidades alauitas en zonas costeras como Latakia, Baniyas y Jableh. Familias enteras fueron asesinadas mediante actos atroces, como descuartizamientos y humillaciones, provocando una aterradora escalada sectaria. Esta realidad ha estado marcada por violencia sectaria, crisis humanitaria masiva y un futuro político aún incierto.

En Líbano
Israel ha lanzado una serie de ataques dirigidos que destruyeron estructuras clave de Hezbollah: entre ellos, el jefe Hassan Nasrallah, su adjunto Hashem Safieddine, varios comandantes regionales y gran parte de su arsenal e infraestructura militar La ofensiva de 2024 incluyó la destrucción de bases, túneles, depósitos de armas y fortificaciones, y confiscación de más de 155.000 armas, 13.000 lanzamisiles antitanque y drones. El gobierno libanés, bajo el mandato del primer ministro Nawaf Salam, aprobó los objetivos de un plan impulsado por EE. UU. para retomar el monopolio del uso de la fuerza, incluyendo el desarme de Hezbollah. Aunque hay avances institucionales en materia de reformar y fortalecer el Estado, el sistema político sectario y la influencia de Hezbollah en el gobierno complican la transición.


En el Congo
Desde 2022, la RDC ha enfrentado una grave crisis humanitaria e inestabilidad en el este del país, principalmente por la resurgencia del grupo rebelde M23, que ha avanzado y capturado importantes ciudades como Goma y Bukavu. Este grupo ha contado con un fuerte respaldo militar de Ruanda, incluyendo el despliegue de tropas de Kigali.

La ofensiva más dramática ocurrió en enero de 2025, cuando el M23, con apoyo de Ruanda, capturó Goma en cuestión de días. La RDC respondió acelerando el deterioro de sus vínculos diplomáticos con Ruanda, acusándolo directamente de “declaración de guerra”. El 27 de junio de 2025, se firmó un importante acuerdo de paz, conocido como el Washington Accord, con la mediación de Estados Unidos (con el rol destacado del gobierno de Trump), Qatar y la participación de los ministros de Relaciones Exteriores de ambos países.
Este acuerdo tiene un fuerte componente geoestratégico: EE.UU. busca asegurar acceso a los minerales críticos del Congo en lugar de que entren por influencia china.

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