Entrevista con el economista Martín Vallcorba, responsable del Programa de Inclusión Financiera.
EN PERSPECTIVA
Jueves 10.12.2015, hora 8.22
EMILIANO COTELO (EC) —La Ley de Inclusión Financiera ha tenido efectos vertiginosos: desde agosto del año pasado hasta hoy se han quintuplicado las operaciones con tarjeta de débito, y en los últimos tres años se triplicaron las terminales POS [sigla de point of sale, "punto de venta"] en los comercios del país.
De todos modos, el gobierno sigue promoviendo el uso de medios de pago electrónicos, y esta semana, en conjunto con el Banco República (BROU) y los bancos privados, anunció un paquete de medidas para que clientes y comerciantes se sientan más atraídos a utilizarlos.
¿Qué beneficios traerá la profundización de la inclusión financiera? ¿El uso de dinero será una rareza dentro de poco en los comercios uruguayos?
Vamos a conversar de estos y otros temas con el responsable del programa en el Ministerio de Economía y Finanzas, economista Martín Vallcorba.
El martes se anunció un paquete de nueve medidas que por un lado facilitan a los clientes el uso de tarjetas de crédito y débito y por otro reducen los costos que tienen que asumir los comercios para incorporar medios de pago electrónico. ¿Por qué se da este nuevo paso ahora?
MARTÍN VALLCORBA (MV) —Hemos logrado avances importantes tanto en el uso como en la aceptación de los medios electrónicos por parte de los comercios, con un crecimiento muy grande que ha estado focalizado en los pequeños comercios, que han sido los que más han incorporado los POS.
Pero evaluamos que era necesario dar un nuevo impulso a este proceso de inclusión financiera y de transformación del funcionamiento del sistema de pago, fundamentalmente generando condiciones a nivel de los pequeños y microcomercios para que pudieran comenzar a aceptar estos medios electrónicos. Por lo tanto, el foco de las medidas ha estado en facilitar y reducir los costos que tiene para los pequeños comercios la aceptación de las tarjetas con un paquete de medidas que incentiven a estos comercios a que se incorporen al uso de esta tecnología.
EC —Hay resistencias todavía allí, hay dudas.
MV —Hay resistencias, a veces hay problemas de información y algunas veces también había temas de costos, explícitos e implícitos, que es a lo que se apunta. Por ejemplo, algunas de las medidas tienen que ver con la reducción de los aranceles, con reducciones adicionales para los pequeños comercios, con la eliminación de las retenciones de impuestos, con la reducción del plazo de pago de las tarjetas a los comercios. Todos elementos que en el relevamiento que habíamos hecho a nivel de los comercios se identificaban como algunos de los problemas que los comerciantes visualizaban para comenzar a aceptar los medios electrónicos de pago. Por eso fue que, en un esfuerzo tanto del sector público como de los actores privados, se tomaron estas medidas.
Con la inclusión financiera hemos querido promover y acelerar un cambio que naturalmente se iba a dar. Desde las políticas públicas hemos tratado de evitar que ese cambio, que es una gradual sustitución del efectivo por los medios electrónicos, no generara exclusiones a nivel de los pequeños comercios. Era la situación que teníamos antes, los pequeños comercios no podían acceder a esta tecnología, porque hasta hace un par de años el arancel que tenían que pagar era del 7 % por tarjeta de débito.
EC —Aclaremos qué es el arancel.
MV —Es el costo que el emisor de la tarjeta le cobra al comercio por las transacciones que se pagan con ese medio electrónico. Ese arancel era de 7 %, hoy está en 2,5 % y está previsto que a partir del 1.º de enero se reduzca al 2,35 %, y a partir del 1.º de julio del año próximo al 2,2 %, y para los pequeños comercios baja al 2 %. Es una reducción muy significativa de los costos. Si no se hubiera tomado la iniciativa desde las políticas públicas, seguramente esta tendencia de mayor uso de los medios electrónicos se habría dado igual, pero a los pequeños comercios les habría sido muy difícil asumir y sobrellevar esos costos. Es otra dimensión de las políticas de inclusión, en este caso la inclusión de los pequeños comercios al uso de esta tecnología.
