Debate entre la doctora en Ciencias Sociales Teresa Herrera y el doctor Hoenir Sarthou.
EN PERSPECTIVA
Miércoles 01.03.2017, hora 8.17
EMILIANO COTELO (EC) —En lo que va del año, solo dos meses, ocho mujeres fueron asesinadas en Uruguay por su pareja o su expareja. Es una realidad indeseable, sin duda. Pero… ¿cómo enfrentarla? Y, además, ¿qué lugar debe ocupar este problema en el debate nacional?
Estas preguntas se han reiterado en nuestros espacios de las 9, aquí En Perspectiva. En particular, en las mesas que integran Teresa Herrera y Hoenir Sarthou.
Más de una vez, ellos han manifestado posiciones contrapuestas: Teresa, desde su lugar militante de la Red Uruguaya contra la Violencia Doméstica, y Hoenir, con una visión crítica hacia muchas de esas ONG. Esas diferencias se han intensificado en estos días, cuando se acerca el Paro Internacional de Mujeres convocado para el 8 de marzo.
Estaba pendiente una instancia de intercambio directo entre ambos. Eso, justamente, es lo que hemos organizado esta mañana. Una discusión, una polémica que ahora iniciamos, con la expectativa de que resulte enriquecedora.
Vamos empezar por el dato que yo daba recién: en lo que va del año, ocho mujeres fueron asesinadas por su pareja o su expareja.
Hoenir, tú has dicho, palabra más, palabra menos, que la realidad te preocupa, pero que el problema aparece sobredimensionado en la agenda, en la discusión nacional. ¿Cuál es tu razonamiento?
HOENIR SARTHOU (HS) —Mi razonamiento es muy simple: en realidad las muertes de mujeres a manos de su pareja o expareja son algo así entre un 6 % y un 8 % –el año pasado fueron un 6 %– de los casos de homicidio en el Uruguay. No hay un crecimiento de las muertes por violencia de género con respecto a los homicidios en general. Lo que hay es un aumento de la violencia y de los hechos de sangre en el Uruguay. Hay un aumento importante, con algún pequeño retroceso el año pasado; este año no sabemos todavía cómo va a estar la cosa. Pero no hay un aumento comparativo entre las muertes por violencia de género contra mujeres y la totalidad de violencia en la sociedad. El problema es que tenemos una sociedad que está cada vez más violenta.
EC —¿Entonces?
HS —Entonces, centrar todas las baterías en un aspecto que representa un 6 % del problema es una visión absolutamente parcial, injusta, y que además termina por no dar resultados. Está sobredimensionado porque cuando tú tenés un problema general de violencia que provoca, por ejemplo el año pasado, 265 muertes por asesinato, detenerte en 16 de esas muertes solamente y centrar todas las baterías en eso me parece un despropósito.
TERESA HERRERA (TH) —En primer lugar, todas las vidas humanas son valiosas. En segundo lugar, no todas las muertes tienen las mismas causas, los femicidios tienen causas muy distintas de la muerte en una rapiña, de un ajuste de cuentas entre dos delincuentes. Y quienes trabajamos en pos de eso lo hacemos en ese sentido, todas las vidas humanas son importantes, por algo las contamos, las contamos recién desde 2005, además, sabemos, empezamos a ver efectivamente. Esperemos que no se mantenga el promedio de este año, porque si se mantiene habrá crecido.
Las consecuencias de esa violencia de género no alcanzan solo a las mujeres. El año pasado en este país los padres varones mataron a siete niñas, niños y adolescentes en represalia porque sus madres los habían denunciado por violencia. Si hemos llegado a esos límites, si un hombre, siguiendo el lineamiento aristotélico, considera que es dueño de la vida y la muerte de sus hijos, de sus esclavos y de su esposa, como ya no tenemos esclavos parece que algunos siguen pensando que son dueños de la vida y de la muerte de sus hijos y sus esposas.
Además, la inmensa mayoría de las mujeres que mueren víctimas de violencia lo hacen a manos de sus exparejas, está estadísticamente demostrado. Porque cuando ellas deciden terminar esas relaciones, que por supuesto son abusivas, porque el tiro, la cuchillada, cualquiera de las formas espantosas con que se asesina a las mujeres, es la última etapa de la crónica de una muerte anunciada. Entonces lo que nosotras queremos es que la política pública se ocupe en serio de un proceso que no es un problema entre particulares, es un problema público.
HS —Esto de poner la lupa sobre ciertos casos es muy efectista. Yo puedo contar dos crímenes que leí que pasaron en estos últimos dos días. En uno de ellos una señora de Las Piedras dueña de un almacén fue asaltada por dos hombres, el hijo de 16 años intentó defenderla, le pegaron un tiro en el cuello y lo mataron delante de su madre. Y ayer o anteayer, una mujer joven, de 20 años, estranguló a su madre de 54, la ahorcó después de una discusión.
Si miro esos episodios, son horribles, todas las muertes violentas son horribles. Lo que me parece poco adecuado es que se haga semejante movilización, semejante esfuerzo publicitario para supuestamente combatir a un 6 % de esas muertes, y estas otras, por ejemplo ese estrangulamiento de la mujer, el asalto en el que mataron a un chiquilín de 16 años por defender a su madre, esas no importan, no se les pone la lupa, no se las mira y no son parte de este tema.