
EC —De todos modos, un costo va a haber.
HS —Sí, hay un costo, pero nadie lo sabe con exactitud, creo que tampoco las AFAP tienen bases de cálculo reales, porque, para empezar, no saben ni cuántos son, andan diciendo cifras al barrer. Pero hay una cosa que hay que tener clara: los afiliados a las AFAP no se van a jubilar todos el mismo día. No es real, es un proceso muy gradual, y hay una base que ya se les va a tener que pagar, de manera que estamos hablando de un complemento, de una diferencia, no estamos hablando de la totalidad de las jubilaciones.
EC —La otra línea de solución es la que elaboró el BPS en 2012 y que también presentó en diciembre del año pasado como proyecto de ley el diputado colorado Conrado Rodríguez: reconocer los aportes que realizaron estas personas al BPS antes de 1996 por encima de los $ 5.000 (hoy, $ 43.810). Eso mejoraría en parte lo que les correspondería por BPS, aunque no alcanzaría para llegar a lo que les hubiera correspondido si hubieran quedado incluidos en el régimen de transición. ¿Qué les parece ese otro mecanismo? Ustedes quedarían en el sistema mixto, pero por el lado BPS cobrarían más porque se les reconocerían aportes hechos antes de 1996.
HS —Hay cosas que hay que discutir. Yo doy una impresión absolutamente personal. Esta es una de las variantes posibles de solución. Apunta a reconocer esos años de aportes que no han sido debidamente reconocidos. Es un mecanismo válido.
EF —Yo le aconsejo a todo el mundo que igual reconstruya su historia laboral, independientemente de lo que vaya a salir, porque de antes del 96 no hay nada. Yo sí, como trabajé muchos años en la enseñanza privada, hice la peregrinación y sí armé mi historia laboral previa al año 96, para que todo esté prolijo. Y después que pase lo que pase. Pero es una realidad, como dice Sarthou, no nos vamos a ir todos mañana y estas cifras astronómicas que están diciendo no son ciertas. A mí lo que me dolió es que subestimen lo que puede ganar un trabajador. Porque a veces se dice “¿cómo una maestra ganó tanto?”. Ganó tanto, sí, porque trabajó en dos o tres lugares y además tenía otro desempeño y llegó a una cifra. “Porque parecen salarios medios”, y sí, porque esa persona trabajó 65 horas semanales en 35 años de trabajo, que bonificados se le hicieron 40.
EC —Otro oyente, Pancho, dice: “A los cincuentones no se les dio el bono de reconocimiento que sí existe en el caso de Chile”.
HS —Sí, acá no está previsto, en nuestra legislación no existe.
EF —Los que crearon al joven Frankenstein no pensaron en nada de esto. Aunque cuando crearon la ley ya se sabía todo esto. Esto no es nuevo, estaba clarísimo que no nos íbamos a poder jubilar. ¿Por qué se pone ahora sobre el tapete y por qué los que venimos diciéndolo desde hace años y años y años no tuvimos tanto eco? Porque ahora la gente lo siente en carne propia y ve al compañero con la diferencia de jubilación de un régimen y del otro.









