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RC —La Ciudad Vieja tiene un patrimonio arquitectónico muy importante, porque fue el casco de la ciudad original. Tú hablabas de principios del siglo XIX, ahí nació hasta la parte residencial de Montevideo, dentro de la muralla. Tiene una Comisión del Patrimonio especial, permanente, que ha hecho un perfecto inventario de la Ciudad Vieja y ha establecido grados de protección. Pero yo que pasé por la Comisión de Patrimonio Nacional, que también tiene una cantidad de monumentos declarados, sé que en este país la declaración de patrimonio es un castigo al propietario. Entonces me interesa saber cómo se maneja para que una ciudad que tú valorás en los mismos términos que yo pueda respetar una legislación que protege el valor patrimonial por encima de lo que pueda ser el interés de un propietario de levantar un edificio de equis cantidad de pisos donde antes hubo una magnífica residencia.
OB —Estoy totalmente de acuerdo. Creo que el casco antiguo es patrimonio del país, patrimonio de todos los montevideanos, por lo cual el que compra una propiedad en el casco antiguo no tiene los mismos derechos que en cualquier lado de la ciudad. El casco antiguo tiene un registro y relevamiento de los edificios de estilos eclécticos, ejemplos de art déco, art nouveau, excelentes. Es una riqueza arquitectónica de la fundación de la ciudad, junto con la gran concentración de museos, de espacios culturales. ¿Cómo hacemos para protegerlo? Las comisiones son muy buenas y han apoyado en todo la protección, pero falta la presencia de la Intendencia. La legislación y tener un marco legal es muy importante en esa protección. Es muy erróneo que las personas vayan detrás del dinero y la inversión y tomen “mirá si me lo categorizan con un grado 4 o 3”.
RA —¿Qué implica eso?
RC —Grado 4 no podés demoler, es una protección total, no podés agregar demasiado, más allá de que hoy sabemos que el reciclaje consiste en adaptaciones que están muy permitidas, tenemos acá la prueba en la plaza Independencia.
RA —Olenka, ¿decías que hay como una especulación de los inversores?
OB —Sí, más que nada es un concepto erróneo. Si uno tiene un grado 3 o 4 y piensa “no puedo tocar el edificio”, se hace inviable y no se puede hacer un proyecto. Nosotros hemos tomado participación en edificios de grados 2 o 3 y hemos tenido cierta flexibilidad para poder manejar espacios contemporáneos, actualizar los espacios, sin perjuicio a los elementos arquitectónicos y dando ganancias de 100 % a nuestros inversores. Con lo cual ese concepto es bastante errado. Si uno quiere comprar una vivienda con costo bajo para demolerla, el casco antiguo no es el lugar, hay otras zonas que necesitan una reinyección de viviendas, que no tienen el grado de edificios arquitectónicos y eso permite otro tipo de desarrollo. Cualquier casco antiguo del mundo tiene legislaciones y apoyos de las distintas entidades, con lo cual creo que hubo un proceso teórico excelente, exhaustivo, con el arquitecto Arana cuando fue intendente, pero la Intendencia lo tiene que acompañar. En ciudades como Copenhague, como Londres, si uno no cumple con las exigencias de mantenimiento de fachadas y de techos para prevenir el deterioro de ese patrimonio, en un año le ejecutan la propiedad.
RC —No existe esa posibilidad acá.
OB —Existe pero no la implementan.
