Entrevista con el senador Luis Lacalle Pou (PN).
EN PERSPECTIVA
Jueves 03.03.2016, hora 8.15
EMILIANO COTELO (EC) —Cuando Tabaré Vázquez procura retomar la iniciativa luego de un primer año marcado por una serie de problemas y conflictos, del otro lado la oposición también mueve sus fichas.
Ayer de noche, el senador Luis Lacalle Pou encabezó un acto en la Torre de las Telecomunicaciones en el que presentó un documento con 22 medidas de Gobierno que deberían implementarse, como máximo, dentro de este año.
Rodeado de legisladores, intendentes y autoridades nacionalistas, el líder del sector Todos trazó un diagnóstico de la situación nacional y enumeró propuestas en economía, educación, energía, agro, seguridad pública, empleo y relaciones internacionales.
Para analizar este paso que dio ayer y comentar también otros temas de la agenda política, recibimos al senador Luis Lacalle Pou.
¿Cuál es la razón por la cual usted presenta estas propuestas ahora?
LUIS LACALLE POU (LLP) —Esta iniciativa la venimos trabajando desde hace varios meses. Marcaba el calendario que el 1º de marzo se cumplían 11 años de Gobierno del Frente Amplio (FA), un año de esta segunda administración del doctor Vázquez y que institucionalmente correspondía que el Poder Ejecutivo elevara un documento a la Asamblea General. Si esto fuera un régimen parlamentario, que no lo es, sería una cercanía del Gobierno rindiendo cuentas al representante del pueblo, que es el Parlamento. Allí se elabora un mensaje, que el propio 1.º de marzo lo tuvimos –quizás sea más fácil de interpretar el discurso, la cadena del presidente de la República–, y nosotros desde noviembre estamos en reuniones con técnicos, con asesores en la materia, con los distintos grupos analizando cómo vemos el país después de 11 años, cómo vemos la acción de Gobierno en este año, cuáles son las luces amarillas, muchas de las cuales habíamos señalado en campaña electoral. Recordemos la discusión que se dio, algunos que tapaban el sol con un dedo decían que no eran reales esas señales amarillas, Vázquez, Astori y gran parte de su equipo, y nosotros que decíamos atenti al lupo que la cosa no está como ustedes están diciendo.
Esas señales se confirman, esas luces están todas prendidas y sobre esa base y parte del mensaje del presidente de la República es que hacemos un diagnóstico y no nos conformamos con el rol de oposición, no nos conformamos con lo que creo que se ha hecho bastante bien, que es el contralor del Gobierno en todas sus facetas. Queremos tener una actividad propositiva, casi está en nuestro ADN la voluntad de hacer propuestas.
EC —Según lo que usted mismo contaba recién, están organizado esta presentación desde hace meses…
LLP —Noviembre.
EC —… pero cuando la preparaban, ¿la pensaban como una respuesta al balance que hiciera el presidente Vázquez?
LLP —Sí, obviamente. No somos de la escuela de la acción-reacción; sí somos de pararnos mucho sobre la institucionalidad. Y como ella exige que el Gobierno presente este balance –no la cadena grabada necesariamente, pero sí el balance formal en el Parlamento–, se cumple un año, es un plazo suficiente para hacer un diagnóstico, una evaluación, pero sobre todo para pararnos arriba del futuro. ¿Cuál es la diferencia que uno puede trazar entre la cadena del presidente de la República y nuestra actitud de ayer? Quizás el presidente invoca más al pasado, con una chorrera de cifras, creo que una visión bastante parcializada de la realidad nacional. En una cadena que duró muchos minutos no se toca el tema de Ancap –y no me estoy refiriendo a la investigadora propiamente dicha, sino al episodio Ancap, lo que ha costado en la vida económica nacional y lo que sigue costando– y nuestra presentación se para en de aquí en más. Yo decía ayer: aquí y ahora, ahora y bien. No queremos pasar un año, 2016 –que así se llamó la presentación, está claramente acotado al 2016–, sin haber puesto el hombro al país.
EC —Lo dijo un par de veces: “No solo critico, no solo hago oposición, también presento propuestas y sugerencias”. Le interesa remarcar eso.
LLP —No soy analista, es lo que hacemos y lo comento.
EC —Es conocido por todos que la relación Vázquez-Lacalle Pou no es buena desde hace tiempo, desde la campaña electoral del 2014.
