Entrevista con Pablo Inthamoussu, director general de Movilidad de la Intendencia de Montevideo.
EN PERSPECTIVA
Jueves 01.02.2018, hora 8.35
DANIEL SUPERVIELLE (DS) —A poco más de cinco años de su inauguración, en diciembre de 2012, el corredor Garzón continúa dando problemas a la Intendencia de Montevideo.
Hace días que se está trabajando en una nueva modificación de esa infraestructura vial con el objetivo de acelerar el tiempo de traslado de los ómnibus, aumentar la capacidad de las paradas y mejorar en materia de seguridad vial, ya que allí ocurrieron varios accidentes de tránsito protagonizados por peatones.
Para conocer más de estos nuevos cambios en una obra que se ha transformado en un dolor de cabeza para la comuna, vamos a conversar con el director de Movilidad de la Intendencia de Montevideo, Pablo Inthamoussu.
ROMINA ANDRIOLI (RA) —¿Cuántos cambios se le han hecho ya a esta altura al corredor Garzón?
PABLO INTHAMOUSSU (PI) —En esta administración le hemos hecho unos cuatro cambios, básicamente. Algunos de ellos, los anteriores, bastante menos importantes en su tamaño, en su magnitud. Este si se quiere es el último y es el más importante en cuanto a que requería una obra un poquito más grande.
RA —Detallemos en qué consisten las nuevas obras que comenzaron hace algunas semanas. Por un lado se va a eliminar el cantero central de la avenida desde la calle Carve hasta Margarita, en el centro comercial del barrio Colón.
PI —Exactamente. Lo que se elimina no es el cantero porque no hay cantero, ahí hay un carril central para ómnibus; lo que se retira es la barrera física que separa el transporte público del tránsito común. La obra más complicada, la que lleva un poquito más de trabajo, es el retiro de los refugios que están en ese carril central, sobre todo en el centro de Colón esos refugios llevan un trabajo importante porque su colocación llevó una fundación importante, lo que implica que hay que mover algunas columnas de semáforos. Eso es el centro de es esta pequeña obra.
RA —Una de las modificaciones es que la gente no va a tener que cruzar hacia ese separador central donde aguardaba el ómnibus, porque las paradas vuelven a estar en la vereda.
PI —Exactamente, en el centro de Colón volvemos a la situación precorredor.
RA —Y va a haber más lugar, porque antes era un problema el espacio que había para esperar el ómnibus, ahora las paradas se vuelven a ensanchar.
PI —Exactamente. Ese es uno de los objetivos, mejorar la capacidad para que la gente pueda esperar el ómnibus en mejores condiciones. Por otro lado, el otro gran objetivo de esta movida es que tres líneas de ómnibus del eje Garzón-Lezica (339, 148 y 174) no tengan que hacer un recorrido técnicamente negativo, ir hacia fuera y volver al eje de Lezica. Aparte son tres líneas que tocan el corredor en un trayecto bastante pequeño, entonces nos parece que no tiene demasiado sentido que tengan que hacer todo el recorrido hasta la terminal Colón, que es justamente lo que le agregó al recorrido 8 minutos que ahora queremos recuperar.
DS —¡Qué dolor de cabeza el corredor Garzón!
PI —Nuestra obligación, más que volver a hacer una evaluación de lo que ya se evaluó, ya pasó y ya estuvo en la discusión pública, es encontrar algunas soluciones a algunos problemas puntuales que detectamos. Apenas asumimos la responsabilidad les encargamos a los equipos técnicos que buscaran alternativas para mejorar esos dos aspectos, la capacidad de las paradas y el tiempo de viaje, y nos pareció que este era el momento. Hicimos un trabajo de presentación de la propuesta en el municipio, al Centro de Comerciantes de Colón, a las empresas de ómnibus, llegamos a una síntesis y ahora estamos en plena ejecución. Elegimos los meses de enero y febrero para aprovechar que la movilidad se reduce, por razones obvias, de modo de tener esta modificación pronta en marzo, y estamos absolutamente convencidos de que esos aspectos van a mejorar.