EC —Sigamos con otras consultas que tienen que ver con medidas destinadas a esa parte de las transacciones, al sector de los comerciantes.
ROMINA ANDRIOLI (RA) —Entre las medias que se han mencionado, se prorrogan los regímenes de promoción de inversiones para la instalación de los POS, el aparato que se utiliza para pasar la tarjeta para realizar un pago. ¿Qué implica esta prórroga?
MV —En el marco de la Ley de Promoción de Inversiones, desde el año 2012 se han establecido distintos esquemas de promoción. Por ejemplo, se han declarado promovidas las inversiones que realizan las empresas que administran las redes de POS en expandir esas redes. Esas empresas se benefician con exoneraciones tributarias sobre el impuesto a la renta y el impuesto al patrimonio, con lo cual se busca reducir los costos de las inversiones y facilitar la expansión de las redes.
Este beneficio tiene contrapartidas: por un lado la expansión de la red –cuanto mayor es la expansión de la red, mayor es el beneficio tributario que se otorga– y por otro lado el traslado de esos beneficios al comercio en términos de menores costos de arrendamiento del dispositivo. En algunos casos –por ejemplo si se llega a duplicar la red– la exoneración tributaria puede llegar al 100 %. Ese beneficio se traslada al comerciante, quien paga un costo máximo de arrendamiento que hoy no supera los $ 300 mensuales por el dispositivo.
EC —El comerciante paga un alquiler por el dispositivo.
MV —Hay distintas modalidades. En algunos casos los comerciantes pueden comprar el dispositivo, pero en general lo arriendan y pagan un alquiler, que en el marco del régimen de promoción de inversiones está topeado en $ 300. Para los comercios más pequeños existe un subsidio del 70 %, que se prorrogó hasta el 31 de diciembre del año próximo. Con lo cual el comerciante termina pagando menos de $ 90 como costo mensual del dispositivo.
EC —Se prorrogó hasta el 31 de diciembre del 2016 el subsidio del 70 %.
MV —Y se estableció un subsidio del 40 % para el año 2017. Estas son las dos medidas, por un lado se prorroga el esquema de promoción de inversiones hasta el 31 de diciembre del 2016 para todos los dispositivos. Todas las inversiones en nuevos POS que se realicen el año que viene van a estar incluidas en el régimen de promoción para las empresas que administran estas redes. Y por otro lado se extendió hasta el 31 de diciembre del 2016 el subsidio del 70 % a los pequeños comercios y se estableció en 40 % para el año 2017.
RA —Otra de las medidas anunciadas es la eliminación de las retenciones impositivas sobre ventas realizadas con medios de pago electrónicos. La medida está pensada para pequeños comercios.
MV —Esa medida está focalizada en los pequeños comercios, los que se conocen como monotributistas y los del literal E. Los comercios de esa categoría no hacen una liquidación del IVA como cualquier comercio, sino que tienen un régimen simplificado y pagan un determinado monto mensual. Esos regímenes aplican hasta un determinado nivel de facturación; esa es una medida que buscó facilitar el proceso de formalización de muchos de estos comercios.
La realidad es que la facturación declarada de algunos de estos comercios es menor que su facturación real, entre estos comercios se generan niveles de informalidad para poder mantener el esquema tributario simplificado. Si yo declaro una facturación que supera en este caso los UI 305.000, debería pasar al régimen general de liquidación de impuestos, que es más gravoso para la empresa. Cuando estos comercios aceptan medios electrónicos de pago de alguna manera están blanqueando la operativa que realizan, y eso automáticamente podría generar que tengan que salir del régimen simplificado para pasar al régimen general.
RA —¿Cuál es la medida que busca evitar eso?