LLP —Eso es una telenovela.
EC —Pero ¿este paso que usted da ayer puede verse como un gesto en la dirección de un acercamiento con el presidente?
LLP —Con total respeto, verlo desde ese punto de vista me parece que es minimizar nuestra acción de oposición. Yo apelo mucho a la formalidad y a la institucionalidad. ¿Cuál es nuestro rol? ¿Cuál es el rol del Partido Nacional (PN), cuál es el rol de nuestro sector, cuál es el rol de Luis Lacalle Pou? Se lo adjudicó la ciudadanía el 26 de octubre del 2014 y el último domingo de noviembre. Empecemos por el último: el Poder Ejecutivo allá enfrente, en el edificio que estamos mirando están sentados el doctor Vázquez y un Poder Ejecutivo monocromático –aunque cuesta un poco verlo monocromático–, de un partido político, de una coalición de partidos políticos, y en el Parlamento, donde yo trabajo, donde la gente nos dijo que teníamos que estar, hay una mayoría absoluta del FA. Eso claramente determina nuestras herramientas: hay una mayoría regimentada en el 99,9 % de los casos y nosotros con nuestras herramientas asumimos un rol.
La relación con el doctor Vázquez… supongamos que yo ahora voy al Mausoleo y me lo cruzo: como todo uruguayo, que somos pocos y nos conocemos, un saludo formal y si tiene un rato –ojalá que no tenga, me imagino que está atareado en otras cosas– perfectamente podríamos sentarnos a tomar un café o un mate.
EC —No parece tan obvio.
LLP —O les damos de comer a las palomas.
EC —No parece tan obvio, está fría esa relación. Incluso ha habido legisladores del PN, como la senadora Verónica Alonso, que han hablado de poner en marcha sus buenos oficios para propiciar un encuentro entre los dos.
LLP —Con el doctor Vázquez nos hemos encontrado formalmente. Si mañana yo entiendo necesario, por una cuestión importante del país, reunirme con él, lo voy a hacer.
EC —Pero ninguno de los dos está moviendo.
LLP —Yo moví el 23 de febrero de 2015, aproximadamente. Salió en la prensa, por eso lo digo, le pedí una reunión. En aquel momento el presidente entendió que no era necesario, que no era bueno y está en su derecho, el presidente es mano, es el más importante del país. Pero si mañana, si pasado mañana se entiende que hay un tema importante de ambas partes, hay que ser civilizado. En realidad ni siquiera importa si somos hinchas del mismo cuadro de fútbol –que no somos–, si tenemos los mismos gustos musicales o si a los dos nos gusta mirar la boya mientras pica o no un pez. No importa. Es más, si alguien está muy aburrido y recurre a los anales de la campaña electoral, verá que yo he elogiado al doctor Vázquez, porque realmente lo creo una persona exitosa. No me gusta su Gobierno, pero lo creo una persona exitosa en su vida, de hecho lo es. Yo no tengo pruritos. Y si se hieren susceptibilidades por episodios…
EC —Eso es lo que está de por medio.
LLP —Pero somos gente grande, en serio. Si se hieren susceptibilidades y la capacidad de dos personas de relativa importancia –obviamente Vázquez más que yo– se mide por el famoso episodio [se ríe] de la bandera, estamos en el horno.
EC —Lo cierto es que Vázquez se preocupa cada tanto y cuando puede por marcar que tiene más afinidad, más cercanía con Jorge Larrañaga que con usted. Es una constante.
LLP —Y está bien.
***
EC —Vayamos a lo que usted presentó ayer, vayamos al acto y al documento. Antes, ¿cuál es el diagnóstico de la situación del país a partir del cual sale a proponer medidas de aplicación a corto plazo?
LLP —En pinceladas medianamente gruesas: se terminan diez años de bonanza; nuestros productos son de más difícil colocación por la competencia internacional, tienen menos precio internacional, han bajado los precios internacionales; los mercados de inversión están más cautos ante la situación mundial; el tema de las tasas de interés, sobre todo en EEUU, es una luz encendida, y el Gobierno se ha manejado con mano demasiado abierta en algunas actividades, en algunos episodios que no lo ameritaban –vamos a nombrar dos bien sintomáticos, Pluna y Ancap– y se terminaron diez años de bonanza sin tener las fortalezas suficientes, sin haber previsto lo que podía pasar.
