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Entrevista central, viernes 28 de octubre: Guillermo Maciel

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EC —Más allá de esto que hemos ido preguntándole, teniendo en cuenta todo lo que se debatió en la interpelación, que fue extensa y profunda, ¿qué dejó?, ¿para qué sirvió el llamado a sala? ¿Qué cambió en la percepción que ustedes tienen a propósito de las políticas de seguridad pública?

GM —Cambió poco, ha ayudado para reafirmar y confirmar algunas cosas. Confirmar lo que todos los uruguayos sabemos, que es que la seguridad pública lamentablemente es un desastre. Al mismo tiempo que el ministro estaba hablando ayer, en Canal 12 se publicaba una encuesta de la empresa Cifra que decía que para el 62 % de los uruguayos la inseguridad es el principal problema, y que a su vez, lo que es más grave todavía, cuando se evalúa el desempeño del ministro Bonomi, el 61 % desaprueba su gestión. Y cuando se ve por votantes, por partidos, la mayoría de los frenteamplistas consultados (45 %) desaprueban la gestión de su ministro.

Sí nos enteramos ayer de una nueva justificación, otra de las tantas que ha dado el ministro del Interior, que se dedica a hacer diagnósticos en vez de a aportar soluciones. La nueva justificación es “el relato del miedo”.

EC —Según el ministro Bonomi, el relato del miedo está construido por la oposición.

GM —Y por la prensa también, mire que usted también tiene la culpa. Ayer el ministro no directamente, pero sí a través de senadores del oficialismo, como el senador De León, dijo que la prensa manipulaba las cifras y elegía las noticias que daba, y que por lo tanto alimentaba y daba insumos para la sensación de temor que tiene la población.

EC —Sí, se escucharon esos dos planteos. Y también se señaló que había la intención de socavar la confianza en la policía, lo que calificó como una gran irresponsabilidad. ¿Por qué ahora usted introducía este cuestionamiento que el ministro les hizo a ustedes?

GM —Porque el problema no está en la policía, el problema está en la conducción y en la gestión. Si uno tiene policías más que suficientes y presupuesto más que suficiente y pasan siete años la cartera no puede exhibir un solo resultado positivo, algo está fallando. El ministro no ve lo que en realidad está ocurriendo. Confirma un lado que por aumentaron las rapiñas, los hurtos, los homicidios, y dice por otro lado que tiene la esperanza de cerrar el período de gobierno con una baja de rapiñas. Eso es mero voluntarismo, tenemos que guiarnos por las cifras concretas.

Ayer vimos una escena bastante preocupante para todos nosotros. Si un ministro después de siete años en un cargo para contestar las preguntas que le hace un legislador sobre el tema de su cartera tiene que leer las respuestas que le hacen sus asesores, estamos en un problema. Si yo le pregunto a usted características de su programa, de su radio, con qué gente trabaja, cuánto tiempo sale al aire, cuántos entrevistados tiene, seguramente me va a saber contestar, no va a necesitar que sus asesores le escriban sobre cuestiones de su propio programa, que usted conduce y que usted produce. Ayer pasó eso, luego de siete años el ministro necesita que le escriban las respuestas. Es realmente muy preocupante.

EC —Ahora se va a discutir la moción de censura que plantean senadores de la oposición. Se debatirá el lunes y todo indica que no va a tener andamiento. De todos modos está el reclamo insistente, reiterado en esta ocasión, de que el ministro sea reemplazado. ¿Qué tipo de cambio imaginan ustedes? Porque esto no necesariamente se resuelve con un nombre sí o un nombre no. ¿Cómo habría que proceder para tener resultados en esta materia?

GM —Es un tema que no está en la persona del señor Bonomi. El señor Bonomi es coyunturalmente el ministro del Interior, con un equipo que integran el director de la Policía Nacional, el subsecretario Vázquez y el director general de Secretaría. El equipo es el que ha fallado porque no ha podido exhibir resultados. La función del MI es ensayar mecanismos, cambios, para tratar de mejorar el tema de la seguridad. El MI está para resolver los problemas, no para explicarnos por qué nos rapiñaron, por qué nos robaron o por qué nos mataron. No para dar diagnósticos, no para ir a las causas del delito, sino para reprimir, prevenir y disuadir el delito.

Entonces lo primero que tiene que pasar es que quien asuma el MI, si es que hay un cambio de ministro y de equipo, tiene que asumir cuál es el rol del MI. Y el rol no lo dicen el doctor Maciel ni el senador Bordaberry, está previsto en la Constitución de la República, en la Ley Orgánica Policial y en la Ley de Procedimiento Policial. En esos tres lugares dice que el rol del MI es conservar el orden público y darle seguridad a la gente.

Lo segundo tiene que ver con que hay otras dos patas en la mesa aparte de la prevención y la disuasión. Una es la represión del delito, evitar que haya impunidad. Ayer el ministro reconoció las bajísimas tasas de aclaración de delitos; si no aclaramos los delitos porque no tenemos inteligencia policial y no tenemos buena investigación, los delincuentes se hacen un festival. (El fiscal Zubía dice que “delinquir es un negocio próspero en el Uruguay”. Es terrible esa afirmación y es cierta.)

Y la otra pata de la mesa es la rehabilitación. Si quien va preso hoy va a salir sin haber sido rehabilitado tenemos un gran dolor de cabeza. Los datos del ministro volcados ayer son que el 65 % de los reclusos no trabajan, el 80 % no estudian y más de la mitad, el 60 %, reinciden. Entonces fallamos en la rehabilitación, fallamos en la represión porque hay impunidad porque no agarramos a los delincuentes, y fallamos en prevención porque no hay patrullaje. Esas tres cosas naturalmente y necesariamente tienen que cambiar.

Video de la entrevista

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Transcripción: María Lila Ltaif

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