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Entrevista central, jueves 24 de noviembre: Pablo Cayota y Mariano Palamidessi

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EC —A propósito de la evaluación, el informe dice: “Si consideramos el alto nivel de centralización de la toma de decisiones en Uruguay, las inspecciones educativas constituyen un vínculo fundamental entre los consejos centrales y los centros educativos y directores de todo el país. No obstante, el modelo uruguayo de inspección educativa está limitado en cuanto al grado en que apoya al desarrollo educativo. Los inspectores tienden a concentrarse más en el control y el cumplimiento y las evaluaciones se realizan a nivel individual en lugar de cubrir el centro en su conjunto”.

PC —Este tema del papel y el rol de la inspección también está señalado en el informe del 2014. Tenemos un modelo de inspección al estilo del viejo modelo francés, y sin el ejército de inspectores que tenía el modelo educativo francés. Entonces hay muy buenos profesionales en la inspección, pero es un área que debe reformularse, refundarse, para que la evaluación no sea solo la visita individual al docente. En la evaluación de docentes que recientemente sacó el Ineed eso quedaba muy claro, en la encuesta muchos docentes sentían que no habían sido inspeccionados por años; el inspector viene a calificar –así es percibido– en vez de ser alguien que viene a orientar. Hay que cambiar ese modelo, hay que definir políticas de orientación por un lado y políticas de evaluación por otro, separar la evaluación, porque nadie se deja orientar en un escenario de riesgo, no muestra sus debilidades.

Junto con eso también hay que modificar –lo dice el informe de la OCDE– el papel de los directores. El director es una figura clave en el sistema, sin embargo no está jerarquizado desde el punto de vista salarial y debe ocuparse desde del caño roto hasta los graves problemas que puede haber en la articulación de actores en una sociedad compleja, entre familias, alumnos, docentes.

Esas instituciones intermedias del sistema son claves para su transformación. Lo dice la OCDE ahora, pero lo han dicho los informes del Ineed, las investigaciones del Ineed, y también las ATD, los gremios docentes desde hace mucho tiempo.

MP —Es un tema clave. Hace poco más de un mes estuve en la Junta Inspectora de Secundaria y el conjunto de inspectores de secundaria está preocupado por el tema, entienden que hay que pensar una redefinición de ese rol. La redefinición de ese rol en casi todo el mundo ha girado de un inspector que evalúa individuos a un inspector que promueve el desarrollo de un proyecto del centro educativo. Esto es el giro en todos lados. Puede ir con algunos énfasis, el modelo escocés, hacia dónde gira el modelo francés, pero todo gira hacia una persona o un equipo que llega a una institución, se queda un tiempo, trabaja con la gente en un marco de confianza absoluta, deja un informe en el que dice “estas cosas andan bien, estas cosas hay que trabajarlas” y se vuelven a reunir. Es una relación de cooperación y no de vigilancia jerárquica desigual. Obviamente hay una función de control, pero esa función de control se debe dar en un marco de cooperación, esto es un punto fundamental.

PC —Otro aspecto también muy importante vinculado a esto de la dirección y la inspección es el modo de ejercicio profesional del docente. Porque eso es lo que termina impactando realmente en la transformación.

EC —¿En qué sentido?

MP —En términos de comparación internacional, Uruguay es de los pocos países donde se contratan los docentes por horas docentes y se renueva todos los años la asignación de los centros, un tema que ha sido muy debatido aquí. Pero una vez más, otro informe más vuelve a decirnos lo que se viene diciendo desde hace mucho tiempo, por múltiples actores: que los docentes deben estar en un centro, deben tener la posibilidad no solo de concentrar sus horas en un centro, sino que dentro de esas horas deben tener horas para dar clase, pero horas para trabajar con otros, para hacer un trabajo colaborativo, para atender padres, para atender individualmente a los alumnos. Es modificar el modo de ejercicio profesional que tiene un impacto presupuestal y económico, pero del cual no estamos tan lejos. Hoy una de cada cinco horas que se dictan en secundaria son de docencia indirecta, es decir, horas de coordinación, de tutoría. Es necesario elaborar un plan que consolide la figura del docente como un cargo dentro de la institución educativa.

EC —En definitiva, acá nadie está descubriendo la pólvora.

PC —Creo que no.

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