EC —¿Usted comparte el comunicado que difundió esta semana el Centro Militar?
GP —No… en realidad…
EC —Es un comunicado largo y que en algunos pasajes impresiona un poco. No se limita a argumentar en contra de la idea de la reforma, incluye un “ataque furibundo”, ha dicho alguna crónica de prensa, al equipo económico, al Gobierno actual y a los Gobiernos del FA por su gestión económica y las pérdidas acumuladas. Por ejemplo, señala en un momento –y tiene algún punto de coincidencia con sus dichos–: “Todo ello ocurre mientras el país asiste atónito a los despilfarros de recursos más grandes de su historia: Ancap, ALUR, Pluna, Casinos, Fondes, etcétera. Ellos alcanzan por lo menos US$ 1.200 millones, equivalentes a tres años de aportes a la Caja de Retiros, según las cifras que ellos dan sobre los aportes”.
Y siguen: “El festival de dispendio es incesante. Por ejemplo, se dice que hay que ahorrar pero no se detienen turbias licitaciones para hacer la cartografía nacional con empresas privadas en lugar de utilizar la alta calificación del Servicio Geográfico Militar, que desde siempre se hizo. Se niega al Ejército la realización de obras de construcción de carreteras nacionales a bajo costo porque se prefiere entregarlas a empresas de dudosas credibilidad. El Ejército tiene probada idoneidad para cumplir con esas misiones, lo ha hecho en el Sinaí, en el Congo y en varias misiones, pero se opta por el impuestazo antes que por el ahorro y la dimensión racional de gastos innecesarios para equilibrar la economía”.
GP —El Centro Militar tiene todo el derecho a hacer las declaraciones que entienda oportunas y en el tono que le corresponda. No me corresponde a mí juzgar si son acertadas o no. Muchas de ellas las comparto, otras me parece que el tono no es el debido, por lo menos para el estilo en el cual a mí me gusta comunicarme, lo cual no quiere decir que no sean ciertas. Pero es una declaración de una institución que respeto mucho en su derecho a hacer las declaraciones que entienda oportunas.
EC —Por otro lado, tiene algún punto de contacto con comentarios que usted hizo en cuanto a que atribuye al FA la intención de desestimular la vocación militar de los más jóvenes y de los activos con el fin de debilitarla. Lo dice en estos términos: “Estas actitudes políticas no son ajenas a los cambios positivos registrados en la opinión pública a favor de las Fuerzas Armadas, y ante el continuo deterioro y desgaste de la filosofía del Gobierno actual. La progresiva pérdida de credibilidad del discurso oficial forma parte del fracaso y fin de un ciclo de gobiernos populistas en la región que lentamente se traslada a nuestro país. Por este errático camino que se quiere recorrer, la institución militar está siendo frontalmente atacada, pues con la pretensión de afectar los retiros de los viejos servidores, se busca desestimular la vocación militar de los más jóvenes y de los activos con el fin de debilitarla”.
GP —A mí no me consta que ese sea el objetivo.
EC —Usted dijo que la necesidad de hacer algo en las Fuerzas Armadas y la Caja Militar tiene buena prensa en algunos grupos del FA.
GP —Por supuesto que sí. Cuando integraba el Senado, la senadora Constanza Moreira, a quien respeto mucho, era una militante activa, y ha emprendido una campaña a favor de esto en las redes sociales en los últimos días. Es inocultable que existen sectores del FA que tienen una animadversión por las Fuerzas Armadas inocultable. Eso no lo dice ni el Centro Militar ni lo digo yo, es simplemente salir a la calle y mirar.
Ahora, que lo que el Gobierno pretenda hacer sea esto a mí no me consta. Sí me consta que las medidas que están pensando adoptar son equivocadas, que junto con una serie de omisiones en estos 12 años con relación a la política de defensa nacional acrecientan el desestímulo con relación al ingreso a los servicios en las Fuerzas Armadas en nuestro país.
EC —¿Comparte las consecuencias que está reforma tendrá según el Centro Militar? Dice: “Se debe tomar conciencia de que se afectarán las misiones de paz y la importancia que tienen las Fuerzas Armadas en la política exterior de nuestro país. Seguramente se afectarán las capacidades de defensa del mar territorial y el espacio aéreo, favoreciendo el ingreso de mayor cantidad de drogas, con consecuencias sobre el aumento de la inseguridad pública. También se deteriorá la capacidad para apoyar al Ministerio del Interior en la custodia de las cárceles, cada vez más superpobladas. Se verán afectados los apoyos en las emergencias sociales, climáticas, sanitarias, etcétera”.
GP —Esas cosas están sucediendo sin necesidad de que se reforme la Caja Militar. Cuando no terminamos de definir el rol, la cantidad de personal y los recursos para atender los desafíos que hoy la defensa nacional tiene, todas esas cosas se afectan. Si usted tiene problemas de custodia del mar territorial porque el presupuesto no le da para que los barcos de la Armada Nacional hagan un patrullaje correcto, eso se está afectando. Cuando usted tiene lo mismo en la Fuerza Aérea, se está afectando. Cuando tiene lo mismo en el Ejército, se está afectando.
Ahora, cuando el Gobierno necesita recoger la basura de Montevideo recurre a las Fuerzas Armadas. Y gracias a la labor que las Fuerzas Armadas han desarrollado en las misiones de paz hoy el Uruguay tiene una gran reputación en Naciones Unidas y por eso está sentado en el Consejo de Seguridad, entre otras cosas.
Creo que con muchas de estas cosas que se hablan, se dicen o se recuerdan se trata de llevarnos al pasado, a una época muy triste de la historia del país.
EC —¿Quién trata?
GP —Cuando se habla del tema militar permanentemente se trata de llevarnos a retrotraernos, y no hay un debate moderno sobre el rol de las Fuerzas Armadas no hacia el pasado sino hacia el futuro. Quienes hoy integran las Fuerzas Armadas no tuvieron absolutamente nada que ver con aquellos momentos.
EC —¿Y el comunicado del Centro Militar también termina teniendo el mismo efecto?
GP —El comunicado y la terminología también indirectamente pueden lograr ese objetivo.
