La Sobremesa

Comer en bodegas: un gran plan

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Presenta: Instituto Crandon Gastronómico

¡Bienvenidos a una Sobremesa opípara y con muy buenos vinos! Hoy vamos a conversar con cocineros y personas que llevan adelante restaurantes de bodega, una categoría que no para de crecer, sobre todo en los últimos tiempos. Las bodegas se han convertido en paseos privilegiados, no importa cuánto sepas de vino.

El turismo enológico viene en crecimiento y una de sus pilares es la buena comida; hay muy buenos lugares para visitar en todo el país, con núcleos en Montevideo, Canelones, Maldonado y Colonia, pero también en el norte. Les recomiendo que busquen un lugar que les guste y que le den una oportunidad a este tipo de turismo que se disfruta muchísimo y sin apuros.

El primero de nuestros invitados está detrás de una de las experiencias referentes de la cocina en bodegas. Mauro Fernández es chef asesor del restaurante de la Bodega Pizzorno, con pasado en "La Posta del Viejo Pancho" y en la cadena de hoteles Marriott, desde llegó a ser chef ejecutivo. Además, es un especialista en la cocina con fuegos, técnica que le apasiona.

La bodega ha realizado múltiples festivales gastronómicos alrededor de esta forma de cocinar, entre los que destaca el Festival de Tannat & Cordero. Este proyecto se define como "un viaje a las entrañas de la identidad uruguaya", ofreciendo una experiencia entre viñedos acompañada de tradiciones que evocan las más profundas raíces de nuestro país.

Mercedes Deicas, fundadora del restaurante de la Bodega Deicas y tercera generación de la familia, trabaja en la parte de gastronomía pero además adopta tareas de turismo, eventos, y es adjunta a la dirección. Se formó como cocinera y sommelier en el Instituto Gato Dumas de Uruguay antes de viajar a París para estudiar en el Cordon Bleu.

Le gusta mucho el valor de lo autóctono y lo estacional, hacer platos que tengan que ver con lo que tienen alrededor de la bodega, así como "jugar con la suerte" de tener la producción de vinos a pasos y poder incorporar ese mundo en los platos y la experiencia general del visitante. Para ella no puede faltar la comida de olla, que se hace "despacito y con mucho amor y movimiento en la cocina". "Eso me lleva a mi infancia, y siempre es parte de mi vida".

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