
EC —Vamos a las alternativas. Han surgido distintas iniciativas en los últimos años para dar solución al tema. Básicamente son de dos tipos: una es la que ustedes mismos proponen, que aparece reflejada en un texto presentado por el diputado colorado Conrado Rodríguez: que esta generación pueda acceder al sistema de transición, como si hubieran tenido más de 40 años en el año 1996, que se les recalcule todo el aporte, pero terminen jubilándose solo por el BPS. ¿Esa es la salida?
HS —Es una de las posibles.
EF —Una de las posibles. Lo que en general pedimos los damnificados es que exista sensibilidad y nos permitan, dadas las condiciones, pasar al régimen de transición y jubilarnos solo por BPS.
EC —Según conversamos la semana pasada con representantes de República AFAP que estuvieron aquí en este estudio, una solución así tiene un costo para el Estado de US$ 2.600 millones, tomando en cuenta en ese cálculo solamente a los 27.000 cincuentones que están registrados en República AFAP. En realidad son un poco más, son 30.000. Mucha gente pregunta: ¿no es demasiado dinero?, ¿no se termina vulnerando la filosofía de la reforma del sistema, que era asegurarle la sustentabilidad?
HS —Esa cifra es delirante. ¿De dónde salió? Que me perdonen los representantes de las AFAP, pero hay que tener un mínimo de seriedad. Es decir, personas que primero dijeron que no había perjuicio, después dijeron que eran 100.000 personas, después dicen que son 200.000, ahora vuelven a decir que son 30.000 los afectados, cuando en realidad son muchísimos más y no tienen un parámetro para decir eso. Empezaron por decir que iban a producir una rentabilidad…
EF —Publicidad engañosa todo lo que se ha dicho en las documentaciones. Yo copié todo.
HS —Eduardo tiene guardado palabra por palabra todo lo que se ha dicho.
EF —Yo copié todo, porque tuve entrevistas con los presidentes, en una gigantesca mesa en que me decían “los clientes como usted son los que sirven”. No, usted está administrando mi dinero y yo no estoy de acuerdo en que haga determinadas cosas. Cuando hacían megaencuentros en hoteles gastaron millones y millones y traían alguien del exterior a dar una charla que la puede dar cualquier licenciado en Uruguay. Le estoy hablando de hace 20 años, cuando hacían otro tipo de cosas y querían mostrar, mostrar y mostrar y decirnos que era maravilloso y que íbamos a tener jubilaciones fantásticas. La prueba está en que no son así.
HS —Exactamente, si uno mira históricamente en estos 20 años lo que han dicho las AFAP y sus representantes, nada de lo que dijeron fue cierto. Ni es cierta la rentabilidad que prometieron, ni es cierta la calidad de afiliados que tienen, ni es cierta la cantidad de cincuentones que decían que había. Tampoco es cierto ahora que haya los 30.000 que dicen que hay. Ni es cierta la cifra que dicen que saldría arreglar esto.
EC —Están refiriéndose al conjunto del período de vida de estas personas desde…
HS —Claro. Y si computamos lo que van a costar las AFAP, lo que se van a llevar de plata de los contribuyentes en esos mismos años, es sideral, todo el programa nuclear en el mundo no debe costar lo que van a costar las AFAP en el Uruguay. Porque la comisión que cobran es enorme, y es uno de los problemas que hacen que este sistema rinda tan poco.
EF —Y tienen que quedarse tranquilos, no vamos a vivir 110 años los varones ni 112 años las mujeres. Porque la división es: lo que yo tengo ahorrado –que ahora se dividió en dos subfondos, el fondo de solidaridad y el fondo de retiro, el fondo de solidaridad lo tocan, el de retiro me lo dejan quietito e igual a todos los que tenemos más de 55– dividido la expectativa de vida, pero no es expectativa de vida, toman los años del que vivió más en el Uruguay, mujer y varón.
EC —De todos modos, sea como sea, una medida como esta tiene un costo.
HS —Sí, hay un costo, pero no es ese. Si son 27.000 personas es absurdo que vaya a salir US$ 2.600 millones, como que hubiera que sacarlos del bolsillo.
EC —Esa es la cifra distribuida a lo largo de todo ese período.
HS —Sí, pero me da la impresión de que es absolutamente inflada, una cifra absurda. El sentido común lo indica. Es medio absurdo US$ 2.600 millones para pagarles jubilaciones a 27.000 personas. Además es la diferencia, porque las AFAP están obligadas a volcar al BPS los aportes. Esto es un mecanismo de terrorismo verbal, si yo digo cuánto nos va a costar del presupuesto nacional en los próximos 30 años, bueno, sí, es una cifra, pero no es verdad que eso haya que desembolsarlo.