MV —En las próximas semanas se va a enviar al Parlamento un proyecto de ley para bonificar las ventas con medios electrónicos, computar parcialmente las ventas que se realicen con medios electrónicos en porcentajes decrecientes en un período de tres años, de forma que estos comercios tengan un período razonable para ir adaptándose a un marco de formalidad plena, que genera beneficios para la economía en su conjunto y les permite a estos comercios ir regularizando su situación gradualmente.
EC —Hablamos de que van a bajar los aranceles que cobran las compañías emisoras de tarjetas de débito y crédito. ¿Algún comentario adicional sobre ese punto?
MV —Hay una rebaja general y hay una rebaja especial para los pequeños comerciantes. Los pequeños comercios –literal E, monotributistas– van a pagar el arancel del 2 % durante 2016 y 2017, lo que significa un adelantamiento del cronograma que estaba previsto. A fines del año 2011 se anunció una rebaja de aranceles para la tarjeta de débito, se pasó del 7 % al 2,5 %, y se anunció un cronograma de reducciones sucesivas, que dependían del aumento del volumen de transacciones. Porque este es un negocio básicamente de escala, cuanto mayor es el volumen de transacciones, más se reducen los costos fijos, lo cual hace posible reducir todo el costo de funcionamiento del sistema y trasladar esa reducción del costo al comercio.
Estamos adelantando el cronograma, llevándolo en general al 2,2 %, pero para los pequeños comercios a un 2 %. Eventualmente, si el aumento del uso de las tarjetas de débito fuera tal que avanzáramos en etapas de mayores reducciones –este cronograma termina en un arancel de 1,5 %–, los pequeños comercios también se beneficiarían de este menor arancel. Pero tienen asegurado que al menos hasta el 2017 el costo por el uso de las tarjetas de débito no va a superar el 2 %.
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RA —Otro aspecto apunta a dar respuesta a la queja de los comerciantes por el tiempo que demora el reembolso del dinero a los comercios por las transacciones hechas con medios de pago electrónico. En este momento, el tiempo para que el comercio reciba el pago en el débito es de 48 horas, y ahora la banca privada y el BROU anunciaron que van a trabajar para que el reembolso pueda realizarse a las 24 horas de realizada la transacción. ¿Qué era lo que alargaba los tiempos? ¿Cómo se va a lograr agilizar ahora?
MV —Ese era otro de los reclamos que nos realizaban los comercios cuando analizábamos estos temas. Está centrado en el uso de la tarjeta de débito, el régimen de la tarjeta de crédito es diferente. La tarjeta de débito implica el uso del dinero que yo ya tengo en la cuenta; como usuarios cuando pagamos nos sacan el dinero en el momento, pero ese dinero demoraba 48 horas para acreditarse en los comercios decían por qué demoran 48 horas en acreditarme. Eso es en los casos en que el comercio tiene una cuenta; si al comercio le pagan en cheque el plazo de pago es mayor aún.
Esta medida se enmarca en el proceso de facilitación de la apertura de cuentas. Todos los pequeños comerciantes tienen derecho, a partir del pasado 1.º de octubre, a tener una cuenta gratuita. Por lo tanto el comercio que hoy no tiene una cuenta y que está cobrando con cheque, de repente a los 7 o 10 días, al tener la posibilidad de abrir una cuenta sin costo, acorta los plazos. Al mismo tiempo, los bancos privados y el BROU van a trabajar durante el primer semestre del año próximo para acomodar los procesos.
Estas son cuestiones muchas veces operativas, que tienen que ver con el propio proceso de liquidación que realizan los comercios y el procesamiento de las operaciones. Ese proceso lleva a que hoy el plazo sea de 48 horas. El compromiso que hemos logrado que los bancos asuman es trabajar para modificar todos esos procesos, para reducir el plazo de pago y poder liquidar a las 24 horas. Tiene complejidades fundamentalmente operativas.
