
EC —Eso es lo que habían hecho las distintas administraciones, hasta que llegó Trump.
RP —Distintas administraciones de republicanos y demócratas, hasta que llega Trump y dice “señores, yo no postergo más”, en principio.
EC —“Disparo el proceso de la mudanza.”
RP —Teóricamente. Por eso la declaración de ayer tiene dos puntas.
EC —Pero sigamos con la historia de Jerusalén y su estatus. En definitiva ¿cuál es el estatus de Jerusalén hoy?
RP —Esto es lo que ha pasado de facto. Después está lo que dicen las declaraciones internacionales.
EC —¿Concretamente?
RP —Por ejemplo, la partición es una declaración internacional, es la resolución 181 de las Naciones Unidas, que establecía el Consejo de Administración Fiduciaria, estatus legal internacional, compatible con su importancia y su diversidad religiosa, que tuvo el rechazo árabe. Esta resolución luego se refrenda, cuando se ve que el plan de partición no tiene andamiento, la ONU igual, con la resolución 303 de 1949, reafirma el espíritu de corpus separatum, dice que aunque el plan de partición no dé resultado, Jerusalén debe seguir siendo administrada por un consejo separado. Esto tampoco tiene una implementación práctica, y en 1967 la ONU vuelve a criticar el tema de Jerusalén con la anexión de Jerusalén Oriental, primero a nivel genérico con la resolución 242 condena la anexión territorial de Israel de los nuevos territorios, solicita la retirada a la línea del armisticio, y por otro lado la Asamblea General, en la resolución 2253, considera inválido a los efectos legales el cambio de estatus de Jerusalén tras 1967. Y la última decisión clave de la ONU es en 1980, cuando el Parlamento israelí decide declarar a Jerusalén ciudad unificada. Con la resolución 478 la ONU declara de nulidad esa declaración, declara que lo que hizo el Parlamento israelí no tiene valor legal alguno, y esa resolución tiene una sola abstención en el Consejo de Seguridad: la de Estados Unidos. Esto desata una escalada de reacciones que llega hasta el año 2006, cuando todas las embajadas que había en Jerusalén –las últimas son la de Costa Rica y la de El Salvador– se van a Tel Aviv.
EC —Entonces, llegando al presente, ¿cuál es el estatus de Jerusalén hoy?
RP —Hoy la parte occidental está como venía desde el año 50, ocupada o dominada o como se le quiera llamar por el Estado de Israel, y se mantiene la anexión desde el año 1967 de Jerusalén Oriental, consagrada por ley además desde el año 80.
EC —Por otro lado, es la ciudad más sagrada para el judaísmo y el cristianismo y la tercera ciudad más sagrada del islam. ¿Qué implica eso en la práctica?
RP —Hay otra cuestión clave, el lugar más sagrado de todos es compartido, es el mismo físicamente para el islam y el judaísmo, es lo que se llama el Monte del Templo o la Explanada de las Mezquitas.
EC —Motivo de fricción a cada rato.
RP —Motivo de fricción a cada rato. Porque el Monte del Templo para el judaísmo es un lugar hipersagrado, se cree que allí se fundó el primer templo, que fue totalmente destruido, según la lectura más ortodoxa de la religión judía todavía hay allí presencia divina, y de hecho hay ramas de la ortodoxia judía que dicen que no se puede entrar o que no se debería entrar, que solo se tolera que se entre como visita. Por eso hoy el Monte del Templo específicamente es un lugar visitado sobre todo por los musulmanes. Pero nuevas ramas de la religión judía comienzan a debatir el asunto de si los judíos tienen que entrar o no.
EC —¿Y para el cristianismo?
RP —Para el cristianismo, allí está la iglesia del Santo Sepulcro, que es el bastión fundamental, el ícono fundamental de la ortodoxia cristiana, y Jerusalén también es el lugar de crucifixión y de entierro de Jesús. Es un combo muy potente. Y el Muro de los Lamentos, obviamente. Todo está allí.
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