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Entrevista central, jueves 9 de marzo: Carlos Julio Pereyra

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EC —Otra seña de identidad que marca a Carlos Julio Pereyra: el departamento de Rocha. Usted nació en Rocha…

CJP —En la campaña de Rocha nací. Iba a la escuela a caballo, dos veces, como alumno y después como maestro. Así que conozco algo del interior, ese mundo distinto del que estamos viviendo en la capital.

EC —Y en el departamento de Rocha, ¿qué le dice La Paloma?

CJP —La Paloma ejerció siempre sobre mí un especial atractivo y cuando pude compré una casa para mi familia. Ahí se criaron mis hijos, mis nietos y yo me escapo cuando puedo también para allá. Ahora que estoy jubilado estuve dos meses aprovechando, hasta por razones de salud. A mi edad, es imprescindible cuidar la salud.

EC —Otra de sus señas de identidad: el MNR, que nace en los años 60…

CJP —En el 64, el 8 de marzo de 1964.

EC —… impulsado por Javier Barrios Amorín.

CJP —Por dos ciudadanos que no eran candidatos a nada, el doctor Javier Barrios Amorín y el doctor Alberto Gallinal. Fue una idea que nació a principios del año 64, y curiosamente gobernaba el Partido Nacional (PN), cosa que debemos explicar. Después de la victoria del 58 gobernaba el PN, pero nosotros creíamos y los fundadores de este movimiento creyeron que después de 93 años de oposición y de protesta frente a los gobiernos colorados había llegado el momento de hacer una verdadera revolución pacífica, y eso no se estaba operando. Ese fue el motivo próximo inmediato que llevó a la realización del congreso. Allí se reconocieron los méritos del gobierno, pero también se le señalaron caminos, los que nosotros o el congreso entendió que eran los caminos necesarios.

EC —¿Qué se proponían entonces? ¿Cuál era el perfil de ese nuevo movimiento político?

CJP —En aquel momento (1964) ya aparecían rumores sobre un posible golpe de Estado, algunos dirigentes habían dicho que la democracia necesitaba vacaciones. Un poco alarmados por eso, la primera declaración es una indeclinable adhesión a la legalidad con respeto al régimen de derecho en todos sus aspectos. Y se sostenía que existía una crisis del derecho, en cuanto existían vicios o deformaciones de la realidad que era necesario corregir, que se habían ido afirmado a lo largo de 93 años de gobierno de un solo partido político. Faltaba la necesaria rotación de los partidos en el gobierno. Entre esas cosas estaba, por ejemplo, el reparto de las jubilaciones por cuota política, el reparto de teléfonos por cuota política, la burocracia excesivamente aumentada, el desconocimiento del régimen de derecho. Por ejemplo, el entonces Consejo Nacional de Gobierno, Poder Ejecutivo, tenía la facultad de nombrar o proponer los directorios de los entes autónomos y servicios descentralizados, pero se hacía mediante el reparto entre los sectores. Cosa que no ha desaparecido del todo, digamos de paso. Cuando se debía elegir a los mejores, los más aptos para los cargos de la administración, venían por el lado de la cuota política gente preparada y gente no tan preparada.

También se consideraba necesaria una segunda declaración que decía que los ciudadanos debían exigir de los gobernantes, funcionarios y agentes del gobierno una estricta moral, es decir, la ética en el manejo de la política, que aparecen como cosas inseparables. Si la política es una actividad noble y necesaria, hay un criterio bastante generalizado en algunos sectores de la población de que es una cosa que no tiene ese carácter de actividad noble, elevada, que consiste en trabajar por la solución de los problemas del país.

EC —Esos eran señalamientos que ustedes hacían y que abarcaban al propio gobierno del PN.

CJP —Efectivamente, abarcábamos al propio gobierno. A alguna gente le pareció muy mal, pero en general logramos afirmar esas ideas. En el gobierno de entonces se daba lo siguiente: había un sector que era […] nacionalista herrerista y había otro sector que era del grupo del señor Nardone, del chicotacismo, y no eran muy conciliables la figura de un intelectual como Herrera con el movimiento chicotacista, pese a que a otros intelectuales también lo apoyaban. Ahí se produjo una situación difícil y el movimiento fue creciendo en torno a la idea de que había que poner los servicios públicos no al servicio del proselitismo político, sino al servicio de la administración. De una administración que había sido descentralizada precisamente para tratar de librarla de la influencia de la política menuda.

EC —Ese es el origen, el nacimiento del MNR, al frente del cual aparecía como una de las figuras Javier Barrios Amorín, que muere pocos meses después.

CJP —Tres meses después.

EC —Y es entonces que usted, de hecho, termina convirtiéndose en el líder de ese grupo tan nuevo.

CJP —Tuvimos un momento de desorientación cuando muere el inspirador fundamental. Quedaba el otro compañero que había fundado el movimiento, el doctor Alberto Gallinal, que se encontraba en Londres. Yo le comuniqué la muerte del doctor Barrios Amorín y le dije que estábamos en condiciones de apoyar una acción si él se ponía al frente. Y se puso al frente del movimiento, y realizó no solo una obra política, sino que desde el punto de vista social realizó una obra muy importante iniciando la política de Mevir, que terminó con los rancheríos, que eran una verdadera vergüenza para el país. Creo que esa sensibilidad del doctor Gallinal abrió camino para que el movimiento se fuera colocando en una posición en el esquema político, en una política de centro proyectada hacia políticas sociales que tratamos de desarrollar en el Parlamento.

Hubo un momento en que tuvimos una fuerte representación parlamentaria, tuvimos ministerios, tuvimos siete gobiernos departamentales, y ahí tratamos de impulsar esas políticas sociales. A mí también me preocuparon algunos temas que me parecieron fundamentales. En el congreso se habló en la posibilidad de reforma de las estructuras agrarias que luego Wilson Ferreira proyectara a través de siete leyes que ya estaban en vigencia y en el congreso se destacó la necesidad de profundizar en el estudio de esos temas.

EC —Eran las épocas del gobierno del PN con Wilson como ministro de Ganadería. Hablemos de Wilson, saltemos en el tiempo y vayamos a otra de las marcas en su trayectoria: compañero de fórmula de Wilson Ferreira Aldunate en el año 1971, la fórmula Wilson-Carlos Julio, la fórmula Por la Patria-Movimiento Nacional de Rocha. ¿Qué significó para usted?

CJP —El momento que más me gustó en mi actividad política, y también que más me marcó en la actividad política. El PN había perdido a algunos de sus líderes importantes, había muerto el doctor Herrera, había muerto Echegoyen, había muerto Barrios Amorín, había muerto Fernández Crespo, entonces vino la necesaria renovación, y en esa renovación surgió la fórmula que usted acaba de mencionar.

Me impresionó, yo estaba acostumbrado a asistir a los actos partidarios, lo que más me impresionó fue la multitud de juventud que se vio en torno a esa fórmula y los actos que recibían a Wilson Ferreira con una gran esperanza. Se estableció un documento que se llamó Nuestro compromiso con usted, en el cual se proyectaban soluciones para el tema de la tierra, de la educación, del comercio exterior, toda una renovación importante. Todo eso se frustró con la derrota del 71.

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