Hay algunos emisores que hacen el proceso de liquidación en Argentina, que dependen de que estos ajustes se realicen por los procesadores en Argentina, lo cual en algunos casos introduce algún elemento de mayor complejidad. Es posible que algunos emisores comiencen antes, que no tengamos que esperar al 1.º de julio para que esto esté operativo, pero ese es el plazo máximo que nos hemos establecido para que los comercios puedan recibir en su cuenta a las 24 horas el dinero correspondiente a las compras que cobraron con tarjetas de débito.
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RA —Otro cambio importante para los comerciantes es la incorporación del botón de pánico en las máquinas de POS, que alerta a la policía durante un robo o una rapiña. Desde el punto de vista técnico, ¿hay que cambiar las máquinas para incorporar el botón de pánico?
MV —No, se hace una reprogramación de los dispositivos, por lo tanto el mismo aparato que hoy tiene el comercio va a brindar esa funcionalidad. Esto se enmarca dentro de otra estrategia: no solo reducir los costos, sino también incorporar servicios que agreguen valor al comercio por tener el POS. Esto va a permitir no solo aceptar medios de pago electrónico, sino también recibir otros servicios a través de la tecnología. En este caso un servicio de seguridad, con una línea directa al servicio 911 con respuesta policial inmediata.
EC —Es un botón que permite que la alerta llegue directamente a la policía sin tener que hacer una llamada, sin tener que hablar, sin tener que pasar detalles, porque ese POS está georreferenciado, la policía sabe en qué lugar exactamente está colocado ese aparato.
MV —En qué lugar está, qué tipo de establecimiento es, cuál es el giro. Eso permite una respuesta policial mejor y más rápida. Creemos que es un servicio adicional para el comercio, que le hace más atractivo tener el POS para aceptar los medios electrónicos.
RA —¿Tiene un costo extra?
MV —No, fue parte de las conversaciones con los propios emisores y las redes que administran los POS. No tiene costo para el comercio. Esto estrictamente fue una iniciativa de los propios privados, que hace ya unos años se lo plantearon al Ministerio del Interior. En su momento no se pudo implementar porque el Ministerio del Interior no tenía capacidad para dar una respuesta efectiva ante un llamado del comercio y no nos parecía conveniente brindar el servicio si después la respuesta no era la satisfactoria. Hoy el Ministerio de Interior ha realizado inversiones importantes y está en condiciones de dar esa respuesta.
Inicialmente el servicio se va a brindar en un plan piloto aplicado a las estaciones de servicio y a los restaurantes en Pocitos y Punta Carretas. Pero la idea es que en pocos meses esté generalizado a todos los comercios, por lo menos a todos los comercios del área metropolitana en una primera etapa. Nos parece que es un servicio que agrega valor, junto con otros que también se anunciaron, como la posibilidad de que todos los comercios se transformen en puntos de extracción de efectivo.
EC —Ahí ya estamos del otro lado, eso ya sería una ventaja para el tenedor de tarjeta.
RA —Exacto, el cliente, el usuario común va a poder ir a un comercio, un almacén, y retirar un monto determinado de dinero en lugar de ir a un cajero automático.
EC —Cashback se le llama a esa operación.
MV —Es una operativa que ya existe en muchos países desde hace tiempo, que se conoce como cashback. Es el “vuelto”; de la misma manera que uno cuando paga en efectivo recibe el vuelto, en este caso realiza una compra, paga con un medio electrónico, con una tarjeta de débito, sin límite –uno puede comprar un chicle, un alfajor–, y pide que se le entregue dinero en montos pequeños.
RA —¿Cuál puede ser el monto?
MV —El Banco Central [del Uruguay] (BCU) aún no ha definido el monto, pero el presidente del BCU ponía por ejemplo $ 500, $ 1.000. Son pequeños retiros, pero los usuarios van a disponer de puntos de extracción de efectivo en muchísimos lugares donde. Pensemos que tenemos unos 1.500 puntos de extracción de efectivo en el país y 40.000 POS, por lo tanto en la medida en que en cada uno de los POS se puedan realizar extracciones de efectivo estaremos pasando de 1.500 puntos a potencialmente 40.000. Es una cuestión voluntaria, es el comercio el que decide aplicarlo.
