
RA —¿Directamente los compraron ustedes?
OB —No, tenemos inversores que nos piden poner un pie en el casco antiguo para restaurar y comercializar. Urban Heritage se dedica a acompañar a inversores que no tienen el know how de la restauración pero están interesados en mantener el patrimonio, les ofrece una persona que los acompañe desde el inicio, desde la apertura de su empresa, hasta la compra del edificio, la restauración y la comercialización.
RA —¿A qué tipo de inversores apuntan? ¿Quiénes están interesados en invertir en edificaciones en la Ciudad Vieja?
OB —Nos encantaría trabajar en su mayoría con los uruguayos para recuperar ese patrimonio para ustedes. Lamentablemente, el 80 % de nuestros inversores son extranjeros. Ha pasado en Palermo Viejo, hoy los residentes de Palermo Viejo están enamorados de su barrio, pero cuando empezamos el barrio era una zona de mecánicos, de mucho abandono. Hubo mucha resistencia al principio y las personas que consumieron Palermo Viejo en su inicio fueron extranjeras.
RA —Y acá pasa lo mismo.
OB —Lamentablemente sí, pero estamos trabajando para incorporar distintos inversores.
RA —¿Y extranjeros particularmente de qué origen?
OB —Europeos, tenemos escandinavos, ingleses, franceses, canadienses y americanos, un poco de todo el mundo.
RC —Ahora recuerdo el ejemplo que diste, recuerdo perfectamente que hay tres locales comerciales muy importantes frente al Registro, en las plantas bajas de esos edificios. Pero ¿lograron instalar viviendas encima de esas plantas?
OB —Sí. Por el proyecto de inversión y obviamente por tener beneficios impositivos, planteamos el proyecto como un proyecto de inversión. Lamentablemente los proyectos de inversión para obtener beneficios impositivos no pueden poner vivienda, tienen que ser oficinas. Entonces ahí estamos apelando y trabajando con las autoridades de gobierno para que permitan que los beneficios impositivos se apliquen a la restauración para desarrollistas, pero habilitando el uso de vivienda, que es lo que entendemos que urbanamente va a enriquecer a la ciudad. En este momento los apartamentos están diseñados como apartamentos, como home offices, y se tuvieron que alquilar como oficinas.
RA —Ustedes se han abocado a ese concepto de home office, que vincula ambas cosas, el hogar y la oficina. ¿A quiénes apunta?
OB —El concepto de home office nos permite aplicar los beneficios impositivos, cumpliendo con los requisitos del proyecto, y apelar a personas que quieran trabajar y tener una presencia comercial en la Ciudad Vieja, permite vivir en el mismo lugar. Son lofts algunos de más de 100 m2, otros de 180 m2, con una división entre la parte de trabajo y el espacio de vivienda. Hemos tenido éxito en tres de nuestros edificios, donde se han instalado personas que son quizás extranjeros que vienen dos veces al mes, para poder estar, pero tienen su empresa radicada aquí, entonces tienen la opción de tener un dormitorio donde pueden habitar en sus estadías cortas y al mismo tiempo tener su oficina radicada ahí. Eso ha permitido generar viviendas, pero cumpliendo con el uso comercial. Esperamos que más adelante podamos lograr que los beneficios impositivos se den en restauración sin determinar el uso final.
RC —Tú te referís a beneficios impositivos, pero creo que la Ciudad Vieja tiene otros problemas para instalarse como vivienda. Por ejemplo la seguridad. Acabo de venir de allí y veo lo que es la inseguridad por un lado, la falta de higiene por otro, las calles llenas de contenedores desbordados, la gente durmiendo en la calle. Cuando no es un día como el de hoy, los ambulantes se instalan y ocupan las peatonales. Es decir, hay una cantidad de aspectos que tienen que ver con la conducta de la gente que no están bien controlados que creo que van en detrimento del interés de la gente de instalarse a vivir, la seguridad por ejemplo. Entonces ¿qué problemas le ves a la Ciudad Veja que, por lo visto, aun en el ejemplo que te pedí, sigue siendo un lugar de trabajo y de día más que en la noche o en el fin de semana?
OB —No es tan así. Tenemos ahora ocho apartamentos alquilados en forma temporal, los extranjeros vienen y estamos ocupados 80 % del tiempo, porque quieren habitar en la Ciudad Vieja.









