
EC —¿Cómo es el vínculo con esos policías? Se les exige dedicación exclusiva.
EB —Exclusiva en ese sentido, no es que tengan un horario extendido, sino que el horario no es fijo. Si la Dirección de Información Táctica, que hace seguimiento día a día y hora a hora de cómo evoluciona el delito, determina que lo que se está trabajando en determinada cuadra tiene que correrse, o que determinado horario tiene que cambiar –porque los delincuentes miden lo que hace la policía y varían también los horarios, entonces hay que extender el horario–, los policías que forman parte del PADO en lugar de entrar a las 15 entran a las 16 o a las 16.30. Es una exigencia en cuanto al horario pero no al tiempo, no más de ocho horas.
EC —Por eso la dedicación exclusiva, que en la Ley de Presupuesto se pone en términos muy claros: “A los efectos de la presente norma, se entiende por dedicación exclusiva aquella por la cual el funcionario no podrá realizar directa o indirectamente ninguna actividad pública o privada rentada u honoraria, excepto por –siguen pequeñas excepciones– la docencia, la producción y creación literaria, artística, científica, actividades deportivas y artísticas fuera de la relación de dependencia y el manejo del patrimonio personal y familiar”. Se les exige mucho y tienen una compensación salarial por eso.
EB —Aproximadamente 30 % del salario. Un policía que participa en el PADO puede andar en los $ 40.000 de ingresos.
EC —¿Para qué grado es eso?
EB —En general son los agentes y los oficiales de control.
EC —Son $ 40.000 nominales.
EB —Contando la tasa preventorrepresiva y el cumplimiento de los objetivos del compromiso de gestión, más cerca del líquido que del nominal; cerca, no llega.
EC —¿Tienen alguna formación especial?
EB —Tienen la formación del policía y se los instruye en las características del PADO. Tienen que tener un compromiso importante. Todavía estamos discutiendo cuál es el camino, si es seguir aumentando la cantidad de policías con un sueldo relativo o aumentar la dedicación, la capacitación y complementar con un buen salario, sin aumentar la cantidad de policías. Nos vamos inclinando por este camino, que es el que da resultado.
EC —¿Se puede hablar de saturación? ¿El PADO es saturación?
EB —Saturación de determinadas zonas, no de todas. En algunos lados lo llaman economía de seguridad, no dedicar recursos iguales a lugares diferentes, sino analizar las características de las distintas zonas, los distintos territorios y actuar de acuerdo a esas características. Cuando entramos al ministerio uno veía una comisaría en una punta de Montevideo y otra en la otra punta con problemas diferentes y sin embargo se tenía la tendencia a que tuvieran la misma cantidad de policías, la misma cantidad de vehículos.
El que nos asesoró en esto fue el profesor Lawrence Sherman, de la Universidad de Cambridge. Reunió a todos los comisarios de Montevideo en un hotel céntrico y les preguntó: “¿Cuáles son sus problemas?”. Cada uno le dijo los problemas de su comisaría. Y después preguntó: “¿Tienen los recursos necesarios?”. Todos le dijeron que no. Y terminó diciendo: “Ustedes tienen distintos problemas, ¿por qué tienen que tener los mismos recursos? Los recursos pueden ser diferentes. Incluso pueden encontrar un punto en la intersección de dos o tres comisarías, entonces sería mucho más lógico actuar en ese punto con la sinergia de las tres comisarías”. Eso fue derivando, en la explicación que iba haciendo, hacia algo que no siempre se comprendía, porque había años y años y años de trabajar igual.
Hoy estamos haciendo esto porque pasamos por cinco años de cambios en la policía. Tuvimos cinco años de reforma policial y de combate a la corrupción, y después venían los años de recoger el fruto de lo que habíamos hecho. Tampoco fue el primer año, porque el primer año de este gobierno fue con el presupuesto anterior. En el primer año discutimos el presupuesto, por eso empezamos a medir las cosas a partir del 31 de diciembre de 2015. El 31 de diciembre de 2015 la cantidad de delitos empezó a bajar. Y empezamos a trabajar diferente con el presupuesto de este gobierno, que empezó el 1.º de enero del 2016.
***
EC —En este primer año, el PADO se ha aplicado fundamentalmente en el área metropolitana, en los departamentos de Montevideo, Canelones y San José. Ustedes explicaban ayer que esa decisión se tomó porque en esta zona tienen lugar el 80 % de los delitos y el 94 % de las rapiñas. ¿Ese fue el motivo, porque el foco es la rapiña?
EB —Sí, el delito que yo decía que se mide en un diámetro de 10 m2 es la rapiña, no son todos los delitos. Es un programa para actuar contra la rapiña, porque entendíamos que la rapiña es el problema que más sufre la población, el robo con violencia. Pero aunque actuamos contra la rapiña, medimos la rapiña, los homicidios y los hurtos. Los homicidios en general coinciden en el territorio de concentración con las rapiñas. El hurto no, es otra zona. Sin embargo el PADO ha bajado los tres. Bajó todo, pero lo importante son estos tres. El copamiento bajó 51 %, y no en la zona PADO, en todo el país. Y el secuestro bajó 37 % en todo el país.
EC —Cuando usted habla de caídas en determinados delitos, está comparando este año, de abril del 2016 a abril de 2017, con el mismo período un año antes.
EB —Exactamente.
EC —Eligieron empezar con Montevideo, Canelones y San José, pero el PADO no abarca toda la extensión del área metropolitana.
EB —No; en San José abarcó ese año –se modificó para este año en curso– solo Ciudad del Plata. En Canelones se tuvieron en cuenta el eje de la ruta 5, la Giannattasio y la Interbalnearia, Ciudad de la Costa pasando el peaje, los balnearios La Floresta, un poco más, no es todo Canelones. En Montevideo se hace el 8 % del territorio, donde se concentran la mitad de las rapiñas. Además habíamos pasado por un proceso, por ejemplo el de la videovigilancia, en Ciudad Vieja sobre todo. Con la videovigilancia los delitos bajaron un 67 % y se arrinconaron cerca de donde viven los delincuentes, una zona de confort, de comodidad, y ahí es donde en este momento actúa el PADO. Esto no se podía haber hecho en otro momento si no había un estudio profundo, si no había habido un proceso de corrimiento hacia la zona donde viven, hacia una zona de comodidad, y de identificar claramente cuál era esa zona para poder trabajar.
EC —Vamos al balance. En el caso concreto de la rapiña, si se compara este año de aplicación del PADO con el mismo período un año antes, ¿qué se ve?
EB —A nivel nacional, se ve una baja de la rapiña del 8,2 %, una baja de los homicidios de 9,2 % y una pequeñísima baja de los hurtos, de 0,6 %.
EC —Esa es la estadística a nivel nacional, fuertemente influida por lo que pasó en las zonas donde se aplica el PADO, porque allí los números son “mejores”.
EB —Son mucho mejores. En el circuito donde se aplica el PADO las rapiñas bajaron 41 %. Uno puede pensar que bajan ahí y se corren para otro lado, pero no se corren demasiado para otro lado, bajan en general. La explicación que nos tratamos de dar en algún momento fue que trabajando fuertemente en esas zonas se impedía el traslado a otras.