Todos saben que después de las vacas gordas en algún momento aparece alguna vaca flaca. Y no nos preparamos, estamos en un momento de mucha vulnerabilidad, parte por factores exógenos, pero mucho por nuestra responsabilidad. El Gobierno gastó, gastó mucho, gastó mal, porque no podemos criticar, por ejemplo, el presupuesto en educación y el presupuesto en seguridad ciudadana, que quizás sean los dos sectores en los que más se ha gastado en muchísimos años. Pero ¿vamos a medir un Gobierno por lo que gasta, vamos a ser tan economicistas, o lo vamos a hacer por los resultados? Yo me quedo con lo segundo. Y los resultados en seguridad ciudadana y en educación, sobre todo en esta última, que marca el futuro horizonte de oportunidades de muchos uruguayos, son muy malos, estamos muy mal.
EC —Empecemos por lo económico, a partir de lo que usted mismo decía recién. El propio presidente Vázquez en la cadena de radio y televisión del martes puso una señal de alerta cuando dijo, por la negativa, que estaba en riesgo el “grado inversor”, que había que trabajar, que era una prioridad para el Gobierno trabajar para no perder el grado inversor. ¿Cómo vio esa señal?
LLP —A confesión de parte, relevo de prueba. Se da de bruces, de frente contra el supuesto diagnóstico que hace el Gobierno, obviamente ya no la deshonestidad intelectual de la campaña electoral. Que después de un año de aquel Uruguay maravilloso que pintaba Vázquez y que pintaba Astori la reacción económica del presidente de la República sea jugar con diez atrás y colgado del travesaño, decir que lo importante es no perder el grado inversor, si uno lo escribe como una historia no parecería cierta.
EC —El argumento principal que manejan en el Gobierno es que las condiciones cambiaron, que no son las mismas de la campaña electoral, de la época de la campaña.
LLP —Cuando era chico nos decían “chocolate por la noticia”. Si se hubiera sido honesto con la situación… Desde fines del 2012 los analistas –no les hagan caso a los políticos– de todos los pelos partidarios, de todas las ideologías empezaron a encender las lucecitas. Recuerdo jornadas de muchos economistas, no sé si fue en 2013 o en 2014, que ya advertían de esta situación. Y el Gobierno gastó a mano abierta, en la contratación de funcionarios públicos, en empresas como Ancap, en la publicidad estatal, hubo un gasto desmedido y no se guardó.
Pero vayamos al 1.º de marzo, el anuncio económico del presidente de la República es “no perder el grado inversor”. Mientras tanto las políticas domésticas en lo que hace a la actividad económica para mí son de asfixia, van todas en un rumbo que no tiene un buen fin.
EC —¿Por ejemplo?
LLP —Por ejemplo, no cumplir con los compromisos establecidos.
EC —¿Qué compromisos?
LLP —Se habla de austeridad y se abre la billetera a la gente. El Gobierno había dicho que iba a terminar el 2016 con un superávit del Gobierno central de US$ 30 millones y al poco tiempo ya dice que va a tener un déficit de cerca de US$ 100 millones. El antecedente inmediato es el 2015, que dijo que iba a estar en 0 y estuvo en un déficit de US$ 250 millones. ¿Quién paga esos US$ 250 millones? ¿Quién va a pagar esta diferencia de US$ 130 millones?
Y allí las políticas de asfixia, las tarifas púbicas, el combustible. ¿Cuál es el efecto inmediato del aumento de las tarifas públicas y la no rebaja sensible de los combustibles? Menos capacidad adquisitiva de la gente, más pago por servicios que lo que están haciendo es tapando un agujero. ¿Por qué digo de asfixia? Supongamos que uno de nosotros dos es un tambero; más de la mitad de los tamberos no son grandes terratenientes –100 hectáreas–, muchos arriendan esas hectáreas. Lo que cuesta la luz y lo que significa en un tambo. Lo que cuesta el combustible y lo que significa en la producción lechera. ¿Y los precios internacionales? No hay lugar a duda de que ya no se está al borde de una crisis para esa persona, se está del otro lado.
