EC —Así que el problema se origina por esa votación en la que siete ediles de AN se niegan a aprobar la gestión del préstamo de $ 64 millones en el BROU para reparar daños de caminería, etcétera, debidos a los temporales del mes de agosto. El préstamo salió igual, pero con los votos del Frente Amplio (FA).
JLF —Sí, dije que creo que, más allá de las discrepancias que puedo tener con el FA, actuó maduramente. Es gobierno en cinco departamentos del país donde se utiliza este préstamo habitualmente. Creo que fue más madura la actitud, por eso digo que detrás de esto quizás haya otros intereses que desconozco.
EC —Veamos los argumentos de los dos, del FA y de AN. En AN dijeron que “no habían tenido tiempo” de analizar el asunto, y además cuestionaron la pertinencia de pedir un nuevo préstamo teniendo en cuenta la situación financiera de la Intendencia. Acá empezamos a discutir asuntos delicados. ¿Qué dice usted sobre este argumento?
JLF —Que no es correcto.
EC —La edila de AN Adriana Etchegoimberry llegó a preguntar si Falero iba a pedir un préstamo “cada vez que llueva”. Dicen en AN que los temporales han sido una “excusa” recurrente para endeudarse.
JLF —La Intendencia de San José tiene menos de 1 % de endeudamiento. No sé las demás, pero si no es la única debe andar muy cerca. No tengo endeudamiento, y ese 1 % tiene fecha límite 2023, es producto de un fideicomiso que atendió a una zona crítica de Ciudad del Plata en un momento muy difícil en el 2014. Ese endeudamiento era de $ 120 millones, se viene pagando, llevamos casi 40 % pago y se va a terminar el 60 %, 70 %, o sea que van a quedar solamente unos $ 30 millones para pagar en 2021, 2022, 2023. Eso dicen los papeles tal cual. No hay deuda.
EC —También se pone el acento en el déficit. Uno de los dirigentes de AN que salió más fuerte contra usted es nada menos que el senador Carlos Camy, suplente suyo en la Intendencia, obviamente un referente de AN en San José. Según Camy, la Intendencia lleva seis ejercicios en rojo. Nosotros estuvimos repasando datos disponibles en la página web y allí vimos que efectivamente, por lo menos desde 2014, se arrastran ejercicios negativos. ¿Cómo los explica usted?
JLF —Exactamente, los ejercicios en rojo son reales. Soy consciente y lo he dicho, he invertido por encima de lo previsto en cada presupuesto. Como consecuencia de la necesidad de hacer más obras, de mayor durabilidad, atendiendo las situaciones que se están dando en los últimos años con el clima. Lo he dicho hasta el cansancio, estamos por encima del 40 % [del presupuesto destinado a obras]. Nuestro presupuesto 2011-2015 establece 42,38 % para personal, 28,31 % para inversión, 25,91 % para funcionamiento, 3,39 % para la Junta Departamental. Y estamos 10 % por debajo en personal, casi 15 % por encima en obras, en inversión, y por debajo en funcionamiento. Es una constante todos los años.
EC —Vamos a poner esta gráfica en la web.
JLF —Las rendiciones de cuenta están en la web, estos son datos de la rendición. Datos del propio informe de Camy en el que me dice que el déficit del ejercicio viene creciendo desde 2010. Sí, señor, déficit en 2011, 2012, 2013, 2014 –cuando el temporal–, en 2015, que ya empezamos a ordenar y en 2016 tengo apenas un 3,5 % de déficit.
EC —[Veo en esa tabla que …] en 2010 hubo un superávit de 13,7 %, en 2011 hubo un déficit de 19 %, en 2012 hubo un déficit de 10 %, en 2013 hubo un déficit de 13 %, en 2014 hubo un déficit de 19,5 %, en 2015 bajó a 12,4 %, y en 2016 hubo 3,5 % de déficit.
JLF —Si a ese 3,5 % le saco –según el informe de ellos mismos– la inversión que hicimos en alumbrado público el año pasado para sustituir el 40 % de las luminarias por led, son $ 68 millones. Me está dando un superávit. Porque esto se paga con el ahorro y a tres años, pero yo lo tengo que cargar en el ejercicio, los compromisos se cargan en el ejercicio. Tuve que cargar toda esta inversión a pagar en tres años en el ejercicio pasado.
EC —Son $ 68 millones.
JLF —La estoy cargando sabiendo que no la tengo que pagar, porque se va a pagar con el propio ahorro. Está establecido así, incluso con las auditorías correspondientes. Significa que tenía un superávit de $ 20 millones. Pasamos de un déficit de casi 19 % a un superávit de 5 % en dos años. Esto es reordenar la casa. Y cuando la vengo ordenando me vienen con cuentas viejas, que sabemos que no fueron producto ni de que gasté más en personal, ni de que gasté más en funcionamiento, sino de que invertí más, y siento orgullo de decirlo, porque pocos lo pueden decir. Son de las cosas lindas de la vida política poder decir “los déficits fueron producto de que hicimos más inversión”. E inversión que habitualmente no se hacía, en caminos y calles que se trabajan antes con tratamiento bituminoso doble y hoy se trabajan en carpeta asfáltica para que tengan una mayor duración; en la transformación de ciudades como Libertad, donde hicimos una avenida de más de US$ 5 millones. Y hoy estamos trabajando en un bypass de ruta 3 a ruta 11 que hace 40 años que se viene anunciando, una inversión de más de US$ 4 millones, que estamos terminando para fin de año. Yo creo que hay que invertir, se genera déficit cuando hay obra. No soy partidario de que se genere déficit para funcionarios ni para personal; usted lo ha visto, siempre hemos estado por debajo de lo presupuestado en personal y en funcionamiento. Son miradas distintas.
