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Entrevista central, jueves 4 de mayo: Daniel Martínez

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EC —¿Cómo es eso de no tener información actualizada?

DM —Claro, históricamente el balance se tenía, el número real o un número, unos cuantos meses después de terminado el año. Trabajamos con Juan Voelker, el director económico-financiero, pero también con Alejandro Lasalle, el contador general –me saco el sombrero por el trabajo de los dos–, les planteé: el balance y los balances intermedios son una herramienta de gestión, necesito saber qué está pasando, quién está cumpliendo, quién no, quién se pasó, quién no, si una obra no se hizo por qué no se hizo. Todo eso lo tengo que saber durante el año.

Ahora estamos teniendo a unos 40-45 días de vencido el mes no un balance cerrado, consolidado, pero más o menos 3 %-4 % una idea de lo que pasó de ese mes para atrás, a un mes y medio de diferencia ya tenemos noticia, lo cual me va a ayudar mucho.

EC —Vamos a los números que se conocieron la semana pasada y cómo se lograron. Son los números de todo 2016, al cierre de 2016. Hubo un superávit de $ 1.112 millones (unos US$ 39 millones, aproximadamente). ¿Cómo se llegó, cómo está compuesto ese superávit?

DM —Está compuesto de un ahorro significativo, por lo que cuesta moverlo, del orden del 2 % respecto al 2015 y algo más de 1 % con respecto a lo presupuestado en remuneraciones. Cumplimos el convenio salarial, eso implica presupuestaciones, cumplimos todo, pero fuimos muy estrictos en el tema gente que se iba versus gente que entraba, se fueron más de 300 personas con respecto a las que entraron, entraron obreros calificados para mantenimiento, electricistas y mecánicos para el caso de limpieza, donde había un problema serio. La prueba está en que hoy no solo tenemos los 20 camiones nuevos, que no siempre están todos los días, porque siempre hay mantenimiento rotativo, sino que tenemos 15 o 20 camiones de los viejos, y sin embargo al principio de la gestión hubo días en que contamos con seis camiones. Había que reforzar eso y hacer una política bastante diferente.

EC —Entonces uno de los factores de ahorro fue en personal.

DM —Y también horas extras, redujimos en un volumen importante la cantidad de horas extras. Tú siempre tenés en tu escenario de una estructura de costos, de gastos de la administración, rubros mucho más inamovibles, en los que es mucho más difícil ahorrar que en otros. Entonces haber ahorrado un 2 % trabajando de la forma en que trabajamos en el total de remuneraciones créanme que fue un trabajo muy fuerte. Y después en funcionamiento, atacando todos los frentes, desde gasto de energía eléctrica, manejo de los intereses, gasto de combustible, contratación de vehículos, limpieza contratada…

EC —Tengo acá el detalle de los rubros que corresponden a gastos de funcionamiento. En electricidad se ahorraron $ 41 millones…

DM —Trabajamos mucho en la eficiencia energética.

EC —… en vehículos contratados $ 25 millones, en publicidad $ 20 millones, en gastos de locomoción $ 18 millones, en vigilancia $ 11 millones, y también se ahorró en intereses, $ 36 millones.

DM —Y quizás hasta un poquito más. Porque de los $ 1.112 millones dejamos unos $ 212 millones para flujo de caja y para abatir el déficit global.

EC —Vamos a terminar de analizar los ahorros. En esta parte que veíamos recién, en gastos de funcionamiento, se ahorraron unos $ 170 millones.

DM —Que también, es un rubro que no es hago o dejo de hacer esto, son rubros permanentes casi todos.

EC —Son $ 170 millones, que no son ni la décima parte del superávit que se tuvo.

DM —Pero de algo muy rígido.

EC —Y según destacaba su tocayo Daniel Martínez, edil del Partido Nacional, “el monto total ahorrado en gastos de funcionamiento es apenas 1 % del gasto total en el año, lo que confirma la dificultad de lograr ahorros significativos con la actual estructura presupuestal”. O sea, es un ahorro, pero es muy poco.

