
EC —¿Desde cuándo se arrastra esa proporción?
GP —Desde el reinicio casi de la democracia.
EC —No tiene que ver con decisiones del FA en sus Gobiernos.
GP —No, no tiene que ver únicamente con decisiones del FA en sus Gobiernos. Porque en el Gobierno del FA, por ejemplo, se da por aprobada la Ley Marco de Defensa Nacional y se anuncia –al inicio de la primera presidencia del doctor Vázquez, ley votada por unanimidad– que vendrán las modificaciones de las leyes orgánicas del MDN y de las tres fuerzas armadas. En pocas palabras, qué Fuerzas Armadas queremos hacia el futuro nunca fue analizado, y eso fue agrandando aún más la brecha. Además no podemos olvidar que estamos hablando de la caja que hoy atiende a los funcionarios públicos peor pagos, por ende los que reciben los peores salarios y por ende los que hacen los peores aportes a la caja. El 70 % de los funcionarios del MDN, o sea los soldados de las tres armas, hoy están por debajo de la línea de pobreza.
Entonces cuando se utilizan ejemplos que pueden llamar la atención, estamos hablando de una mínima parte de los que hoy son usuarios de la Caja Militar, tanto retirados como pensionistas.
EC —Usted declaró ayer que los cambios que se vienen preparando son “un disparate”. ¿De dónde viene esa afirmación?
GP —Si los anuncios están pensados simplemente para tratar de bajar el déficit tocando las jubilaciones y las pensiones de los militares, francamente no se va a poder subsanar, por lo que le estoy diciendo. Porque el 70 % de estas personas cobran salarios o pensiones o retiros que no superan los $ 20.000.
EC —Según lo que informó El Observador el jueves 9, la reforma que se planea aplicar en la Caja Militar “procura desestimular el retiro de los militares –mayormente del personal superior– que, en función del régimen jubilatorio que los rige desde 1974, pueden, según el rango, irse de los cuarteles con 20 años de servicio y con menos de 50 años de vida. Además, cada año de trabajo en el exterior de los uniformados se les computa doble, cobran como jubilación 100 % de su sueldo, reciben aguinaldo y cuando se mueren buena parte del cobro de sus haberes es heredado por su familia. También pueden jubilarse con un grado mayor al que ostentan en el momento de su retiro”. ¿Qué dice sobre esas características del sistema?
GP —Todas esas afirmaciones son relativas.
EC —Veamos por qué.
GP —Primero, que se pueden retirar después de 20 años de servicio. Sí, pero tienen que seguir aportando para su retiro jubilatorio el resto del tiempo que corresponde para llegar a tener el 100 % de los haberes. O sea que no se van. Uno puede retirarse después del grado de mayor, pero si no cumplió los 30 y pico de años de aportes, lo va a tener que seguir haciendo a pesar del retiro.
Segundo, que se van con el 100 % del sueldo del grado inmediato superior. Eso es en algunos casos, fundamentalmente los mayores son los que se pueden retirar con el grado de coronel, y simplemente logran ese beneficio los oficiales que fueron los mejores de su tanda durante toda su carrera militar. O sea que es una ínfima proporción de los oficiales que hoy pasan a retiro.
Tercero, el tema de los beneficios a los familiares, a los sobrevivientes, los pensionistas. Esto existe no solamente en la Caja Militar, existe también en otras cajas del Estado.
Esos beneficios están así recogidos por otro motivo, que también tenemos que reconocer todo el sistema político: muchos de esos beneficios servían como incentivo para que los oficiales y el personal subalterno no se fueran de la carrera militar por sus magros salarios. Se utilizaba este tipo de beneficios como un estímulo indirecto para que continuaran en la carrera. Eso fue hasta hace pocos años. Hoy uno de los graves problemas que estamos teniendo en las Fuerzas Armadas es que algunos muchachos que terminan la carrera militar se van de baja –no obtienen ni siquiera el beneficio del retiro– antes de llegar al grado de mayor, ya no les interesa ni siquiera el beneficio indirecto que implicaba el retiro.









