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Entrevista central, jueves 26 de octubre: Richard Clark

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EC —¿Estamos hablando de medicina para aliviar síntomas o de medicina curativa?

RC —Científicamente no se puede hablar de curación total, remisión total del síntoma, porque a veces la ciencia no llega a demostrar cuán enfermos o cuán curados estamos. Lo que es claro es que es una medicina que no es tóxica y que no es letal, no hay una dosis de letalidad de la medicina cannábica, y la posibilidad de que haya una toxicidad es con dosis altísimas que serían inalcanzables en el consumo normal.

EC —Esos son factores importantes, ¿por qué los destaca? ¿Con qué está comparando?

RC —Porque uno a veces tiene miedo incluso de los efectos adversos, de las posibilidades de adicción que queden después de consumirlo. Como toda droga, es un medicamento, no es para uso habitual, no es para comprar en la feria o en el puesto de la esquina. Tenemos que hacerlo con una indicación médica.

EC —¿Qué ventajas tiene sobre la medicina tradicional?

RC —Una de ellas es la que decía, el hecho de no ser tóxica, no tener índices de letalidad, tener mínimos efectos adversos, que se sabe cuáles pueden ser, y no crear dependencia, el uso prolongado no produce más dependencia que la cafeína que estamos tomando en el café esta mañana.

EC —Yo le preguntaba en comparación con la medicina tradicional.

RC —Tú viste que en la medicina tradicional en general en el prospecto es más larga la lista de contraindicaciones o efectos adversos que las indicaciones.

EC —En este caso no existen.

RC —Sí, existen efectos adversos. La comparación se hace con una persona que no consume el medicamento ni un placebo. Entonces tiene determinados efectos. Por eso es importante que sea prescrito por un médico, y mejor todavía si es un médico que sabe del tema, que está manejando la medicina cannábica.

EC —Usted decía que el prospecto de un medicamento tradicional muchas veces tiene un texto larguísimo con advertencias. ¿Entonces?

RC —En este caso estamos tratando de regular el sistema endocannabinoide, que tenemos todos. Este sistema se encarga de regular la homeostasis, de regular el funcionamiento de muchos órganos, sobre todo a nivel del sistema nervioso central: cerebro, médula espinal, nervios. Según cómo lo estamos regulando, según la dosificación y el producto, pueden producirse efectos que queremos lograr o efectos por mayor dosificación o efectos que no son contraproducentes para la patología.

EC —¿Para qué casos es adecuada la medicina cannábica?

RC —En general, por su punto de utilización, sobre todo es adecuada para patologías relacionadas con el sistema nervioso central, como esclerosis múltiple, párkinson, hoy se está hablando mucho de fibromialgia y dolores crónicos, epilepsias farmacorresistentes o refractarias al tratamiento habitual, en particular en niños, autismo, se está estudiando en demencias, alzhéimer, se está usando en dolores producidos por cáncer, para todos los efectos colaterales de tratamientos con quimioterapia, porque actúa sobre las náuseas y los vómitos, sobre la falta de apetito de estos pacientes. En general la indicación es múltiple, pero tiene que ser bien precisa, porque no es para la patología en sí o para el tipo de paciente en sí, sino que además de conocer al paciente hay que ver la fórmula o la graduación de los componentes para cada paciente en particular, eso hay que saberlo.

EC —Estamos en un buen momento para escuchar algún testimonio. El primero es el de Malena, una paciente con artritis que para calmar su dolor probó sucesivamente con acupuntura, homeopatía y veneno de abejas (apitoxina). No tuvo éxito. Finalmente le recomendaron probar con gotas con cannabidiol, consultó a su médico personal, le dio el visto bueno…

(Testimonio de Malena.)

