Entrevista con Wilson Cabrera, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Leche.
EN PERSPECTIVA
Lunes 12.02.2018, hora 8.28
EMILIANO COTELO (EC) —Los problemas del agro han dominado buena parte del debate en estas primeras semanas de 2018. La semana pasada, el Parlamento aprobó casi por unanimidad dos leyes remitidas por el Poder Ejecutivo para atender algunas de las demandas. Tanto en la oposición como entre los voceros del campo, la conclusión fue que se necesita más.
Uno de los sectores más complicados es el lechero. Tiene fuertes deudas, problemas de rentabilidad y una tendencia al cierre de tambos que se agudizó en los últimos años. Para este rubro el Poder Ejecutivo impulsó la creación de un fondo de garantía que suma US$ 36 millones y que tiene varios destinos previstos. Pero… ¿alcanza?
Para examinar este panorama, estamos con Wilson Cabrera, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Leche (ANPL).
Lo ubicamos en el departamento de Florida, donde tiene su tambo.
WILSON CABRERA (WC) —Sí, estoy en paraje Villa Vieja, en Florida.
EC —¿Ahí cómo ha sido el panorama en materia de lluvias últimamente?
WC —Ha llovido poco, muy poco, entre 15 mm y 20 mm, bastante escasa la lluvia. Es un momento en el que estamos precisando bastante y además hay muy altas temperaturas, estos últimos días hubo una evaporación importante, incluso las aguadas están entrando a estar escasas. Está bastante complicado en ese sentido. Estamos en la época también.
EC —Están precisando más agua.
WC —Sí, sin duda.
EC —Pero más allá de esta situación coyuntural, hablemos del sector lechero más globalmente a más largo plazo. Ubiquemos la situación por la que está pasando. Viene con problemas desde hace años. ¿Cuáles son las causas?
WC —Fundamentalmente, el 60 % de nuestra producción va al mercado exterior y nuestras crisis se agravan tremendamente cuando hay caídas importantes de los precios en el mercado internacional, que fue lo que pasó en los años 2015 y 2016, agravada porque en el año 2015 hubo una sequía prácticamente como no recuerdo otra desde que tengo tambo. Y nací en un tambo, así que en mis casi 70 años tengo bastante acumulado. Fue una seca de invierno, empezó en marzo y no llovió hasta setiembre. Además, en una caída de precios muy importante, tuvimos que consumir durante siete meses muchísimo concentrado, que es el alimento más caro que tenemos para las vacas. Eso nos pegó muy duro. Y en el año 2016 fue al revés exactamente, desde de abril a setiembre fueron las lluvias más intensas que recuerdo, solamente las del año 59 podrían alcanzar a equiparar la cantidad de milímetros que llovió. Entonces agarramos todo el invierno con mucho barro, que perjudica tremendamente el caminar de las vacas dentro de los predios, pasando cuatro veces por día por el mismo lugar. Es un tema complicado para el tambero. Fue un invierno muy llovedor, empezamos con barros muy importantes en el mes de abril, pasamos todo el invierno también complicados por un exceso de lluvia muy importante. Fueron dos años con extremos climáticos y además con una caída de precios de $ 0,45, a fines del 2014 pasamos a cobrar algunos a $ 0,20 y creo que el promedio anduvo en $ 0,23, 0,24.
EC —Eso es lo que cobra el productor por litro de leche remitida a la planta.
WC —Exactamente.