EC —Vayamos a las medidas que están propuestas en el capítulo economía en el documento que usted presentó ayer, tratemos de entender algunas de ellas. La 1, “Fijación de metas para el sector público con alcance semestral”, una medida a ejecutar en este primer semestre del año. ¿Qué tipo de metas?
LLP —Para empezar, mirarse al espejo, y de bien cerquita.
EC —Pero ¿metas de qué?
LLP —De ejecución presupuestal y de austeridad. Hay un artículo de [el economista Ernesto] Talvi de ayer [en El País de Madrid] que creo que se llama “Austeridad inteligente”. Me parece que por ahí va la cosa. ¿Dónde ahorramos, dónde nos cuidamos?
EC —Ajustar.
LLP —Sí, ajustarnos, no ajustarlos.
EC —Dentro de los márgenes previstos en el presupuesto, dentro de los gastos autorizados en el presupuesto, recortar. En vez de 100, que sean 80, 70…
LLP —¿Cuál es la diferencia entre ajustarlos y ajustarnos? Que el segundo requiere ajustar el Gobierno. El edificio que tenemos acá enfrente (el Edificio Libertad). Lo decía hace un instante, dijeron que iban a terminar en 0 y terminaron en –US$ 250 millones. ¿Cuánto es eso en el PBI? Es muy importante. Como muestra alcanza un botón: obviamente no cifra, pero no parece lógico, en una vocación de austeridad en este momento, que se inicie una licitación para comprar un avión. No sé cuánto costará, US$ 1 millón, no importa, el hecho es que no va en el rumbo que se requiere. Entonces fijar metas, que esas metas se comuniquen, que esas metas se evalúen y que se vayan cumpliendo. En nuestro programa de Gobierno teníamos un ahorro muy ambicioso en varios rubros que llegaba a US$ 400 millones al año. ¿Se puede hacer? No: se debe hacer.
EC —La medida 2 es que antes de que termine el año se instale una regla fiscal. De esto se ha hablado cada tanto en el debate político y económico uruguayo. ¿Qué quiere decir usted con regla fiscal?
LLP —Alguno va a decir: “¿Justo ahora que se terminó el viento de cola, que no estamos en época de bonanza, una regla fiscal?”. Creo que es el momento. Porque el FA se tiene que dejar enseñar por su propia historia reciente, en época de bonanza gastaron mucho y en gran parte gastaron mal. Entonces si se pretende establecer una regla fiscal, creo que es el momento. Para poder tener políticas anticíclicas.
Globalmente, en las 22 medidas ofrecemos colaboración, salvo en la última, que me parece inteligente el relevo del Ministerio del Interior. Pero en las demás ofrecemos primero nuestro respaldo político, si interesa y si sirve, yo creo que sí; segundo, nuestros equipos técnicos para que den una mano. En estas 22 medidas, por supuesto, nos hacemos responsables no solo de haberlas planteado sino de seguirlas.
EC —¿Y qué es lo que explicarían, qué expondrían a propósito de cómo llevar a la práctica las medidas 3 y 4: “Dejar de usar las tarifas públicas como fuente de financiamiento del Gobierno”…?
LLP —Esa es la contracara del ahorro por parte del Gobierno central. Y las tarifas públicas, entre otras cosas, aumentan sensiblemente precios importantes que pagan los uruguayos. Hay que ver cuánto significan en la vida diaria de un uruguayo el agua –qué agua, aparte, eso sería otro tema–, la luz, el teléfono, el combustible. Cuánto significa esto y cuánto se traslada a otros precios importantes. Porque eso también genera una presión inflacionaria importante, es un componente importante de la producción nacional y del comercio nacional.
EC —La 4, que también tiene que ver con tarifas, es “bajar de inmediato el precio de los combustibles para ponerlo a tono con el precio internacional del petróleo”. Se sugiere una baja del entorno al 8 al 10 %. ¿Por dónde vendría esa baja?, ¿por el lado de los impuestos que están incluidos en el precio de los combustibles?
LLP —Este es un planteo que tiene el respaldo técnico de Diego Labat, que ya ha hecho un planteo. Hace cuatro días lo llamé por teléfono para cerciorarme del porcentaje sugerido, y la ecuación que él maneja –a mí me merece total confianza y creo que ha actuado con un gran profesionalismo y con independencia de criterio– está entre el 8 y el 10 %. El mecanismo es el que el economista Labat ha planificado.
