
EC —Con el agregado humano de eso, el deterioro de la vida de esa persona.
AK —Obviamente. Otra cosa: todas las casas en Uruguay son adultocéntricas, están hechas para adultos. Yo me pregunto si la Facultad de Arquitectura tiene un área de urbanismo de la tercera edad. Hay que comenzar a construir casas para la tercera edad que son diferentes de las casas para adultos.
EC —Por ejemplo, las escaleras son un problema.
AK —No puede haber escaleras, tiene que haber muchos más barandales, tiene que haber alarmas en todos los cuartos. Entonces, el problema de la seguridad social sí es un problema, pero con eso no se soluciona el problema de la vejez. El problema de la seguridad social –acá volvemos a un tema que para Uruguay es muy difícil– es el tema de la migración, Uruguay necesita migración. Alemania para el año 2050 necesita 3,4 millones de migrantes para no colapsar no solamente en el seguro social, que es parte del problema, para no colapsar en los puestos de trabajo. Esto que te decía de que la gente está teniendo 1,8 hijos va a hacer que los puestos de trabajo queden vacíos, no va a haber gente para trabajar.
EC —Van a aparecer los robots para dar una mano en esa materia.
AK —No creo que para el 2050 haya tiempo para armar robots. Esto se va a dar entre el año 2050 y el 2100, quiere decir que tenemos 20 años para que el Estado uruguayo y los políticos uruguayos, como se decía en otra época, pongan las barbas en remojo y comiencen a pensar de forma estratégica lo que hay que hacer urgente. Porque la ventana de oportunidad, lo que hay que hacer para adaptarse a la sociedad centenaria, en América Latina se va reduciendo cada vez más. Hace 10 años América Latina tenía 40 años de ventana de oportunidad, en este momento Uruguay tiene aproximadamente 20, 25 años de ventana de oportunidad. Entonces hay varias cosas que hay que hacer, todas políticamente incorrectas.
EC —¿Una de ellas es una política inmigratoria?
AK —Absoluta, radical.
EC —Aquí tú estás teniendo no sé si matices o directamente diferencias con el gobierno. En marzo de este año entrevistamos aquí en En Perspectiva al economista Fernando Isabela, director de Planificación de la OPP, y él decía que el país tiene una tendencia demográfica muy fuerte que la inmigración no puede alterar. Tengo acá sus palabras textuales: “La inmigración puede disminuir un poco esas tendencias demográficas, pero no las va a alterar. Hay que tener en cuenta, por ejemplo, el caso de España, que ha llegado a tener 1 millón de inmigrantes al año y aun así su tendencia al envejecimiento es fortísima. Tendría que ser una inmigración absolutamente masiva para que realmente alterara las tendencias demográficas. Es muy difícil que las tendencias demográficas en el mundo de hoy se alteren con los movimientos migratorios, y el caso de Uruguay es excepcional todavía, no es un gran receptor de inmigrantes”.
AK —Lamento discrepar con esa persona. No es así, no es eso lo que muestran las investigaciones. En Europa y en Uruguay la población va a crecer por migración. Si no se hace un plan migratorio masivo, se pueden hacer tres cosas más. Se tiene que subir la edad de jubilación a 76 años o hay que anular la minoría de edad, los jóvenes tienen que empezar a trabajar a los 14 años, o más radicalmente, que es lo que probablemente va a pasar, la jubilación se va a volver un dispositivo anacrónico, es decir, imposible, no va a haber jubilaciones.
EC —El aumento de la edad de retiro tú lo mencionabas recién como una de las iniciativas políticamente incorrectas que se van a necesitar.
AK —El gobierno que implemente eso va a perder las elecciones. Pero si no hacen una política migratoria ya, hoy, a partir de hoy o del lunes que viene, un plan inteligente, audaz y bien hecho, se va a tener que aumentar la edad de jubilación a 76 años o suprimirla directamente.
EC —Tú dices que políticamente puede ser un mal negocio, puede ser perjudicial para un partido impulsar una medida como esa. ¿Pero una medida como esa no se correspondería con la realidad, esta misma realidad de la que tú venías hablando, cómo está cambiando el concepto de vejez, qué implica hoy ser alguien de 70, 80 años?
AK —Totalmente.
EC —¿Una clave de la buena vejez no es mantenerse activo, útil, integrado? Entonces, ¿por qué hay que dejar de trabajar?
AK —Pero el asunto no es solamente trabajar, también es disfrutar de la vida, disfrutar del ocio, disfrutar de las oportunidades que uno se da a sí mismo. Sí, obviamente, es totalmente lógico con la nueva vejez de la que estamos hablando.
EC —Formas de trabajo por lo menos de tiempo parcial suenan muy razonables en el esquema nuevo.
AK —De hecho es lo que se da, en los países periféricos el trabajo de la tercera edad y de los menores es ilegal. Si no se hace una política migratoria –que veo que el gobierno piensa que no es necesario hacer– se va a tener que empezar a trabajar a los 14 años y la gente se va a jubilar a los 76 años. El problema es que todo esto va a contrapelo de la ola de racismo, xenofobia y odio, de búsqueda de un chivo expiatorio por la cual está pasando el mundo.
EC —¿Cómo es eso? ¿Cómo entra en este cuadro?
AK —El migrante es el que roba el trabajo, el migrante trae la mugre, el migrante viola a las mujeres, el migrante crea caos social, etcétera, etcétera. Va en contra de la necesidad de migrantes que tiene el mundo.
EC —Pero también es cierto, si estamos hablando de tendencias, que hoy hay una mayor movilidad en el mundo, una movilidad en muchos casos natural y en otros casos forzada, por ejemplo por conflictos, por problemas hasta ecológicos en determinados lugares. Hay una tendencia a las migraciones. Uruguay hoy o desde hace unos años la está experimentando, por ejemplo con la llegada de venezolanos.
AK —Hay muchos ahora.