EC —El comercio decide, acepta o no acepta.
MV —Es un instrumento más, que genera beneficios para el usuario, pero también implica un beneficio para el comercio, porque muchas veces el tener el dinero en la caja es un factor de riesgo.
EC —Es una ventaja para el comerciante alivianar la caja.
MV —Reducir el efectivo que tiene en la caja. Y automáticamente se le acredita en la cuenta, en ese caso es un proceso automático. Esto no es un crédito, retiro el dinero que tengo en mi cuenta, en lugar de ir a un cajero lo retiro en un comercio. Y el comercio recibe ese dinero en la cuenta.
Esto tiene otra consecuencia. Porque si bien hemos tenido un crecimiento importante del uso de los medios electrónicos, los comerciantes cobran muchas de las ventas en efectivo. Hemos trabajado con algunos distribuidores –por ejemplo en la bebida– preocupados por los problemas de seguridad de los trabajadores y que aspiran a que los comercios paguen con medios electrónicos. A su vez, el comercio se ve en la dificultad de que tiene el dinero en la caja, no en la cuenta, y por lo tanto tiene que pagar en efectivo. Con este mecanismo, el comercio reduce el efectivo, automáticamente traslada ese dinero a la cuenta, y eso hace posible que en toda la cadena de pagos, incluyendo a los proveedores, se avance en el uso de los medios electrónicos.
EC —¿Cuándo queda habilitada esta posibilidad?
MV —En los próximos días el BCU va a emitir la normativa que habilita a que los privados brinden este servicio. Depende de los emisores –a nivel de tarjetas de débito tenemos dos grandes emisores, las tarjetas Maestro y las tarjetas de débito Visa– cuándo estará operativo y en última instancia también cuándo lo incorpora el comercio. Pero pensamos que en no más de un par de meses esto debiera estar funcionando en los comercios que lo deseen incorporar.
RA —¿Un requisito fundamental es hacer una compra en el comercio para poder hacer la extracción?
MV —Está asociado a una compra, pero una compra sin mínimo. [El mínimo de pago con tarjeta] muchas veces genera disconformidad en los usuarios. Vamos a un comercio y para poder pagar con tarjeta nos exigen un valor mínimo de compra. En este caso, si el comercio quiere brindar este servicio, va a tener que brindarlo sin un mínimo de compra, por lo tanto esto se generaliza a todos los pagos que podamos hacer con tarjeta de débito.
RA —¿Con esta medida se busca sustituir el seguir extendiendo la red de cajeros? Porque eso es un debe quizás de la Ley de Inclusión Financiera, los usuarios se encuentran con que tienen más o menos la misma cantidad de puntos de extracción, de cajeros, que tenían tiempo atrás, antes de que estuviera más generalizado.
MV —Sí. Tenemos dos mecanismos. Por un lado, se están generando condiciones que facilitan la instalación de corresponsales financieros. El caso más claro son las redes de cobranza, pero también hay supermercados que se han convertido en corresponsales, que son puntos de atención a los clientes de las instituciones financieras que les permiten realizar cualquier trámite. Retiro de efectivo y otros trámites más. Una primera línea de trabajo para incrementar la cantidad de puntos de atención a los clientes es expandir la red de corresponsales.
Hasta ahora había algunas restricciones en cuanto a medidas de seguridad que los corresponsales tenían que cumplir, lo que limitaba la posibilidad de que algunas redes se instalaran en localidades muy pequeñas, que tienen poco movimiento de fondos. Porque los requisitos de seguridad son generales e iguales para todos, lo mismo para un local en el centro que para un local en una pequeña localidad en el interior. Eso dificultaba llegar con locales de cobranza a algunos puntos sobre todo del interior del país.