EC —Son medidas que van a recortar la recaudación.
LLP —A eso le pondría signos de interrogación. ¿Van a recortar la recaudación o van a estimular la actividad? ¿De qué se trata el país, de recaudar o de estimular que la gente trabaje, invierta, ande, genere inercia económica? Lo segundo. Voy a un caso puntual que está más adelante, que habla del trabajo, pero creo que es sintomático: las políticas de frontera, políticas económicas de frontera. En octubre del año pasado, en una recorrida por todo el país, sobre todo en el litoral, se nos hablaba de las dificultades de los comercios, sobre todo de los pequeños y medianos, y propusimos medidas que obviamente a priori podrían significar una renuncia fiscal. Me parece que lo que no se está haciendo es recaudar, porque hay muchos comercios en la frontera que meses después, sin haber tomado las medidas, ya no están más, no existen más. ¿Es una renuncia fiscal? No, es una renuncia a tener más gente trabajando. Es una renuncia a que el Uruguay siga en pie, a que uruguayos sigan en pie en vez de tener la cifra de desempleo que hemos tenido este año. Miles de uruguayos perdieron el trabajo. Ahí hay renuncia a mucho más renuncia que una renuncia fiscal.
***
EC —En el capítulo energía aparecen varias propuestas vinculadas con Ancap. Por ejemplo, sugiere que el presidente “convoque a un grupo multipartidario que empiece a diseñar líneas generales para un acuerdo político sobre la empresa petrolera”. ¿En qué está pensando?
LLP —En estos días ha surgido fuertemente el concepto de gobierno corporativo. Hay por allí algunos trabajos interesantísimos de [Ignacio] Munyo, [Pablo] Regent y otra gente que ha escrito al respecto. Ayer recibíamos algunos aportes de economistas cercanos. El diagnóstico ya, ahora, en este momento, qué es lo que está pasando, ¿terminó el tema Ancap? Terminó lo que hace a la investigación en el Parlamento, sigue rumbo a la presentación de los antecedentes a la justicia penal, con la negativa del FA. Pero está lejos de solucionarse el problema de Ancap. Primero, no hay que prolongarlo, y segundo, no hay que repetirlo. Yo decía ayer en el discurso: me imagino que el más interesado en cambiar esta situación debería ser el presidente de la República. Entonces tendemos la mano.
EC —El presidente de la República ha estado impulsando medidas.
LLP —Sí, ahí se ata con otra parte del discurso, que es la conexión entre el poder explicativo y el Poder Ejecutivo. Creo que discursos bonitos y palabras deberían ser el aderezo de los hechos, de las acciones, no la sustancia.
EC —Está habiendo una reestructura en Ancap, todavía no conocemos bien todos los detalles, pero se está procesando. Para empezar, ahora va a haber una renovación del directorio.
LLP —Es que ese es el trampolín. El martes que viene seguramente se voten las venias, ese es el trampolín, porque ayer en el Senado, a instancias del senador Bordaberry y del PN –lo hablamos con él hace pocos días– pedimos, aunque no fue aceptado, que el nuevo directorio de Ancap concurra no después de la venia, antes de la venia. ¿Hay un plan? ¿Hay un plan de acción? Porque esto no se trata ya de una enfermedad leve, esto es el CTI.
EC —Esa es una vieja deuda del sistema político uruguayo. Ahora parece quizás más imperioso que nunca, en el caso de Ancap, conocer con qué planes llegarían estos nombres a integrar el directorio. Pero en realidad ese debió haber sido siempre el método a la hora de aprobar venias.
LLP —La respuesta es sí; no me quiero sacar el lazo con la pezuña, pero no me puedo hacer responsable, me hago responsable de las nominaciones que he hecho en este tiempo, y con mucho orgullo y mucha tranquilidad tenemos plena confianza en nuestros directores. En el caso de Ancap ni que hablar, le hemos dado al país el nombre de una persona con una vasta experiencia, con mucha seriedad; mientras se dice que muchos disparan del sistema político, tenemos una persona que entra, que confía y que ve en la actividad política un instrumento para el desarrollo. Vuelvo para atrás: se instala el directorio, vamos con un plan, porque el enfermo está en el CTI, no alcanza con una aspirina.
EC —De todos modos, supongamos que ese directorio va con un plan al Senado; usted está pidiendo algo más, está pidiendo que haya un acuerdo multipartidario a propósito del futuro de Ancap.
