En entrevista con En Perspectiva el ministro de Relaciones Exteriores Rodolfo Nin Novoa señaló que la prisión de opositores en Venezuela y la autorización para reprimir manifestaciones con armas de fuego es un “exceso a todas luces”. Además se refirió a lo que implicaría un eventual ingreso de Uruguay al TISA, acuerdo comercial que implica la apertura de mercados en el sector de los servicios.
Al respecto, el ministro aseguró que el PIT-CNT se equivoca al considerar que el acuerdo viola la soberanía nacional y anunció que de ingresar al tratado se respetarán todos los monopolios. Además, señaló que “hay que hacer una revisión de todos los mecanismos de integración regional” y expresó su confianza en la gestión de su antecesor, Luis Almagro, como secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
EN PERSPECTIVA
Emitido a las 8.00 hs
EMILIANO COTELO:
Los primeros movimientos del canciller Rodolfo Nin Novoa han abierto varios frentes de discusión en el primer mes del nuevo gobierno. En su primer discurso, su afirmación de que en política internacional “no se debe privilegiar la política sobre el derecho” pareció una crítica al expresidente José Mujica. Luego se sumaron tensiones con Venezuela, algo que en el período anterior era impensable. Recientemente, el PIT-CNT le solicitó una reunión para saber qué rumbo tomará la administración Vázquez con respecto al TISA (Trade in Services Agreement), un acuerdo que busca la apertura de mercados en el sector de los servicios.
De varios de estos temas vamos a conversar con el ministro de Relaciones Exteriores, Rodolfo Nin Novoa, que nos acompaña en los estudios de En Perspectiva.
RODOLFO NIN NOVOA:
Corresponde en primer lugar felicitarlos por la iniciativa y desearles el mismo éxito que tenían en sus emprendimientos anteriores. Consideramos que este es un programa muy serio, muy escuchado, que aporta mucho al periodismo nacional y a la vida en general del país. Así que felicitaciones y éxitos.
EC – Muchas gracias. Para empezar, una cita: un acuerdo de este tipo “pondría en riesgo el patrimonio y la soberanía nacional con la intención de liberalizar y desregular los mercados”. Así define el PIT-CNT las consecuencias que tendría el ingreso de nuestro país al TISA, un acuerdo sobre comercio en servicios que incluye a 23 países miembros de la Organización Mundial de Comercio.
El PIT-CNT se mostró muy molesto con el “secretismo” con el cual el anterior gobierno habría encarado las negociaciones. Incluso el dirigente Fernando Gambera reveló a Búsqueda que en la reunión que el PIT-CNT tuvo con el Poder Ejecutivo para plantear su preocupación el director de la OPP, Álvaro García, y el ministro de Trabajo, Ernesto Murro, quedaron “perplejos porque desconocían el tema”. Y el presidente Tabaré Vázquez reconoció que se enteró por la prensa de las conversaciones que Uruguay mantenía para ingresar al TISA. ¿Usted cuándo se enteró?
RNN – Yo también me enteré en esos días. Creo que fue un bache que tuvimos en la transición, no atribuible, por supuesto, a un espíritu de secretismo de la anterior administración, sino a que todo es muy reciente.
EC – No figuró en los contactos de transición.
RNN – No, no figuró. Por eso es que tanto el presidente Vázquez como el ministro Murro como el director de OPP como yo mismo nos sorprendimos un poco al conocer el tema. Pero lo que quiero es abordar este debate con la mayor objetividad y profundidad posibles.
En primer lugar, el TISA es un acuerdo de libre comercio sobre servicios en el que se negocia sobre cláusulas negativas.
EC – Vamos a explicar qué es eso.
RNN – Negociar sobre cláusulas negativas significa que cada país pone encima de la mesa los temas que no quiere que estén en un acuerdo de libre comercio de servicios (servicios médicos, de telemedicina, servicios portuarios, de correo, monopolios, etcétera).
En segundo lugar, es la única discusión en la que el Uruguay participa en un ámbito plurilateral. No hay ninguna otra organización o negociación en la que Uruguay esté negociando hoy plurilateralmente.
En tercer lugar, el Uruguay se vuelca cada vez más hacia un fuerte perfil de prestador de servicios (servicios portuarios, de comunicación, de varios tipos). En consecuencia, nos parece que no podemos quedar fuera de una discusión sobre los servicios que se están tratando de liberalizar en el mundo.
EC – Acaba de enfatizar la palabra “discusión”. Supongo que alude a que el TISA como tal todavía no existe.
RNN – No existe. [La negociación va] a ser mucho más larga que la ronda Doha o que las negociaciones en la OMC.
EC – La página web de la Comisión Europea dice que se trata de “un acuerdo en negociación”.
RNN – Exactamente. Y nos parece que el Uruguay no puede estar fuera de eso. Porque los países que integran este “acuerdo” representan el 70% del flujo del comercio de servicios mundial, y el Uruguay es un país que va adquiriendo un perfil cada vez más volcado hacia los servicios.
EC – Entiendo lo que puntualiza, pero el solo hecho de participar –porque Uruguay está participando, pidió el ingreso a estas negociaciones en setiembre de 2013, fue aceptado, e intervino por primera vez en estos contactos en febrero pasado–, ¿qué compromisos implica?
RNN – Ninguno.
EC – Se lo pregunto porque un cable de la agencia EFE citó al comisario europeo de Comercio, Karel De Gucht, que dijo que “el ministro uruguayo de Exteriores, Almagro Lemes, había garantizado que su país comparte los objetivos de las negociaciones del TISA y que respetará los resultados de la negociación logrados por otros participantes si se une a ellas”. ¿No está la obligación de aceptar y respetar lo que ya se acordó en el momento en que se entra?
RNN – Creo que no, porque basta con que alguno de los servicios que se estén discutiendo perjudique a alguna de las líneas estratégicas de Uruguay en materia de servicios para no aceptarlo y que quede fuera. Supongamos que se hubiera acordado sobre la libertad total en telecomunicaciones; Uruguay tiene un monopolio en telefonía básica que no está dispuesto a ceder, entonces si los demás países acuerdan, nosotros no acordaremos sobre eso. O sobre la refinación de petróleo.
Hay dos actitudes, una actitud ofensiva, que es lo que nosotros queremos, y una actitud defensiva, que es lo que no queremos. Estados Unidos no quiere muchas cosas, la Unión Europea no quiere muchas cosas. Hay que ir y ver cuáles son los acuerdos que se pueden lograr en materia de servicios con países que tengan intereses comunes. Por ejemplo, Uruguay y Noruega, que está participando, pueden tener interés común en desarrollar hubs portuarios tanto allá como acá, tanto en Montevideo como en la capital de Noruega. Ahí puede haber un ámbito de acuerdo; en otros no lo va a haber. Vamos a respetar los monopolios que tiene Uruguay, vamos a respetar las decisiones que Uruguay ha tomado en materia de servicios, sobre todo estatales, y vamos a hacer una política ofensiva en algunos casos y defensiva en otros.