Estamos trabajando con el Ministerio del Interior para racionalizar las exigencias en función del riesgo real. Por lo tanto esto va a ser una primera línea que nos permita extender los corresponsales, el mecanismo permitirá extraer efectivo y acceder a otros servicios. Con esto apuntamos a masificar los puntos de extracción de efectivo.
EC —El cashback, el poder utilizar los POS de cualquier comercio.
MV —De cualquier comercio. Además hoy tenemos 40.000 POS en la economía, pero creemos que con todas estas medidas que estamos implementando vamos a tener un crecimiento muy acelerado en los próximos meses, y esto nos va a permitir llegar a cualquier rincón del país con la alternativa de poder retirar efectivo.
Esto puede resultar un poquito inconsistente a primera vista, porque por un lado estamos tomando una serie de medidas para sustituir el uso del efectivo, porque en definitiva todo lo que tiene que ver con la modernización del sistema de pagos pasa por sustituir el efectivo por medios más efectivos, más cómodos, más seguros, y al mismo tiempo estamos promoviendo puntos de extracción de efectivo. Acá hay una cierta paradoja: cada uno de nosotros va a estar más dispuesto a andar sin efectivo si sabe que en cualquier punto puede, si lo necesita, hacer pequeñas extracciones de efectivo. En definitiva es multiplicar los puntos de extracción, no para que se extraiga más efectivo, sino para que tengamos la tranquilidad, en caso de ser necesario, de que en cualquier lugar podemos obtener efectivo. De esa manera usaremos menos efectivo.
EC —¿Qué costo tendrían esas operaciones de extracción?
MV —Esas operaciones no tendrían costo ni para los comercios ni para los usuarios.
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EC —Otra de las medidas anunciadas es que se flexibilizará la cantidad de información que se le pide al cliente cuando va a usar la tarjeta de débito. A partir de julio del año que viene se le pedirá solamente que digite el PIN, cuando hoy en muchos casos se exigen la firma, el documento, el número de teléfono. El presidente del BCU, Mario Bergara, cuando anunció la medida decía que esa información ya hoy en día no tiene sentido.
MV —Esto tiene dos objetivos. Por un lado, dar mayor seguridad al usuario, porque en definitiva hoy no siempre nos piden el PIN, que es un elemento de seguridad adicional, en la medida en que es un número de identificación personal, que solo conoce el titular de la tarjeta y le asegura que si la pierde no puede ser utilizada. Entonces por un lado mejora la seguridad para el usuario, y al mismo tiempo hace el proceso de compra más sencillo, porque hoy nos piden un montón de datos, que son absurdos porque nadie los controla. Me piden el número de teléfono y yo puedo poner cualquier número; me piden el número de cédula y ni siquiera me piden la cédula. Son trámites formales que hacen el pago más engorroso, no agregan ningún valor y llevan a que muchas veces pagar con tarjeta sea un poco más complejo que pagar en efectivo, más lento. Esta medida mejora la seguridad y apunta a hacer todo el proceso de pago con tarjeta de débito más rápido para el usuario.
EC —Estamos hablando de la tarjeta de débito.
MV —Tarjeta de débito. El PIN y solo PIN es para las tarjetas de débito. Los pagos con tarjeta de crédito van a seguir siendo como hasta ahora. Ahí sí, teóricamente el comercio debería asegurarse la identidad del titular de la tarjeta, pedir la cédula y la firma para completar el vaucher. En el caso de la tarjeta de débito uno debería solo pasar la tarjeta, ingresar el PIN y la transacción queda finalizada.
Este objetivo de agilizar el pago con la tarjeta de débito se une con otro compromiso que asumieron los privados, el de incorporar los POS a los propios sistemas de facturación, de forma que el comerciante no tenga que ingresar el importe de la transacción, el número de factura, si aplica o no el IVA. Toda esa información ya está en los sistemas de facturación. Con este mecanismo automáticamente el POS toma esa información, lo cual va a hacer mucho más rápido el proceso y más fácil terminar pagando con tarjeta que con efectivo.
