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Entrevista central, lunes 13 de marzo: Valentina Prego

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VP —Sí, la participación de la mujer en el fútbol va ganando terreno en todos los espacios. Como hincha, que es el lugar tal vez más pasivo, y naturalmente también en lugares más activos: como jugadora, como entrenadora, como árbitra, como delegada, como dirigente. En la medida en que la mujer va ganando terreno en la política, en las distintas profesiones, también se da en el fútbol.

EC —¿No aparece nunca esa especie de prejuicio “este es un deporte con cierto grado de violencia, de aspereza, es más para hombres que para mujeres”?

VP —El deporte de grupo y el deporte de equipo es un deporte de contacto. No sé si eso es violento, eso es intrínseco al deporte. La mujer puede golpearse contra un hombre o contra una mujer realizando deporte y no le pasa nada, o no le pasa algo diferente de lo que le pasa a un varón; se lesiona, todos se revientan la rodilla o la cabeza cuando caen, no lo hace diferente.

EC —¿Hay un impulso de la FIFA en torno al fútbol femenino?

VP —Sí.

EC —¿Cuándo empieza?

VP —Empezó hace unos años, hace 15 o 20 años empezaron algunos movimientos. Pero en el último tiempo la FIFA cambió las autoridades y cambió su plan estratégico. Lo llaman FIFA 2.0 y es un programa que tiene objetivos bastante distintos.

EC —¿Cuándo cambió las autoridades? ¿A qué cambio de autoridades te referís?

VP —Cuando cambió el presidente, ahora está Infantino.

EC —Después de la salida de Blatter, después de toda la crisis de corrupción, del FIFA Gate.

VP —Sí.

EC —Es ahí que la FIFA le mete el acelerador, ¿o ya venía de antes?

VP —Venía de antes, pero ahora hay objetivos claros, que se pueden leer, que están en la página web. Y entre los primeros cinco objetivos hay dos que refieren al fútbol de mujeres, es un porcentaje bastante alto. Y también tiene que ver con ampliar el mercado.

EC —A eso iba, ¿esa movida de la FIFA es respuesta a un reclamo de igualdad o es una oportunidad formidable de negocios? Porque allí se abre todo el capítulo derechos de televisión, contratos de patrocinio, movimiento turístico, indumentaria deportiva, etcétera.

VP —Creo que son las dos cosas. Hay un grupo de mujeres que están trabajando dentro de FIFA para que el fútbol femenino, el fútbol practicado por mujeres, sea contemplado por los mismos derechos, y también es una empresa y de las más rentables que hay en el mundo, que está visualizando la posibilidad de ampliar el mercado a un 50 % de la sociedad que estaba ocupando un lugar pasivo. Creo que son las dos cosas, está el tema de la oportunidad y la equidad y también está la proyección a largo plazo. Yo tuve la oportunidad de estar en la Copa Mundial en Canadá y llenó al estadio, un estadio de 50.000 personas estaba lleno, con todas las entradas vendidas. El año pasado en Venezuela, que es un país sudamericano, donde el fútbol femenino todavía tiene mucho por recorrer, la final del Sudamericano Sub 20 estaba con el estadio lleno, entradas vendidas. Ahora se está intentando que los derechos de televisación se arreglen de forma independiente; en este momento hay todo un paquete, cuando se compra la Copa Mundial masculina incluye al fútbol femenino. Como ya se visualiza la rentabilidad, están empezando a separarlo y a venderlo por separado para duplicar los ingresos o por lo menos aumentarlos.

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EC —Volvamos a tu historia personal. Tú, licenciada en Psicología, dedicada a la música, a la poesía, trabajando en otra cosa que no tenía nada que ver, un restaurante en José Ignacio, hace nueve años empezaste a involucrarte con el fútbol femenino, con la organización de aquellos partidos de fútbol 5. ¿Cómo terminaste en el cargo que ahora tenés, presidenta del Consejo de Fútbol Femenino de la AUF?

VP —Obviamente sin pensarlo demasiado, no estaba para nada en mis planes. El vínculo inicialmente surge cuando la persona que antes era presidenta del fútbol femenino, una profesora de Educación Física con mucha trayectoria, muy respetada por su trabajo en la apertura de puertas para mujeres en el deporte, la señora Naira Akerman, nos invitó a mí y a otro grupo de personas, de mujeres sobre todo, a colaborar en la organización de los campeonatos oficiales, que era uno de los objetivos que estaban planteados en la AUF.

Empecé a colaborar primero con un curso para entrenadoras y entrenadores de fútbol femenino, siempre con una vocación de servicio, sin pedir nada a cambio y sin planificar nada a largo plazo con eso. Pero entendí que me gustaba, que lo disfrutaba muchísimo y me puse a estudiar también, hice un máster en Gestión, Economía y Derecho del Deporte en el Centro de Posgrados de la Facultad de Ciencias Económicas en convenio con una universidad francesa de Limoges, y empecé a entender el tema del deporte como un ámbito profesional con mucho dinamismo, mucha proyección y con necesidad de aportes. Y me metí mucho más de lo que planifiqué, me puse la camiseta y trabajé y trabajo todavía muchísimo con los delegados, con las delegadas.

En determinado momento cambiaron las autoridades en AUF, el Consejo Ejecutivo cambió y decidió dar por cerrado el proceso de esta persona que era presidenta antes, que hizo grandes aportes, enormes. El cargo quedó unos meses acéfalo y después me propusieron a mí. Dudé bastante, porque soy una mujer bastante comprometida, entonces sé que cuando acepto algo le voy a dedicar horas y horas, y es un trabajo honorario que lleva muchísimo esfuerzo. Después de pensarlo bastante terminé aceptando y ahora ocupo ese lugar, durante un tiempito más vamos a hacer todo lo posible para que sea útil.

EC —¿Y jugás al fútbol?

VP —No.

EC —¿Te queda espacio, te queda tiempo? ¿Te quedan ganas de jugar al fútbol?

VP —No. Ganas sí, a veces comparto un rato de lugar al partido de fútbol 5, fútbol 11 ni me lo planteo, me pierdo en la cancha, no sé cómo hacen. No soy deportista, soy gestora deportiva, el deporte no es lo mío.

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