EC —¿No pasa eso? ¿La Fundación Líber Seregni no cumple ese papel?
AS —No, no lo está cumpliendo. Necesitamos que ese trabajo sea mucho más fuerte, y que además sea descentralizado. Me parece que ahí hay un puntapié inicial para desarrollar unas ideas que están muy buenas.
Otro elemento, el FA se organiza para hacer un acto, para ir a la feria, pero no se organiza para actuar en las redes sociales, que hoy son un nuevo espacio de sociabilización donde la gente discute, intercambia, se informa, se desinforma, se enoja. Tenemos que actuar allí, no puede ser que el FA no organice su participación en las redes sociales. Eso tiene dos componentes, primero, la comunicación del FA en ese espacio, que es un espacio para comunicarle al conjunto de la población; y segundo, organizar espacios de participación digital. Muchos frenteamplistas podrían aportarnos ideas, propuestas, y podrían ser mucho más consultados por el FA si tuviéramos la oportunidad de incorporar herramientas tecnológicas para generar ese nuevo espacio de participación.
EC —Los comités de base 3.0, ¿cómo lo llamaría?
AS —Sí, por supuesto, yo quiero que la gente que no puede ir a un comité de base o a una reunión igual participe en el FA y también que la base frenteamplista sea mucho más consultada e informada. El FA tiene un padrón de adherentes de 400.000 personas, que no está del todo depurado, pero a esas personas el FA no las convoca ni a participar ni a decidir, ni les envía un correo electrónico. El FA tiene que tener vocación de vincularse con ellos, porque esos frenteamplistas son los que defienden el proyecto frenteamplista en sus espacios de sociabilización, en el trabajo, en la panadería, en el almacén, en el supermercado, en el ómnibus, en su lugar de estudio. Entonces el Frente tendría que tener un vínculo diferente con ellos, que no está teniendo hoy.
EC —¿Una tercera idea?
AS —Yo hablo de un centro de respuesta rápida. Muchas veces surgen temas en las redes sociales o temas que son agenda en los medios de comunicación, y los frenteamplistas tienen una lógica muy vieja, que es esperar al comité de base para pedir información. Pero hoy la velocidad de información es muy otra, entonces el Frente tiene que tener un espacio, un equipo profesional, diverso, que monitoree lo que está saliendo en la prensa en términos de titulares y de discusión en la agenda pública e inmediatamente construya respuestas que les lleguen a todos los frenteamplistas: “El FA de esto piensa esto, ha hecho esto, estos son los logros que tenemos y estos son los desafíos”.
EC —Eso se conecta con lo primero que usted señalaba, que los frenteamplistas perciben que falta presencia en las redes sociales.
AS —Muchas veces a los frenteamplistas les falta información para defender al gobierno o para analizar qué cosas se han hecho. Nos dicen “no tengo información suficiente como para poder defender las medidas que está tomando el FA” o que ha tomado en términos de gestión. Necesitan tener esa información y nosotros tenemos que tener la capacidad de ver todos los días y comunicarles algo para que sean los reproductores de las ideas y de las propuestas del FA en los espacios en los cuales interactúan.
EC —Uno de los mojones, una de las actividades que llamaron la atención en la campaña electoral que usted llevó adelante fue una promoción que hacía el Espacio 609 llamando a los frenteamplistas desilusionados o molestos para que le mandaran un mensaje de WhatsApp a efectos de coordinar reuniones mano a mano. ¿Participó en alguno de esos encuentros?
AS —Sí, participé en varios. No en todos, porque, si no tengo mal el dato, fueron más de 80, 90 las actividades que se realizaron en ese marco.
EC —¿Y cómo fueron? ¿Hubo momentos de tensión en esos intercambios en casas de familia, etcétera?