LLP —Base amplia, base ancha, poder asegurar un resultado por encima del color partidario que esté en el Gobierno, un Gobierno corporativo, representar al accionista, que es el pueblo uruguayo…
EC —Ahí alude a la medida 20: “Crear dentro del Ministerio de Economía una oficina que funcione como representante del accionista del conjunto de las empresas públicas”, no solo de Ancap.
LLP —Ese es el mientras tanto para Ancap.
EC —“Que exija además resultados por inversiones, que fije políticas de financiamiento, que establezca niveles mínimos de rentabilidad”.
LLP —Como cualquier empresa.
EC —Claro, pero eso no se hace en Uruguay.
LLP —Entonces como no se hace, nos echamos a dormir la siesta.
EC —No, hasta ahora no se ha hecho.
LLP —No me dedico a la actividad política para descansarme sobre lo que fue o es, yo creo que la actividad política esencialmente es la modificación. Quizás sea un trauma para muchos uruguayos cambiar, renovarse, avanzar, romper límites, transgredir positivamente. Para eso estamos nosotros, para eso estas 22 medidas. ¿Quién nos obligaba a ofrecerle 22 medidas al Gobierno? Podríamos haber llenado una bolsa de piedras y ponernos del otro lado del muro y tirarlas. Lo que históricamente hicieron los que hoy están en el Gobierno. No, porque tenemos adjudicado el rol de oposición y la vocación de Gobierno.
Entonces ¿qué le sugiere este acuerdo multipartidario a uno de los intereses principales del presidente? Deje de perder dinero en Ancap. Porque Ancap no es algo que esté separado de la realidad nacional, en este momento hay un uruguayo echando nafta o gasoil que no está pagando la nafta o el gasoil, está pagando el desastre de Ancap. Desastre. Porque puede haber tenido problemas a lo largo de la historia, pero no se puede decir que es porque en la historia no se invirtió. ¿Cómo que en la historia no se invirtió en Ancap? Quizás se invirtió mejor, con algunos errores, por supuesto, pero ¿recapitalizar Ancap, que el pueblo uruguayo tenga que poner los millones de dólares que puso en este momento? Ese es el diagnostico, ya se investigó, tenemos nuestros resultados. ¿Cuál es la acción, cuál es la modificación? El PN propone dar una mano.
EC —Usted propone que el rumbo de Ancap, que la reestructura de Ancap se discuta en un ámbito multipartidario y técnico. Pero ya adelanta alguna medida, mejor dicho, alguna línea de acción, porque el punto 18 es muy específico, dice: “Ates de fin de año Ancap debe concentrarse en sus objetivos primordiales y ser liberada de muchos emprendimientos que no tienen ningún valor estratégico”.
LLP —Porque, como toda aproximación a un acuerdo político, sobre todo de esta dimensión y en el ámbito de que estamos hablando, tiene que tener algunos parámetros iniciales.
EC —Ustedes irían a ese ámbito multipartidario proponiendo, entre otras cosas, esto, que significa quitarle a Ancap… ¿qué?
LLP —Primero, que se especialice en su rol principal, que son los hidrocarburos. Independizar la división pórtland, pasar por el tamiz las sociedades anónimas estas, algunas muy exóticas, como la de los perfumes, etcétera, y ver si de alguna manera se cierran esas empresas o se enajenan.
EC —Se venden, privatizar.
LLP —Lo que sea. Privatizar, ahí ya hay tres que salieron corriendo por la puerta porque no quieren estar en esta reunión.
EC —Un procedimiento de ese estilo ya desata una polémica aparte: ustedes están para privatizar partes de una empresa pública.
LLP —Si ese es el titular, acabamos de matar la reunión. Es dedicarnos, estatizar con excelencia –estatizar con excelencia… parecen conceptos que no se pueden poner juntos– la real función de Ancap. Porque todo el resto… a ver, ¿alguien va a hacer una manifestación –aunque últimamente hay pocas manifestaciones– porque Ancap no produzca más perfumes? ¿Alguien ve al PIT-CNT, a Fancap, con grandes pancartas “Déjenme seguir produciendo Alma Mía, por favor”, “Alma Mía para todo el pueblo ya”. Parece un poco ridículo, hasta genera una sonrisa. Entonces estatizar con excelencia.