EC —Se vienen también las tarjetas con chip.
MV —Esa es otra innovación, el mundo ya ha avanzado en esa dirección.
EC —Acá todavía está pendiente algo que en otros países ya existe.
MV —De nuevo, esto mejora las condiciones de seguridad. Las tarjetas con banda magnética, que son las que funcionan, son relativamente fáciles de clonar, por lo tanto hay un riesgo, que termina asumiendo el emisor, pero es un riesgo para el sistema de pagos en general. La incorporación de los chips a las tarjetas hace que el mecanismo de pago sea más seguro y que la tarjeta no se pueda clonar –por lo menos hasta el momento no hay casos en el mundo de clonación de tarjetas con chip–, lo cual va en la dirección en que hemos venido trabajando de tener un sistema de pagos más eficiente, más seguro, más cómodo. Esta es una dimensión más de esa línea de trabajo.
RA —También se anunció que se disminuirán los costos de las transferencias interbancarias. Cuando sean menores de US$ 10.000 o $ 300.000 y utilizando un medio electrónico, el costo máximo de esas transacciones será de US$ 1,90 para las personas y de US$ 3,80 para las empresas.
MV —Este es un avance muy importante respecto de la situación que teníamos ante, aunque para nosotros sigue siendo insuficiente.
RA —¿Cuánto cambió la situación?
MV —Hace unos meses en muchos casos no era posible hacer una transferencia entre dos instituciones porque no dialogaban, no porque la tecnología no lo permitiera, sino por decisiones comerciales. No era posible hacer transferencias. Y cuando era posible realizarlas, a veces nos cobraban US$ 60 por transferir hasta US$ 10.000. Son costos absurdos, si pensamos que quien tiene la posibilidad de tener una cuenta corriente con un cheque podía hacer esa misma operación por el costo de un cheque, que no llega a US$ 1, y para el sistema es mucho más costoso procesar una transacción con un cheque que una transferencia electrónica.
Hemos logrado, primero, que la institución que recibe la transferencia no cobre, cosa que antes sucedía, muchas veces cobraban el que enviaba la transferencia y el que la recibía. Hoy el que recibe la transferencia no cobra, y los costos del banco desde el cual se realiza la transferencia son de US$ 1,90 para las personas físicas por hasta US$ 10.000 o $ 300.000, y de US$ 3,80 para las empresas. Pensamos que es un avance muy importante, pero que sigue siendo insuficiente, porque realizar esa misma operación con cheque sigue siendo más barato, cuando para el sistema es más costoso. Por lo tanto creemos que hay espacio para seguir trabajando, ese es el compromiso que tenemos en el gobierno.
Recordemos que con las cuentas de sueldo tenemos la posibilidad de realizar hasta ocho transferencias interbancarias sin costo. Este es otro beneficio asociado al esquema de pago de remuneraciones, que ha permitido que el uso de las transferencias se haya multiplicado y hoy tengamos un crecimiento muy grande en la utilización de este mecanismo. En el pasado teníamos que recurrir de repente a hacer un giro en una red, asumiendo costos mayores que los que hoy tienen las propias transferencias interbancarias.
EC —Le hacemos llegar las preguntas de los oyentes por correo electrónico, para que usted las conteste […] Otra opción es que los oyentes pregunten directamente en el sitio del Ministerio de Economía.
MV —En el sitio específico del Programa de Inclusión Financiera, que es www.inclusionfinanciera.uy, allí está toda la información acerca de la normativa: leyes, decretos reglamentarios, resoluciones del BCU y de la DGI. Hay una sección de preguntas frecuentes, pero también está la posibilidad de realizar consultas directamente, que serán respondidas por el equipo del ministerio.
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Transcripción: María Lila Ltaif