
EC —Últimamente están bastante cuestionadas las encuestas.
AP —Sí, pero a veces también llegado al momento se modifica. Porque uno puede llegar a una encuesta en determinado momento y en el momento de la elección modificarse. Estoy convencida, y son muchos casos, no uno, no dos, a nivel de nuestro departamento está demostrado que otros partidos inciden en la interna para modificar las elecciones. Y llegado el momento, el día de votar, las cosas no son como deberían ser porque desde otros partidos se ingresó a las internas a votar.
EC —Usted dice que el problema no es solo de las encuestas o que algunos resultados que han estado diferenciados de lo que marcaban las encuestas pueden deberse a comportamientos políticos de último momento. ¿Eso es lo que está señalando?
AP —Totalmente, “vamos a votar a este, porque este no nos gana”. Fíjese en las elecciones internas que hubo en mi departamento, el grupo del FA que gana la elección interna nada tiene que ver con quien sale vencedor en la elección. Porque también hubo un “votá a Fulanito, así estos otros no nos ganan”.
EC —Eso explicaría la diferencia entre el resultado y lo que las encuestas marcaban antes.
AP —Exacto. ¿De qué nos sirve la elección interna si los únicos que competimos somos los del PN? También está eso, téngalo en cuenta.
EC —De todos modo, si fuéramos a un sistema como el que usted sugiere, el de basar la negociación para armar la fórmula presidencial entre los sectores en las encuestas, en mayo del año pasado la mayor parte de las encuestas en la interna del PN le daban el triunfo a Jorge Larrañaga. ¿Se acuerda de eso?
AP —Sí.
EC —Solo Radar le daba a Luis Lacalle Pou 49 % a 48 %, todas las demás –Factum, Cifra, Equipos, Interconsult– daban a Larrañaga por arriba de Lacalle Pou. ¿Entonces?
AP —Si las encuestas le daban quien debería ser candidato, habría sido Jorge Larrañaga. ¿Y cómo salía el resultado de la elección nacional? Perdimos, capaz que habría cambiado.
EC —¿Este es un planteo personal suyo o lo comparten los otros dirigentes?
AP —Es un planteo totalmente personal. Gracias a Dios en este partido tan divino del que formo parte nadie me obliga a decir lo que no quiero decir, yo digo lo que pienso y nadie me dice que me calle. Digo lo que pienso.