AS —No, para nada. Participé en una reunión muy linda en el barrio Las Acacias, porque una persona que era frenteamplista estaba bastante enojada por lo que estaba sucediendo en la educación, entonces fuimos, hablamos y ella les habló a algunos amigos, a algunos familiares y se hizo una reunión muy linda en su casa con 12, 13 personas, en la que estuvimos hablando sobre qué cosas se habían hecho, cuáles eran los logros y los debes en la educación pública, y a partir de allí qué podíamos hacer. Fue una reunión muy interesante y gratificante en términos de lo que pudimos intercambiar. Creo que eso es lo que tiene que hacer el FA, salir a hablar con la gente, en todos lados. No puede abandonar su vocación de acercarse y representar las demandas de la sociedad, y para eso hay que estar cerca de la gente, discutiendo, diciéndole qué cosas hemos hecho, también analizando los errores que cometimos, pero sobre la base de escuchar más a la sociedad.
EC —Y esa gente, por ejemplo, la de ese grupo al que usted fue ese día, ¿va a votar?, ¿estaba convencida de votar, o como consecuencia de la desilusión, etcétera, estaba más bien proclive a abstenerse?
AS —Ella iba a participar en la elección, por lo menos eso fue lo que manifestó. Después, como no es una elección obligatoria, depende de muchas variables. Me parece que los frenteamplistas van a participar. Cuando uno hace un diagnóstico crítico del FA en términos de su nivel de movilización y participación uno ve que la participación del domingo seguramente va a ser menor que la del 2012. Pero creo que hay un alto porcentaje de frenteamplistas que van a ir, que se sienten convocados, y ese es el esfuerzo que tratamos de hacer, convencerlos de que es importante ir el 24 a respaldar al FA. Y a aquellos que están incómodos, molestos, críticos con el FA son los que más tienen que participar, para que el FA cambie, se transforme. Esa es la convocatoria que estamos haciendo.
EC —Usted ha hablado mucho del desencanto que se percibe en la militancia, de la necesidad de “romper el statu quo que existe hoy en el FA”. Pero al mismo tiempo, usted pertenece al MPP, que es el sector más fuerte y de algún modo podría sostenerse que es el grupo que tiene “la sartén por el mango” en el FA. Desde ese lugar, ¿cómo se entiende que usted tome la bandera de la “renovación”?
AS —Por varios factores. Primero, mi candidatura surge de la expresión de varios compañeros y compañeras de diferentes trayectorias y militancias, de militancias sociales, de diferentes trayectorias sectoriales. Eso llevó a que nos planteáramos que es necesario cambiar algunas cosas en el FA, por ejemplo que hay que priorizar el proyecto colectivo y trabajar en el proyecto FA y no tanto en los proyectos sectoriales o individuales. Este es uno de los grandes desafíos que tiene el FA para adelante, porque muchas veces le ha pasado que ha cuotificado todas sus discusiones, todos sus espacios, entonces las ideas se debaten en función de quiénes las proponen, si vienen de un sector o de otro.
EC —Lo ha hecho también el MPP.
AS —Es necesario construir una conducción colectiva que sea más transversal a los sectores y que represente mucho más una vocación de construir un pensamiento común y una síntesis del pensamiento colectivo de los frenteamplistas. En ese sentido la carta que presentamos fue firmada por más de 1.000 personas, desde el exsenador Gallo, de Asamblea Uruguay, pasando por Fabiana Goyeneche, hoy directora de Desarrollo Social de la Intendencia de Montevideo, a Leonel Briozzo, exsubsecretario de Salud Pública. Una de las cosas que estamos planteando es la necesidad de renovar el Frente en términos de sus formas de hacer política y en el sentido de construir espacios que articulen su pensamiento diverso –que es una de nuestras virtudes–, que se genere la posibilidad de darle una conducción política que mire el conjunto y que trabaje por el conjunto del proyecto frenteamplista y no por un pedazo del FA, por más mayoría o minoría que sea.
Esa es la actitud que estamos tratando de asumir. Como bien dice la carta, uno puede provenir de un sector o puede ser independiente, el problema es qué capacidad de articulación tiene para construir espacios que permitan generar la síntesis del pensamiento colectivo. No es de dónde viene la característica que le permite generar eso, sino la actitud que asume cuando representa al conjunto del FA.