Me llamo María Elena, hace dos años me caí y me fracturé tres vertebras. Después de ahí mi columna empezó a no responder. Empecé una artrosis feísima, con unos dolores espantosos, que me hacían ir a la cama. Estaba con OXA B12, Dofix, Tolbus. Me reventaron el estómago. Pasé horrores hasta que un día no sé quién me dijo: ¿por qué no probás las gotas de cannabis? Tenía un poco de resistencia, como todo el mundo, pero dije: bueno, voy a probar. Y empecé a tomar. La primera semana no sentí mucho, tres gotitas al día de aceite de cannabis: una a media mañana, una a media tarde y otra antes de acostarme. Primero pensé que no servía para nada. Pero mi médico me había dicho que averiguara y no producía ni adicción ni sobredosis, que eran las dos cosas a las que uno podía tener un poco de miedo. Y después de una semana empecé a sentir que me dolía menos y empecé a caminar de una cuadra hasta la esquina, dos, después tres y ahora estoy con la columna sentida, porque la artrosis está ahí, pero estoy sin dolores, hay ratos en que no tengo absolutamente ningún dolor. En cambio hay otros momentos en que tengo como un cansancio atrás. Esa es la hora de tomar otra gotita, y así estoy viviendo hasta hoy.

(Fin testimonio.)

EC —¿Sus comentarios sobre este caso, doctor Clark?

RC —Es supercomún. Hoy día el tema del dolor es –por lo menos para mi especialidad, dado que no soy pediatra ni neurólogo ni psiquiatra– uno de los motivos de consulta más comunes, dolores crónicos. Se está abusando de la medicación alopática, de los antiinflamatorios, de los preparados morfínicos, y como alternativa que no genera dependencia y que no digo que va a curarte el dolor, porque la causa sigue estando, pero si de las 24 del día cada seis horas te aliviás cuatro, ya es un logro. Y poder desempeñar una vida normal, o por lo menos poder salir a caminar, poder desempeñarte igual, poder esperar una operación, una prótesis, como me ha pasado, u otro tipo de tratamiento, que a veces tenés que esperar meses, en base a un medicamento que no te produce más efectos que los que comentaba esta señora.

EC —Y es muy impresionante el resultado que se obtiene.

RC —No todos los casos son iguales, no es la maravilla, no es la panacea, porque si no estaríamos todos trabajando en esto.

EC —De algún modo mi pregunta va por ahí.

RC —Como objetivo del médico en el arte de curar, si no podemos curar, tratar de aliviar, o por lo menos acompañar en el sufrimiento a la persona dándole una mejor calidad de vida. No es la panacea para todo el mundo, pero en general con una buena indicación y la mejor preparación, con un medicamento de calidad, funciona. Hay que tener mucho cuidado con los medicamentos que se consiguen en el “mercado negro”, como se lo llama, porque no todas las preparaciones son iguales.

EC —Ya vamos a llegar a dónde se consiguen los medicamentos, qué pasa con el marco legal, el decreto que acaba de salir. Vamos a escuchar ahora el segundo testimonio, el de Miguel, un paciente que fue diagnosticado con cáncer y comenzó a fumar marihuana para sobrellevar los efectos de la quimioterapia.

(Testimonio Miguel.)

Esto comienza en 2005-2006, que me diagnostican un linfoma de Hodgking. Era un tumor muy grande que tenía en el pecho, de un kilo, aproximadamente, que no se podía operar, no se podía hacer nada, sí el tratamiento con quimio- y radioterapia. Me hacen los estudios, y cuando me hacen la mediastinoendoscopía un cirujano de tórax me dio la noticia de que me quedaban dos meses, dos meses y medio de vida por lo avanzado que estaba todo. No le creí y comencé los tratamientos como me pidieron los médicos y comencé a consumir cannabis junto con las quimio, que fue lo primero que me hicieron. Eran tratamientos muy fuertes porque era un tumor que estaba en un grado muy avanzado. Y resulta que de todo lo que me dijeron que iba suceder nada sucedía. Me dijeron que iba a adelgazar unos 20 kilos, que iba a tener un deterioro muy importante. Y sí, pasé mal y estuve un año y pico en tratamiento, pero nunca bajé un gramo. De hecho cuando me hicieron la segunda tomografía, a los 20 días, me dijeron que los estudios no podían ser los míos por la mejora que había tenido. Y en gran parte se lo atribuí al cannabis, que no permitió que siguiera avanzando al ritmo que venía. Más que favorable. Terminé el tratamiento, hice todo lo que tenía que hacer, y bárbaro, para el pronóstico que tenía fue todo muy bueno.

(Fin testimonio.)

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