DM —Está bien, el tocayo tiene todo el derecho, viva la democracia. De todas formas, se va a hacer camino Cibils, se van a hacer un montón de obras sin los votos del PN. Su argumento era: hay déficit, por lo tanto no estamos dispuestos a votar obras. Tuvimos que ser calificados para tener la cotización en bolsa, un proceso de casi 10 meses del Banco Central para autorizarnos a captar los recursos para el Fondo Capital. Luego está el proceso largo de un organismo internacional que nos chequea los pliegos, por eso no se ha empezado. Pero es obvio que tienen que criticar, más cuando ellos no votaron obras muy sentidas por la gente. Yo respeto, es una posición respetable. Ahora bien, cualquiera que entienda un poquito de gestión sabe que en una estructura de gastos uno siempre tiene cosas que son mucho más difíciles de mover –y mucho más en una empresa pública, en régimen de derecho público– que otras.

EC —Si entiendo bien, en gastos de funcionamiento son $ 170 millones. ¿Y en personal otro tanto?

DM —No, 2 %, con respecto al año 2015.

EC —De todos modos, ahí no estuvo el grueso del superávit. El grueso del superávit aparentemente vino por mayores ingresos que tuvo la Intendencia.

DM —Una buena parte por mayores ingresos.

EC —Y por inversiones no concretadas. Vamos a ver cada uno de esos dos.

DM —Tuvimos un ingreso de unos $ 396 millones, básicamente por Sucive y algunas cuestiones como mejor gestión de adeudos, aquellos planes de promoción a buenos pagadores, convenios que si se demostraba que se era buen pagador se reducía la tasa de interés, nunca premiando al mal pagador, siempre conviniendo pagar en fecha, más algún otro elemento. No las multas, que me preocupan poco porque son el 7 % de los ciudadanos diría con poca sensibilidad humana, a los que les importa el tema de las multas –que son las encuestas–, porque yo me quedo con que ha habido 80 % menos de accidentes graves y muertes en avenida Italia desde que está el sistema de semáforos inteligentes y un 52 % en la rambla. Eso es lo que me importa y lo que le importa a la gente. Pero no entró porque recién empezó a multarse en diciembre, por lo tanto esas multas se empezaron a pagar a partir de enero, con suerte.

EC —O sea que el rubro multas, que quizás esté mostrando un aumento, se va a contabilizar en 2017, no en 2016.

DM —Exactamente.

EC —Lo cierto es que hubo más ingresos. El propio Voelker daba el dato de que se incorporaron al parque automotor de Montevideo 24.000 vehículos en 2015 y 17.000 en 2016. Eso redunda en que hay más ingresos por patente de rodados. Y ahí aparece de vuelta su tocayo, Daniel Martínez, que dice que eso “poco y nada tiene que ver con la gestión de la actual administración”, son ingresos que vienen por otro lado, por el aumento de la cantidad de vehículos.

DM —Hacé la suma e igual no te da. Repito, yo respeto a todo el mundo, pero cualquiera que entienda de gestión sabe que la batalla por lograr ahorros, a veces de a miles de pesos, es una batalla cultural y se ha logrado, repito, en áreas muy rígidas. Tú viste que yo nunca hablo mal de nadie y si alguna vez lo hice me arrepiento, en la vida hay que hablar de lo que uno hace y no destruir lo que otros hacen. Pero respeto, aparte hay gente –me ha pasado decenas de veces– que me ha dicho “vos sos buen tipo, pero te tengo que pegar”. Así que Daniel Martínez diga lo que diga, los hechos son los hechos.

EC —Otro factor fue inversiones, se hicieron menos inversiones de las programadas y en particular no se pudieron concretar las del Fondo Capital.

DM —Con todo respeto, es un disparate decir que no se pudieron concretar.

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