EC —¿En qué sentido?
OL —En el relacionamiento…
EC —Vamos por parte, lo laboral sí.
OL —Sí, sí.
EC —¿Y esa gente que tuvo perjuicios recibió algún tipo de compensación?
OL —Los trabajadores del puente recibieron un subsidio que fue muy largo, muy trabajoso instrumentar. El primero, que fue el doctor Gonzalo Fernández a explicarlo, se instrumentó en la Intendencia y después terminó siendo un subsidio muy pequeño. Las trabajadoras del parador eran principalmente mujeres y muchas de ellas terminaron trabajando con nosotros en la Intendencia, barriendo calles. Pero subsidio-subsidio no hubo, fue muy chiquito.
EC —¿Y cómo está hoy la relación Fray Bentos-Gualeguaychú?
OL —Está mejor, bastante mejor, incluso sé que el intendente ha tenido algún acercamiento con el intendente actual, cambió el intendente. Los dos intendentes que estuvieron en ese período estaban muy presionados por el Consejo Deliberante y por la Asamblea. La Asamblea mandaba, yo una vez fui porque Gendarmería me hizo un reconocimiento, y al otro día la Asamblea fue al Consejo Deliberante a pedir que me declararan persona no grata. Era un enfrentamiento muy feo, muy fuerte. Creo que eso se ha arreglado. Incluso recibí un mail de una persona que fue muy castigada en Gualeguaychú por ayudarnos, ayer no vino y me mandó ese mail…
EC —Usted la había invitado a la sesión de la Cámara, esta del martes, y no vino.
OL —No vino, le recomendaron que no viniera porque iba a tener consecuencias. Eso sigue existiendo. Yo no descarto que hoy haya una manifestación en el puente, por ejemplo, al cumplirse los 10 años, pero mucho más tenue y nada que ver con lo que era aquello.
EC —Como mencionamos al pasar, otro de los costos para Fray Bentos fue que perdió la segunda planta de celulosa que pudo haber estado instalada allí mismo. ENCE dio marcha atrás en aquella decisión y lo comunicó desde la Casa Rosada de Buenos Aires.
OL —Acompañado el presidente de ENCE, José Luis Arregui, por el doctor Alberto Fernández, jefe de Gabinete de la República Argentina. Anunció el retiro desde la Casa Rosada argentina. Fue otra cachetada que no había necesidad de hacer, lo hubiese anunciado desde acá. Son las cosas que pasaron.
***
EC —Si usted tiene que mencionar algunos aprendizajes importantes que dejó la experiencia aquella y que le quedan al país, que son un valor para el país, ¿cuáles elige?
OL —El martes no me animé a decirlo –porque había que evitar que se armara discusión en la Cámara–, pero cuando la negociación aquella en Chile entre Kirchner y Vázquez, y acá el doctor Gonzalo Fernández y los finlandeses en Viraró, en una estancia en Young, en que el gobierno argentino pedía que pararan 90 días, la respuesta de los finlandeses fue “a nosotros no nos da lo mismo inaugurar el 1.º que el 15 de noviembre”. Una planta que se hizo en dos años y medio. Eso nos enseñó que el tiempo, los costos, el negocio no iban a cambiar por 15 días de atraso, pero para ellos era importante. Primera cosa.
En segundo lugar, la planta hace un mantenimiento por año, que empezó durando 45 días y hoy está en 28. Cuando hace el parate vienen 500 técnicos extranjeros a trabajar con 500 uruguayos. Y eso se hace en 28 días. Entonces yo comparo eso con lo que está siendo el mantenimiento de la refinería de Ancap, que se previó hacer en cuatro meses de trabajo y lleva nueve, y ese atraso cuesta un millón de dólares cada semana. Esas cosas, esa enseñanza de cómo trabajar, cómo el tiempo es importante y el respeto a las normativas. Al principio el PIT-CNT decía “si van a venir, que vengan a cumplir”; el negocio de estas empresas no está en pagarle en negro a algún funcionario, el negocio está en otro lado y ellos cumplen, doy fe de que cumplen. Entonces esa estructura de negocios, esa estructura de gestión de un negocio creo que es de las enseñanzas más grandes, la regla, la conducta, el respeto, el respeto laboral. En Botnia hubo un solo accidente grave, que fue la muerte de un trabajador chileno, pero fue de las empresas con menos siniestralidad en el ranking que manejan ese tipo de empresas.
EC —Usted ya mencionó algunas otras cosas que aprendimos. Por ejemplo, eso de que este tipo de inversiones son una negociación permanente, hay que asumirlo; la conveniencia de hacer controles de la calidad del agua antes de que se instale la planta, eso evidentemente en el caso del río Negro va a haber que hacerlo…
OL —Y mucho más, porque hay una primera gran diferencia con esta planta: la planta de Fray Bentos ahora está produciendo 1.250.000 toneladas –comenzó con un millón–, pero vierte el efluente a un río que tiene 6.500 metros cúbicos por segundo.
EC —Es un río completamente distinto.
OL —El río Negro tiene 650 metros cúbicos y dos represas, eso obliga a tener un control mayor.
