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Entrevista central, jueves 23 de junio: Gustavo Penadés

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EC —¿Cómo ve, más en general, la etapa que se viene ahora de examen del proyecto de Rendición de Cuentas en la Cámara de Representantes? Usted preside la Comisión de Hacienda.

GP —Exactamente. Yo podría definir esta Rendición de Cuentas como la crónica de una muerte anunciada, porque venimos anunciando que esto iba a pasar desde hace muchos años. Cuando usted agranda el déficit fiscal, cuando ve que el índice de actividad económica del país comienza a descender ya en el año 2011, cuando ninguna de las variables que el Gobierno anuncia para construir el presupuesto que presenta el año pasado se cumple y todo es para peor, es evidente que estamos ante un problema muy grande, lamentablemente. Y ese problema se da luego de 10 años de crecimiento económico como el Uruguay nunca conoció. Entonces la sensación que uno empieza a tener o percibe es que lamentablemente se avecinan tiempos muy duros, producto, entre otras cosas, de la improvisación y de la falta de previsión del FA en materia económica en los últimos años.

EC —Esa es la crítica, ese es el diagnóstico a propósito de cómo ocurrieron las cosas. Pero ¿en cuanto al trámite y las posibilidades que tiene el proyecto de Rendición de Cuentas tal cual lo mandó el Poder Ejecutivo? Porque por lo que usted mismo acaba de decir algo hay que hacer, las cuentas públicas necesitan ser corregidas, por lo menos parcialmente. Entonces algún tipo de ajuste se precisa. ¿Qué espera en esa materia?

GP —Esperaba y espero en esa materia que el Gobierno haga un gran ajuste estatal antes de hablar de un ajuste fiscal. Y es lo que no se percibe. Lo sorprendente del análisis de los números de la Rendición de Cuentas en una primera revisión es que una vez más el ajuste se le va a pedir a la población, y especialmente al sector privado, no al Estado.

EC —Pero ¿qué ajuste puede hacerse en los gastos del Estado que no termine repercutiendo en el sector privado? Por ejemplo, recortar compras, ¿a quién se le compra? A privados, eso repercute en el sector privado. Por eso, ¿en qué tipo de medidas se están pensando ustedes?

GP —Tiene que haber una serie de recortes esenciales en gastos de funcionamiento y en gastos postergables que el Estado debe asumir. Muchos de ellos, y ahí está un debate, sí, pueden afectar el sistema de compras del sector privado. Pero ¿qué es preferible, que eso sea así o que a ese sector privado le carguemos más impuestos para seguir siendo ineficientes en el funcionamiento? Es un círculo vicioso que debemos debatir. ¿El Estado tiene que seguir siendo el supuesto dinamizador de una economía a la que le pone un peso que muchas veces la hace inviable? Ese es el debate que se debería dar en esta rendición de cuentas. Creo que hay una serie de gastos que el Gobierno podría asumir como postergables, algunos hasta simbólicos, pero que implican dar la sensación de que el Estado también empezó a apretarse el cinturón.

EC —¿Qué cabida pueden llegar a tener esos planteos, teniendo en cuenta cómo se negoció el paquete dentro del FA antes de mandarlo al Parlamento?

GP —Cabida van a tener muy poca, producto de que el Gobierno ha ido para adelante y para atrás. En un primer momento anuncian que la rendición de cuentas está cerrada; en un segundo momento, que el presidente de la República se equivocó porque hay zonas grises, y en un tercer momento que el tema está abierto en el Parlamento. Entonces va a suceder lo que ha sucedido todos estos años: el FA lleva adelante un debate interno, y cuando logra el acuerdo, producto de las legítimas mayorías que tiene, se lo impone al resto. Y deja a la otra mitad de la población, que representamos los partidos de la oposición, sin posibilidad de darle algunas ideas que mejoren la situación.

EC —Pero al revés, capaz que en este caso propuestas como la que usted maneja, de recorte de gastos superfluos en el Estado, pueden ayudar a los sectores del FA que quieren que no se posterguen otros gastos.

GP —Ojalá que así sea. La primera pregunta que le voy a hacer a cada ministro que se presente –y si están escuchando estaría bueno que se vayan preparando para responderla en la comisión– va a ser: “¿Qué recortes va a realizar usted en este período para aportar a los ahorros que el Estado debe tener?”. Pero las cifras de recortes o de ahorros que maneja el ministro Astori, que según él rondan los US$ 150 millones, son absolutamente insuficientes.

EC —Sí, el ajuste es por un total de US$ 460 millones.

GP —Exactamente, y él dice que el resto lo aporta el aumento del IRPF.

EC —El aumento del IRPF y otros impuestos.

GP —Presión fiscal. La presión fiscal es lo que aporta más, lo que confirma lo que estoy diciendo: el ajuste viene por el lado de la gente y no por el lado del Estado.

Video de la entrevista

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Transcripción: María Lila Ltaif

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