Sobre sus lecturas de ahora y de siempre, sobre algunas preocupaciones y más que nada sobre música -su gran pasión-, la gran poeta uruguaya Ida Vitale, ganadora del Premio Cervantes de 2018 conversó con Fernando Medina para Oír con los ojos.
“Vuelvo a Machado, vuelvo a Juan Ramón, vuelvo a Gabriela, vuelvo a Dante”, dice Ida Vitale en la introducción de Relecturas, página semanal de Oír con los ojos. Se considera lectora antes que poeta y antes que cualquier otra cosa. Y dentro de sus lecturas, la relectura tiene un lugar importante: en esta entrevista, para ilustrarlo, declaró haber leído no menos de diez veces Guerra y Paz de León Tolstói.
A sus 96 años, reinstalada en Montevideo en el barrio de Malvín, luego de muchos años de vivir en Austin, Texas, rodeada de bibliotecas llenas de libros en nuestro idioma, en inglés y en francés, rodeada de discos también, casi todos clásicos, Ida Vitale dialoga sobre literatura y música con palabras tranquilas, luminosas, libres de toda superstición.
En su escala de placeres, “la música va en primer lugar". Sus compositores predilectos, eso sí, aparecen aquí y allá en sus versos; en poemas enteros, en libros en prosa como El ABC de Byobu (Estuario); en todas partes, leyendo a Ida Vitale se encuentra el lector con los nombres de Heinrich Ignaz Biber -“todo es lícito en su violín” (Reducción de lo infinito, 2002)-, de Couperin, de Zelenka.
El diálogo concluyó con la pregunta: de las cosas que más le gustan, libros o música, ¿qué nos alentaría a conocer? "Que escuchen a Bach", fue la respuesta.
Foto: Oír con los ojos.