Oír con los ojos

La santidad de Carlos

Facebook Twitter Whatsapp Telegram

¿En qué pensamos cuando pensamos en Gardel? Fue la pregunta de Oír con los ojos en su último programa, a 84 años de aquel 24 de junio de 1935, en el que sobre las tres de tarde, en la ciudad de Medellín, en Colombia, el avión en el que Gardel se disponía a partir rumbo a Cali chocó mientras estaba despegando, con otro avión, muriendo como consecuencia del accidente diecisiete personas y entre ellas, el más grande de nuestros artistas populares.

Conductores y oyentes propusieron sus respuestas, pero tuvo especial destaque la palabra del investigador y escritor Rafael Mandressi, colaborador de En Perspectiva y conductor de Sueño de tango en Radiomundo.

 

Sobre Gardel.

Juan el Bautista nunca supo que iba a ser santo, ni que iban a elegir el día de su presunto cumpleaños para transformarlo en hoja de calendario. Tampoco imaginaron quienes instituyeron la fiesta ni quienes la celebraron durante siglos el 24 de junio, que llegaría el día en que a Juan, hijo de Zacarías e Isabel, le saldría un competidor, tan luego en el Río de la Plata. La diferencia es que la santidad de Carlos se conmemora en el aniversario de su muerte, tal vez porque el de su nacimiento es incierto. Tampoco termina de saberse dónde nació, ni quiénes fueron su padre y su madre, ni, por obvias razones, qué edad tenía exactamente cuando murió.

Sí está claro que fue un 24 de junio, en 1935, en el aeródromo Olaya Herrera de la ciudad de Medellín, cuando, al intentar despegar, el avión en el que viajaba se convirtió – justo un 24 de junio – en una hoguera. Se dice que sus restos descansan en el cementerio de La Chacarita, en Buenos Aires, al que llegaron desde Colombia en febrero de 1936, después de haber pasado por Montevideo. Pero también esto puede dejar dudas. Primero una de las alas de otro avión seccionando la cabina y los cuerpos de algunos de sus ocupantes, entre ellos Carlos; después el fuego: ¿los fragmentos carbonizados de quién, o quiénes, fueron rescatados del F-31 del Servicio Aéreo Colombiano y colocados en una caja metálica? Así como se ignora cuál fue el destino de la cabeza de Juan el Bautista, tal vez en el mausoleo de La Chacarita haya restos de Carlos, tal vez de algún otro pasajero, tal vez de varios. El viejo enigma sobre el lugar de nacimiento, que también es un pleito, no lo resuelve ni el ADN.

Por suerte, porque las casi mil quinientas canciones que Carlos grabó, el centenar y medio de músicas que compuso, los ocho largometrajes y quince cortos que protagonizó tendrían otro sabor si esa niebla se despejara. La voz perfecta seguiría siéndolo, las melodías nacidas como silbidos nocturnos no dejarían de ser los dibujos formidables de siempre, pero habrían perdido ese perfume a jeroglífico que secretan las entrañas del misterio.

Carlos es Gardel también por los extremos de su vida, por su nacimiento y por su muerte. Carlos era un extraordinario artista, Gardel es una silueta en el estuario, un ícono fluvial, una estampita en la billetera de un pueblo, un neón parpadeando para siempre. Un mito, en suma, es decir una narración, el relato atorrante que entreteje las palabras antiguas de la oscuridad del huérfano y la gloria final de la tragedia.

***

Foto: Archivo General de la Nación (Argentina) / José María Silva

Música: Anclao en París (Guillermo Barbieri, 1931), por Juanjo Domínguez en guitarra.

Sobre Rafael Mandressi:
Historiador y escritor. Desde 2003 reside en París, donde es investigador en el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS), director adjunto del Centro Alexandre-Koyré de historia de la ciencia y docente en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS). Es autor de libros y artículos académicos sobre temas de su especialidad. También ha sido actor, director teatral y dramaturgo. Su novela Siempre París obtuvo el premio Juan Carlos Onetti en 2013. Es colaborador de En Perspectiva desde 1995. Integra La Mesa de Análisis Internacional y el espacio Tiene la palabra.

Enlaces externos
Oír con los ojos, cuenta en Instagram
Oír con los ojos, cuenta en Twitter

Comentarios