
RA —¿Qué evaluación hace respecto a cómo cuadra esta reestructura con la Ley de Inclusión Financiera? Porque otra de las críticas que se le hacen a esta reestructura es que es hasta contradictoria con la inclusión financiera, se argumenta que por un lado se fomenta la operación con los bancos, pero por otro lado se achican los horarios de atención, por ejemplo.
CV —Claro, pero no se está tomando en cuenta otro elemento, y me llama mucho la atención, que también se critica, dicho sea de paso, que es que el banco ha incorporado 1.500 corresponsalías en horario mucho más extendido que el horario bancario y con más días de atención. Ese dato parece no tomarse en cuenta. Si uno tiene que hacer una operación presencial en el banco hoy, sabe que tiene que ir de lunes a viernes de 12 a 18 horas. Pero la mayoría de las operaciones las puede hacer muy cerca de su casa en una red de cobranza en un horario mucho más extendido y con más días.
RA —Ese es otro aspecto que ha generado polémica, el pasaje a la red de cobranza. Era uno de los aspectos que cuestionaba el diputado Darío Pérez, por lo que está significando en materia de ganancias para estas empresas en detrimento del desarrollo del banco. Incluso va más allá, señala que el BROU está cediendo terreno y eso hace que tenga lugar el negocio para las redes de pagos que operan como corresponsalías o también para competidores del banco en el ámbito privado.
CV —Tratemos de razonar: ¿yo dejo 1.500 corresponsalías en manos de la banca privada? Yo BROU no lo haría. Ese negocio, que es importante porque el banco no tiene no solo pérdidas, sino que tiene ganancias, como han demostrado los números, no se dejó a los privados solamente. Por otra parte, el banco está compitiendo con sus propios corresponsales, porque hoy tenemos la opción de hacer algunas operaciones bancarias sí a nivel de las corresponsalías, pero también a través de la página de eBROU, a través de las buzoneras, a través de los cajeros. Entonces no hay ningún dato que señale que esto da pérdidas al banco, no hay ningún tipo de privatización. Pero aparte, razonemos: esas corresponsalías existen, están funcionando, son redes de cobranza que están en todo el país, yo compito con la banca privada utilizándolas también y no dejándolas en manos de mi competencia.
RA —Llamó la atención un pasaje de su intervención, al que usted hacía referencia recién, dijo que en lo personal piensa que la reestructura “deja de lado la dimensión humana de la situación” y “afecta la identidad y las costumbres locales, la presencia del Estado”, todo lo que debe “ponerse en la balanza”. El banco “no es solo una empresa, sino que está comprometido con aspectos sociales”. ¿Cree que el BROU debe brindar el servicio en localidades pequeñas aunque no sea rentable? Ha sido un ángulo muy discutido en estos días. Por ejemplo, el diputado Darío Pérez entiende que sí.
CV —No, yo no entiendo eso. Lo que entiendo es que el banco no es una empresa privada, a la cual no le puedo pedir que tenga una dimensión social, aunque muchas la tienen. Al BROU sí se lo pido, le pido que garantice el mismo servicio a toda la población en la medida de lo posible. El banco no va a instalar una planta física en cada localidad, es absolutamente imposible imaginarlo. Pero ha buscado otros mecanismos, los que acabo de señalar: 1.500 mostradores nuevos que se extienden en todo el país, incluyendo barrios de Montevideo donde el banco nunca estuvo ni va a estar. Porque la práctica bancaria, la política bancaria va a cambiar radicalmente, ya está cambiando y va a seguir cambiando en el futuro, y ese cambio va a incluir no digo la desaparición física de los bancos, pero la disminución notoria de su presencia porque hay otros mecanismos para vincularse con la organización. Entonces lo que sí he señalado y sigo señalando es que esa dimensión humana que yo le exijo, que todos le exigimos al BROU tiene que tener una correspondencia con sus prácticas a la hora de poner en juego las decisiones administrativas.
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RA —El diputado Darío Pérez también se ha referido a que algo tan importante como el análisis de los créditos y el análisis de riesgo de los créditos, que requiere una privacidad muy importante para el cliente, se está tercerizando. Se menciona que hoy en día el 50 % del análisis del crédito lo está llevando a cabo el estudio CPA Ferrere. ¿Qué opina sobre este aspecto?
CV —Creo que este es uno de los aspectos a los cuales hay que prestar mayor atención. El banco tiene explicaciones para esto, señala que hay aspectos de zafralidad en determinadas instancias del año que justifican esta derivación de algunas de sus responsabilidades hacia empresas tercerizadas, que por supuesto tienen compromiso de confidencialidad. Sin embargo, debo admitir que para la mayoría de nosotros este es un tema polémico, que quisiéramos analizar.
EC —Varios oyentes mencionan un informe del semanario Brecha firmado por Samuel Blixen que fue muy agudo en cuanto a este capítulo en particular.
CV —Sí, leí ese informe de Blixen con mucha atención, y algunas cosas comparto y otras decididamente no, pero es natural en el debate democrático. Pero creo que en este aspecto sí hay que poner mucha atención, porque el manejo de información –más allá de los niveles de confidencialidad– a través de empresas que a su vez trabajan con otras empresas del ramo es por lo menos un tema que nos llama la atención y que será parte de este debate o este intercambio de opiniones que vamos a tener con autoridades del banco y con trabajadores bancarios.