Por eso nos aproximamos a un acuerdo con premisas, porque cada vez que me hablan de formar una comisión como que me viene una alergia, porque es una forma de enterrar la ejecución de los planes. No, vayamos con esto, se hace. Podemos asegurar en este caso que se realice porque tenemos responsables de la gestión. El economista Diego Labat nos representa, va a ejecutar lo que acordemos en un acuerdo multipartidario. Por eso yo creía buena cosa que comparezca antes el futuro directorio de Ancap, para decir qué es lo que va a hacer, porque ahí sí tendría un fortísimo respaldo político no las personas solamente, sino lo que van a hacer.
***
EC —Buena parte de este documento de 22 medidas va por el lado que recién estábamos charlando: sugerencia de ideas, instrumentos, ámbitos para encarar algunos de los desafíos que el país tiene por delante. Pero cuando se llega al final, la medida 22 es directamente de choque: “Al ministro Bonomi se le terminó el crédito, el señor presidente le debe pedir la renuncia de inmediato”. ¿Es algo que usted considera viable, conveniente? ¿Hacer un planteo así en esta circunstancia le parece conveniente? ¿No complica todo lo otro que veníamos charlando recién?
LLP —Es una pregunta capciosa la que está haciendo. Si no me parece conveniente, ¿para qué la voy a hacer? Yo actúo con responsabilidad en la vida política.
EC —Pero cambia el tono por completo en el discurso.
LLP —¿Por qué? Levante la mano aquel en Uruguay que está de acuerdo en que se quede Bonomi. ¿Quién está de acuerdo? Fracasó. No estoy hablando de si es una buena persona o una mala persona, un buen padre de familia, no me interesa. Lo que sí sé es que hace seis años que está en el cargo y los registros son ne-ga-ti-vos.
EC —En el mensaje del 1.º de marzo el presidente Vázquez pareció conforme con el rumbo que están siguiendo las políticas de seguridad pública.
LLP —Eso me preocupa más, porque quiere decir que no tiene contacto con la realidad, ni siquiera mira las estadísticas. Creo que sería… una iba a decir aire fresco, pero me veo tentado a decir oxígeno puro, en términos del presidente de la República, lo que le generaría a la sociedad un relevo del equipo. Con Bonomi, Vázquez y el elenco, no hay posibilidad de mejorar.
EC —Acaba de anotar un detalle que tiene su significado importante: el subsecretario es hermano del presidente de la República.
LLP —Hay que ser más severo con los cercanos que con los lejanos, es la única forma de estar legitimado éticamente para ser severo con los lejanos. Pero me atrevo no a dirigir la entrevista, pero sí a hablar de algo que es muy importante, que es el tema de los asuntos internacionales, el comercio exterior.
EC —Pasó rápido por el tema seguridad…
LLP —Vuelvo a Bonomi, ¿cuál es el diagnóstico? Una densidad de policías enorme por habitante, un presupuesto que creció cuatro veces, un fuerte respaldo político, un blindaje político de este ministro y de los demás, y los resultados son negativos. Todos recordarán el compromiso del presidente Vázquez en campaña electoral, no sé si se adjudicó parte del electorado diciendo que iba a bajar parte de las rapiñas en el porcentaje que dijo. Las acciones y los hechos demuestran que van en un sentido contrario.
EC —El presidente señala en el mensaje del 1º de marzo que están dejando de crecer, están enlenteciendo enormemente el crecimiento, como diciendo “van en la dirección que yo pretendía”.
LLP —No comparto. Estoy por encontrar la primera persona en Uruguay que cree que Bonomi se tiene que quedar.
EC —¿Por qué quería hablar del capítulo de política exterior?
LLP —Porque se ata con el resto. Nos quedan educación, nada menos, y el tema internacional. Y el tema internacional está íntimamente vinculado al elemento económico, porque si hacemos todos los deberes en nuestro país, se produce mejor, con más tecnología, de forma menos costosa y no rompemos las barreras paraarancelarias, si no hacemos caer algunos aranceles, si no nos relacionamos más y mejor, no hay tutía.
EC —¿Y ese no es el rumbo que está impulsando el canciller [Rodolfo] Nin Novoa, con el aval del presidente Vázquez? Es notorio que ha habido un cambio con respecto a la administración anterior.
