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EC —A propósito del panorama que venía describiendo Omar Lugo llegan varios mensajes de nuestros oyentes. Elijo uno de ellos, el de Juan, de La Unión, que dice: “Perdón, la queja es que faltan divisas para importar, ¿pero a los venezolanos no se les ocurre plantar?”. ¿Cómo contestas, de manera breve, esta pregunta? Está en juego, de algún modo, el modelo de desarrollo que ha tenido Venezuela últimamente.
OL —Claro, que estuvo basado en las importaciones y de eso Uruguay sabe mucho porque Venezuela le debe US$ 260 millones, al menos, en productos agrícolas que pudieron haber sido producidos en Venezuela. El Gobierno chavista en estos 17 años privilegió la producción internacional, especialmente a cambio de petrodólares, porque el propósito era quebrar la estructura interna tradicional y construir una nueva, orientada al socialismo y a los que están vinculados al Gobierno.
EC —¿Cómo está hoy Venezuela?, ¿cuáles son las perspectivas en ese país en este escenario donde la polarización Gobierno-oposición, vuelve a agravarse? Estamos conversando con nuestro corresponsal en Caracas, Omar Lugo. Vamos al terreno político estrictamente, con una actualización de la información: en este momento el enfrentamiento más duro entre el chavismo y la oposición se centra en si se habilita, o no, el referéndum revocatorio. ¿Podemos repasar qué está en juego allí y cómo ha sido este proceso?
OL —En la Constitución se establece la posibilidad de que al término de la primera mitad del mandato de un funcionario público, desde el presidente hasta un alcalde, se pueda convocar a los electores a que en un referéndum digan si están de acuerdo, o no, en revocar su mandato. Esta posibilidad, según la oposición venezolana, está apoyada por el 70 % de los electores. En vistas del contexto de toda esta crisis económica, social y humanitaria que está atravesando el país, [la oposición] insiste en que la única solución para que haya un cambio verdadero es que Maduro salga del poder.
Obviamente el presidente Maduro no está de acuerdo con salir del poder, tampoco sus seguidores. Dicen que no hay tiempo para llevar a cabo ese referéndum revocatorio, porque hay un detalle: si no se hace en el primer año de esta segunda mitad, el mandato lo completará el vicepresidente designado por el presidente revocado.
EC —O sea, pasando en limpio: si el referéndum revocatorio se hace el año que viene y resulta negativo al Gobierno, no es que se va el Gobierno y se convoca a elecciones, sino que asume el vicepresidente. Muy distinto es el caso si el referéndum se hace este año.
OL —En este último caso, si sale derrotado el presidente habría que convocar elecciones en 30 días. Eso significaría un cambio estructural completo. Hay que recordar que la oposición ha venido creciendo, logró en las elecciones legislativas de diciembre la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, aunque el Gobierno después le quitó tres diputados del estado de Amazonas y no se los ha devuelto. De cualquier forma, la oposición dice que es mayoría, respecto al chavismo, en las calles de Venezuela.
Pero el Gobierno insiste en que no hay tiempo para llevar a cabo ese referéndum y acusa a la oposición de haber comenzado tarde los trámites a propósito para provocar un estado de desestabilización. La oposición responde que comenzó temprano pero no le respondieron adecuadamente en el Consejo Nacional Electoral [CNE] que aplicó, supuestamente, técnicas dilatorias en todo este complejo proceso de la convocatoria del referéndum para que no calcen los tiempos.
EC —En este momento el asunto está en el CNE, porque la oposición presentó firmas en busca del referéndum, muchas más que el mínimo exigido por la Constitución.
OL —Sí, el mínimo era menos de 300.000, porque es una proporción de los votos sacados por el presidente electo. Ellos recogieron dos millones, pero ahora el Gobierno dice que esta recolección es un fraude. Antes de comenzar a verificar [las firmas] dijo que los opositores habían cometido fraude. Esto le cayó muy mal a la oposición, que dice que [el Gobierno] está negando el reglamento del CNE y los mecanismos para verificar estas cifras. También dice que ya debería haber comenzado la otra etapa formal, la de verificación. Todo venezolano que firmó está obligado a certificar, con sus huellas digitales, que lo hizo. El Gobierno ya advirtió que la persona que firmó y está trabajando en el Gobierno, especialmente si se trata de gerentes o personas de cargos directivos, tiene que salir del Gobierno. También hemos recibido reportes de personas que reciben beneficios sociales del Gobierno que dicen que se los han retirado porque firmaron a favor de este revocatorio. Estoy hablando, particularmente, de personas que han recibido estas casas que el Gobierno otorga a ciertos sectores.