LLP —En el discurso, no me cabe la menor duda. Pero vayamos a un episodio reciente que indica que esto no es así. Hace un instante utilicé el término oxígeno puro y no es caprichoso, es lo que dijo el presidente de la República cuando se reunió con Maduro asegurando negocios para el país, en una conferencia de festejo que hizo el presidente de la República. US$ 250 millones, los productores uruguayos cumplieron, la industria láctea y otras cumplieron, se envió la mercadería y no vinieron los pagos. ¿Y qué hace el Gobierno? Empieza a sacarse responsabilidades, al punto de decir alguna gente del Gobierno que esto es un negocio entre privados. ¿Para festejar y celebrar lo que iba a pasar es el Gobierno y ahora se deja en soledad a toda la industria láctea, por ejemplo? Si yo fuera presidente de la República, le pediría a mi canciller, por lo menos a mi canciller, al ministro de Ganadería y al ministro de Industria que organizaran una misión urgente a Venezuela para asegurar el cobro. No me cabe la menor duda. ¿O vamos a conformarnos con la posibilidad de darles un préstamo a la industria y a los productores? Aseguramos oxígeno puro, aseguramos un negocio, no se paga, nos quedamos de brazos cruzados ¿y la solución es que la gente se endeude? No me parece lógico. Eso es la comprobación de que no se están haciendo las cosas tan bien. En el discurso sí, pero lo que nos urge es la acción.
En Rivera me pasó una cosa que me quedó grabada. Estábamos en un barrio en la calle Oribe esquina Viera, 10.30 de la mañana, 11, con vecinos, en la vereda, en una asamblea abierta, y se me acerca una pequeña comerciante con un papel escrito a mano con medidas para su negocio y para el negocio de sus colegas. Y en un momento me dice una frase que para mí es sintomática y es sobre lo que hay que trabajar y luchar todos los días. Me dice: “Ya sé –o sea, lo dio por bueno– que los tiempos de los políticos no son los tiempos de la gente”. Eso es una daga al corazón de la actividad política. Si los tiempos de los políticos no son los tiempos de la gente, lo que está mal son los tiempos de los políticos. Entonces no alcanza con decir y con explicar, esa etapa se terminó, el 2016 es un año importante y bisagra.
Y le agregamos en el elemento internacional, que Uruguay tiene la presidencia pro témpore del Mercosur, la cinta de capitán del Mercosur la tiene el doctor Vázquez, tiene la pelota abajo del brazo. Se está hablando de la posibilidad de avanzar con la Unión Europea: vamos a terminar, a finalizar la oferta formal a la Unión Europea; después vendrán Francia, Italia con la protección de sus productores granjeros, pero vamos a formalizar la oferta del Mercosur. Vamos a avanzar sobre el EFTA (Asociación Europea de Libre Comercio, por su nombre en inglés), que ya se abrió un terreno exploratorio al respecto, países pequeños y ricos, con economías complementarias, Noruega, Suiza, entre otros, vayamos ahí. Está el tema de la Alianza del Pacífico, está el tema de China, está el tema de un posible acuerdo con Cuba, yo soy particular hincha del acuerdo con Cuba, mientras íntimos enemigos avanzan sobre un futuro político y comercial –porque nadie se engañe, la relación de EEUU con Cuba tiene una fuerte incidencia comercial–, Uruguay no puede quedar atrás, eso hay que hacerlo ahora. La decisión 32 del 2000, que es la que permite [enviarse] hacia dentro del Mercosur.
El barrio cambió, cambió el humor del barrio; parte por el cambio de Gobierno en Argentina y parte por las presiones internas que está sufriendo Brasil, hay posibilidades de llevar adelante esas cosas. El comercio intrazona, en reuniones del Mercosur se han detectado un sinnúmero de obstáculos para la libre circulación de bienes, me gustaría que el presidente ya mandara a sus equipos técnicos elaborar un documento, ¿cuáles son esos obstáculos?, ¿cómo se solucionan jurídica y prácticamente? Vamos a aprovechar, el Gobierno significa urgencia, significa tener la dimensión real y hay que tomar medidas. De esto se trata la presentación que hicimos ayer: acá están las medidas, si se toman, todo el respaldo político para el país a través del Gobierno.
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Transcripción: María Lila Ltaif